Los primeros versículos explican por qué hemos visto la prioridad de Judá y de las tribus de José (Manasés y Efraín) desde el libro de Génesis en adelante: Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito; bien que Judá llegó a ser el mayor sobre sus hermanos, y el príncipe de ellos; mas el derecho de primogenitura fue de José)…(1 Crónicas 5:1-2).
Leímos del pecado de Rubén en Génesis 35:22 y como Jacob / Israel proclamó que no tenía la primogenitura en Génesis 49:3-4. Leímos también de cómo Jacob / Israel le dio a José la doble porción de la primogenitura por recibir a sus hijos, a Efraín y a Manasés, como sus propios hijos (Génesis 48:5-20). Lo que nos confirma la genealogía de 1 Crónicas 5 es que aunque su antepasado pecó de esa forma y fue castigado, los descendientes de Rubén todavía son una parte integral de Israel.
Además son dignos de honra porque son del primogénito físico de Israel (Richard L. Pratt, 1 and 2 Chronicles: A Mentor Commentary; 2006, Christian Focus Publications, pág. 105).
En el resto del 1 Crónicas 5 el cronista relata las genealogías de las dos tribus y media que poblaron las tierras al oriente del río Jordán, fuera de la tierra prometida. Leímos de su población de esta tierra en Números 32; Deuteronomio 3:8-20; Josué 1:12-18; 12:1-6; 13:8-33 y todo Josué 22. Ahora en 1 Crónicas 5
aprendemos de batallas que tuvieron contra sus vecinos que no fueron mencionados en ninguna otra parte de la Biblia: Estos tuvieron guerra contra los agarenos, y Jetur, Nafis y Nodab. Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban se rindieron en sus manos; porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él (1 Crónicas 5:19-20). Y aunque perdieron su tierra por su idolatría y fueron mandados al exilio por Asiria, el cronista desea que sean incluidos también en su visión por la restauración de Israel (Pratt, 111).
En 1 Crónicas 6 el cronista se concentra en la genealogía de los levitas. En
particular quiere indicar bien el linaje del sumo sacerdote desde Aarón a Zadok
y sus descendientes hasta el exilio. Demuestra también que levitas de todos los linajes principales de Leví participaron en la música del templo. También les anima a sus lectores a proveer por los levitas que iban a redificar a Jerusalén y todo Israel por acordarles de las tierras que habían recibido en la primera repartición de la tierra prometida.
1 Crónicas 7 – 8 relatan las genealogías de las otras tribus (menos Dan y Zabulón). Hace destacar a Benjamín, probablemente por la fidelidad de una parte de la tribu en los siglos antes del exilio a las tribus de Judá y Leví y al templo en Jerusalén (Pratt, 128-29). En estas genealogías se nota el interés en los hombres de guerra; probablemente el cronista quería subrayar que el nuevo Israel tendría que pensar en la organización de un ejército para luchar en las batallas de Jehová (Pratt, 118).
En resumen, por los primeros ocho capítulos de 1 Crónicas, podemos ver algunas de las prioridades del cronista. Desea presentar una visión por la repoblación de Israel por los descendientes de los exiliados de acuerdo con los mejores momentos de la historia israelita, cuando el pueblo de Jehová demostró más fidelidad a su Dios y disfrutó una relación viva en concierto con Él. Por eso, en las genealogías y su narrativa de la historia, hace destacar lo siguiente:
la fidelidad a la casa de David,
la devoción a Jehová dirigida por el sumo sacerdote y los levitas en el templo,
el apoyo a los levitas de acuerdo con la ley mosaica,
el clamor a Jehová en medio de la necesidad.
Como resultado de poner éstos en práctica, el pueblo de Jehová que vuelve del exilio para repoblar a Jerusalén y la tierra prometida puede esperar lo siguiente:
la respuesta de Jehová a su necesidad,
la recuperación de la extensión geográfica de la tierra prometida,
la reintegración de más exiliados a la tierra prometida,
la multiplicación de los descendientes como una bendición de Jehová,
el éxito militar contra sus enemigos.
Así que desde las genealogías, el cronista tiene un mensaje que comunicar al pueblo de Jehová, un mensaje basado en su fidelidad eterna.