1 Samuel 5 - 8
La Presencia de Jehová manifiesta su santidad otra vez en la lectura para hoy. Ayer en 1 Samuel 4 Jehová demostró que no sería títere de Israel, que no sería manipulado para darle victoria cuando quiera. Hoy en capítulo 5 demuestra que no será trofeo de los filisteos, sino que aún en medio del templo de Dagón, Jehová es excelso y digno de exclusiva alabanza y honor. En 1 Samuel 6, después de la llegada del arca a Bet-semes, enseña que no será objeto de curiosidad tampoco.
Si no es títere ni trofeo ni objeto de curiosidad, ¿cómo debe responder Israel a la santa Presencia de Jehová? Como responden en 1 Samuel 7:
En arrepentimiento por fe: Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos. Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová (1 Samuel 7:3-4).
En oración: Entonces dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos… y clamó Samuel a Jehová por Israel, y Jehová le oyó (1 Samuel 7:8, 9).
Con agradecimiento continuo por su redención: Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová (1 Samuel 7:12).
Note que estos elementos estaban ausentes de su batalla contra los filisteos en 1 Samuel 4 cuando perdieron el arca de Jehová. La Presencia de Jehová es la misma; lo que ha cambiado es la reacción de Israel. Y este cambio de reacción en parte es debido al cambio en el liderazgo espiritual, de la casa corrupta de Elí al profeta de Jehová, Samuel.
Pero según el comportamiento de sus hijos en 1 Samuel 8:1-3, la resolución de los problemas espirituales en Israel a largo plazo no será por intentar a levantar una casa profética heredada. ¿Qué deben hacer los israelitas? Han sufrido bajo sacerdotes corruptos y jueces dirigidos por sus propios intereses. Tal vez necesitan otra clase de gobierno: Constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones (1 Samuel 8:5).
Note que Jehová no está opuesto a la monarquía en sí. La ley tiene instrucciones sobre el comportamiento de un rey sobre Israel. Pero lo que importa es la clase de rey que desean los israelitas. Por ejemplo, entre los requisitos descritos en Deuteronomio 17:14-20, Moisés les dijo: Él no aumentará para sí caballos… Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia. Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas; y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra (Deuteronomio 17:16, 17-19). Pero ahora en 1 Samuel 8, no piden a un rey conforme al corazón de Jehová sino un rey: como tienen todas las naciones (1 Samuel 8:5). Por eso reconoce Jehová: A mí me han desechado, para que no reine sobre ellos (1 Samuel 8:7). Y aunque son informados del alto costo que sufrirán para mantener a un rey, los israelitas todavía dicen: No, sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras (1 Samuel 8:19-20). Aunque Jehová les mandó a ser santos como Él es santo, ellos respondieron que no quieren, sino que desean ser como todas las naciones alrededor.
Entonces, hay un gran paso para adelante en el arrepentimiento de Israel bajo el liderazgo de Samuel… a la vez, rehúsan tomar otro paso para adelante cuando rechazan una vida nacional conforme a la santidad de Jehová. La atracción de la vida pagana es muy fuerte…
Si no es títere ni trofeo ni objeto de curiosidad, ¿cómo debe responder Israel a la santa Presencia de Jehová? Como responden en 1 Samuel 7:
En arrepentimiento por fe: Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos. Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová (1 Samuel 7:3-4).
En oración: Entonces dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos… y clamó Samuel a Jehová por Israel, y Jehová le oyó (1 Samuel 7:8, 9).
Con agradecimiento continuo por su redención: Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová (1 Samuel 7:12).
Note que estos elementos estaban ausentes de su batalla contra los filisteos en 1 Samuel 4 cuando perdieron el arca de Jehová. La Presencia de Jehová es la misma; lo que ha cambiado es la reacción de Israel. Y este cambio de reacción en parte es debido al cambio en el liderazgo espiritual, de la casa corrupta de Elí al profeta de Jehová, Samuel.
Pero según el comportamiento de sus hijos en 1 Samuel 8:1-3, la resolución de los problemas espirituales en Israel a largo plazo no será por intentar a levantar una casa profética heredada. ¿Qué deben hacer los israelitas? Han sufrido bajo sacerdotes corruptos y jueces dirigidos por sus propios intereses. Tal vez necesitan otra clase de gobierno: Constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones (1 Samuel 8:5).
Note que Jehová no está opuesto a la monarquía en sí. La ley tiene instrucciones sobre el comportamiento de un rey sobre Israel. Pero lo que importa es la clase de rey que desean los israelitas. Por ejemplo, entre los requisitos descritos en Deuteronomio 17:14-20, Moisés les dijo: Él no aumentará para sí caballos… Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia. Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas; y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra (Deuteronomio 17:16, 17-19). Pero ahora en 1 Samuel 8, no piden a un rey conforme al corazón de Jehová sino un rey: como tienen todas las naciones (1 Samuel 8:5). Por eso reconoce Jehová: A mí me han desechado, para que no reine sobre ellos (1 Samuel 8:7). Y aunque son informados del alto costo que sufrirán para mantener a un rey, los israelitas todavía dicen: No, sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras (1 Samuel 8:19-20). Aunque Jehová les mandó a ser santos como Él es santo, ellos respondieron que no quieren, sino que desean ser como todas las naciones alrededor.
Entonces, hay un gran paso para adelante en el arrepentimiento de Israel bajo el liderazgo de Samuel… a la vez, rehúsan tomar otro paso para adelante cuando rechazan una vida nacional conforme a la santidad de Jehová. La atracción de la vida pagana es muy fuerte…