Lo que nos puede ayudar a encontrar un ancla en esta lectura complicada es, mientras la leemos, fijarnos en las referencias a Jesucristo, especialmente en lo que tenemos “en él” o “por medio de él”. Por ejemplo, versículo 3 dice que el Padre nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Luego versículo 4 nos dice que el Padre nos escogió en él antes de la fundación del mundo. Nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo (versículo 5)…
Inténtelo. Si así leemos los tres capítulos, los cristianos vamos a ver con asombro y adoración que todo lo que tenemos en nuestra relación con Dios es por medio de Jesucristo. Si tenemos vida eterna por Cristo Jesús, vamos a acompañar a Pablo en la alabanza con que empezó la carta: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (Efesios 1:3).