2 Crónicas 1 - 5:1
En resumen:
Salomón pide sabiduría de Jehová para gobernar al pueblo e inmediatamente la pone en práctica al organizar la construcción del templo.
Salomón pide sabiduría de Jehová para gobernar al pueblo e inmediatamente la pone en práctica al organizar la construcción del templo.
En más detalle:
Como uno de los temas principales de 1 y 2 Crónicas es el dominio justo de Jehová, hoy examinamos la petición de Salomón por sabiduría: Dame sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande? (2 Crónicas 1:10).
Note que la sabiduría es más que la acumulación de experiencias. Es el conocimiento del dominio justo de Jehová a tal profundidad que uno sabe aplicar sus preceptos a la vida diaria. Específicamente, uno la utiliza para someterse a Jehová en obediencia, para relacionarse con los demás en justicia, y para gobernar a la gente, los lugares, los recursos y el tiempo que están bajo su autoridad, a nivel familiar, en la comunidad o en el país. La importancia de la sabiduría viene del hecho de que nos dirige a relacionarnos y a ejercer autoridad de acuerdo con el dominio justo de Jehová sobre toda la creación; cuando uno demuestra la sabiduría, actúa de acuerdo con la justicia del Creador. Por eso hay que conocer a Jehová, temerlo y someterse a Él para empezar a recibir la sabiduría.
Aprendemos la sabiduría cuando prestamos atención a la revelación de Jehová de su dominio justo y reconocemos su aplicación personal con un corazón sumiso. Como es una instrucción recibida en vez de descubierta personalmente, hay mucho énfasis en la atención prestada a la revelación de Jehová y la sumisión completa a sus preceptos. Cuando uno la aplica a largo plazo en su vida, se espera bendición, prosperidad y protección porque actúa de acuerdo con la justicia de Jehová y sus promesas de bendecir a su pueblo.
En la lectura para hoy, Salomón reconoce su necesidad por la sabiduría para gobernar a Israel, y Jehová se la da en abundancia: Dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti (2 Crónicas 1:11-12). Y es impresionante que en estos primeros capítulos de 2 Crónicas, Salomón aplique la sabiduría, las riquezas, los bienes y la gloria primero que todo a la construcción del templo. Hiram rey de Tiro reconoce la conexión: Bendito sea Jehová el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que dio al rey David un hijo sabio, entendido, cuerdo y prudente, que edifique casa a Jehová, y casa para su reino (2 Crónicas 2:12). Por eso vemos que uno de los propósitos principales de la sabiduría, además que gobernar bien, es gobernar para dirigir a los demás a la adoración al Dios excelso y glorioso, Jehová. Y aunque han pasado milenios desde la construcción del templo por Salomón, los principios son iguales – Jehová da la sabiduría para gobernar bien, o sea en nuestras familias, iglesias, lugares de trabajo y comunidades, sobre todo para dirigir a los que están bajo nuestra autoridad y a las naciones a la adoración al único Dios sabio y glorioso.
Como uno de los temas principales de 1 y 2 Crónicas es el dominio justo de Jehová, hoy examinamos la petición de Salomón por sabiduría: Dame sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande? (2 Crónicas 1:10).
Note que la sabiduría es más que la acumulación de experiencias. Es el conocimiento del dominio justo de Jehová a tal profundidad que uno sabe aplicar sus preceptos a la vida diaria. Específicamente, uno la utiliza para someterse a Jehová en obediencia, para relacionarse con los demás en justicia, y para gobernar a la gente, los lugares, los recursos y el tiempo que están bajo su autoridad, a nivel familiar, en la comunidad o en el país. La importancia de la sabiduría viene del hecho de que nos dirige a relacionarnos y a ejercer autoridad de acuerdo con el dominio justo de Jehová sobre toda la creación; cuando uno demuestra la sabiduría, actúa de acuerdo con la justicia del Creador. Por eso hay que conocer a Jehová, temerlo y someterse a Él para empezar a recibir la sabiduría.
Aprendemos la sabiduría cuando prestamos atención a la revelación de Jehová de su dominio justo y reconocemos su aplicación personal con un corazón sumiso. Como es una instrucción recibida en vez de descubierta personalmente, hay mucho énfasis en la atención prestada a la revelación de Jehová y la sumisión completa a sus preceptos. Cuando uno la aplica a largo plazo en su vida, se espera bendición, prosperidad y protección porque actúa de acuerdo con la justicia de Jehová y sus promesas de bendecir a su pueblo.
En la lectura para hoy, Salomón reconoce su necesidad por la sabiduría para gobernar a Israel, y Jehová se la da en abundancia: Dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti (2 Crónicas 1:11-12). Y es impresionante que en estos primeros capítulos de 2 Crónicas, Salomón aplique la sabiduría, las riquezas, los bienes y la gloria primero que todo a la construcción del templo. Hiram rey de Tiro reconoce la conexión: Bendito sea Jehová el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que dio al rey David un hijo sabio, entendido, cuerdo y prudente, que edifique casa a Jehová, y casa para su reino (2 Crónicas 2:12). Por eso vemos que uno de los propósitos principales de la sabiduría, además que gobernar bien, es gobernar para dirigir a los demás a la adoración al Dios excelso y glorioso, Jehová. Y aunque han pasado milenios desde la construcción del templo por Salomón, los principios son iguales – Jehová da la sabiduría para gobernar bien, o sea en nuestras familias, iglesias, lugares de trabajo y comunidades, sobre todo para dirigir a los que están bajo nuestra autoridad y a las naciones a la adoración al único Dios sabio y glorioso.