La evaluación de los reyes según el estándar de los reyes anteriores: Por ejemplo: [Abiam] anduvo en todos los pecados que su padre había cometido antes de él (1 Reyes 15:3). Esta mentalidad de evaluación de los reyes revela un vínculo fuerte entre las generaciones – nuestros antepasados sirven de ejemplos (para bien o para mal), y nuestra parte es marcar la generación nuestra con la integridad que
servirá de estándar para las generaciones futuras también. Sobre todo para los reyes de Judá el estándar se encuentra en el rey David: no fue su corazón [de Abiam] perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de David su padre (1 Reyes 15:3). Y nos explica el versículo siguiente: Mas por amor a David, Jehová su Dios le dio lámpara en Jerusalén, levantando a su hijo después de él, y sosteniendo a Jerusalén (1 Reyes 15:4). Se supone que por la gracia de Jehová en su pacto con David, el rey de Judá debe reinar conforme a ella. Es precisamente el mismo principio que el apóstol Pablo nos enseña en Romanos 6 donde explica que por la gracia de Dios en nuestra salvación vivimos conforme a la gracia, bajo la obligación de ser siervos a la justicia (Romanos 6:11-18). Si no vivimos conforme a esa gracia, es de vergüenza para nosotros (Romanos 6:21; igual como la falta de integridad es de vergüenza para el testimonio de los reyes de Judá). Pero si sí, tenemos por nuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna (Romanos 6:22).
Y para los reyes de Israel, Jeroboam y su religión falsa sirven de estándar de vergüenza, el opuesto de la integridad de David. Por ejemplo: Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, e hizo peor que todos los que habían reinado antes de él; pues anduvo en todos los caminos de Jereboam hijo de Nabat, y en el pecado con el cual hizo pecar a Israel, provocando a ira a Jehová Dios de Israel con sus ídolos (1 Reyes 16:25-26). De allí podemos medir el escándalo del rey Acab, un rey principal de Israel: Porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró. E hizo altar a Baal, en el templo de Baal que él edificó en Samaria. Hizo también Acab una imagen de Asera, haciendo así Acab más que todos los reyes de Israel que reinaron antes que él, para provocar la ira de Jehová Dios de Israel (1 Reyes 16:31-33). En nuestra lectura, entramos una época espiritual muy oscura en la historia de Israel.
La seguridad del cumplimiento del juicio de Jehová expresado en su
palabra: El juicio de Jehová no es una amenaza hueca; ¡se cumple! Cuando él [Baasa] vino al reino, mató a toda la casa de Jeroboam, sin dejar alma viviente de los de Jeroboam, hasta raerla, conforme a la palabra que Jehová habló por su siervo Ahías silonita (1 Reyes 15:29). Y vino palabra de Jehová a Jehú hijo de Hanani contra Baasa, diciendo: Por cuanto yo te levanté del polvo y te puse por príncipe sobre mi pueblo Israel, y has andado en el camino de Jeroboam, y has hecho pecar a mi pueblo Israel, provocándome a ira con tus pecados; he aquí yo barreré la posteridad de Baasa, y la posteridad de su casa; y pondré su casa como la casa de Jeroboam hijo de Nabat (1 Reyes 16:1-3). Dios no hace acepción de personas cuando se trata de la desobediencia a su palabra y cumplirá su juicio cuando uno no se arrepiente.
La tentación de confiar en el poder económico y militar en vez de la
seguridad en las promesas de Jehová: Este tema va a ser uno de los principales en los profetas Isaías y Jeremías; tenemos una introducción breve al tema ahora en 1 Reyes 15: Hubo guerra entre Asa y Baasa rey de Israel, todo el tiempo de ambos.
Y subió Baasa rey de Israel contra Judá, y edificó a Ramá, para no dejar a ninguno salir ni entrar a Asa rey de Judá (1 Reyes 15:16-17). ¿Cómo debe reaccionar Asa rey de Judá al ver que el transporte a su capital será ahogado por la nueva ciudad de Baasa? ¿Clama a Jehová? ¿Busca la dirección de su profeta? ¿Llama al pueblo al arrepentimiento como hizo el profeta Samuel en 1 Samuel 7? No: Entonces tomando Asa toda la plata y el oro que había quedado en los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, los entregó a sus siervos, y los envió el rey Asa a Ben-adad hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, el cual residía en Damasco, diciendo: Haya alianza entre nosotros, como entre mi padre y el tuyo. He
aquí yo te envío un presente de plata y de oro; ve, y rompe tu pacto con Baasa rey de Israel, para que se aparte de mí (1 Reyes 15:18-19). Confía más en sus propias manipulaciones diplomáticas y económicas que en el poder de Jehová sobre las naciones. En vez de dirigir a los extranjeros a Jehová, los halaga y se somete a ellos, empobreciendo al pueblo de Jehová para enriquecer a los demás. Y al confiar en sí mismo, pierde la oportunidad de ver obrar el poder de Jehová.
Y esta vez parece que funciona: Y Ben-adad consintió con el rey Asa, y envió los príncipes de los ejércitos que tenía contra las ciudades de Israel, y conquistó Ijón, Dan, Abel-bet-maaca, y toda Cineret, con toda la tierra de Neftalí. Oyendo esto Baasa, dejó de edificar a Ramá, y se quedó en Tirsa (1 Reyes 15:20-21). Se libró Asa del aprieto de la nueva construcción… pero, ¿a qué expensas? Ahora una sección extensa de la tierra prometida se queda bajo el dominio sirio. Y los reyes futuros de Judá como Acaz y Ezequías tienen la tentación del éxito práctico de la diplomacia a corto plazo que les llamará la atención continuamente, una tentación que cumplida le va a causar gran daño al pueblo de Jehová y a despertar su juicio
contra ellos al largo plazo.
La vanidad de la construcción sin Jehová: La piedra y la madera que Baasa invirtió en Ramá se pasan a las manos de su enemigo Asa para construir a Geba de Benjamín y a Mizpa (1 Reyes 15:22). Omri edifica a Samaria (1 Reyes 16:24), la capital de Israel que va a lucir en belleza y riqueza… pero como la casa de su constructor, va a caer bajo la ira de Jehová por sus pecados. En su tiempo Hiel de
Bet-el reedificó a Jericó. A precio de la vida de Abiram su primogénito echó el cimiento, y a precio de la vida de Segub su hijo menor puso sus puertas, conforme a la palabra que Jehová había hablado por Josué hijo de Nun (1 Reyes 16:34; Josué 6:26). Son ejemplos destacados que confirman el versículo: Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican (Salmo 127:1).
La gracia de Jehová en levantar a Elías: A pesar de la oscuridad espiritual en crecimiento sobre la tierra prometida, Jehová no abandona a su pueblo. Sin anuncio previo aparece su portavoz para profetizar su juicio y llamar a una generación idólatra al arrepentimiento: Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra (1 Reyes 17:1). Es notable que en una generación rebelde, el profeta de Jehová obre milagrosamente pero en medio de la escasez y el exilio, conociendo el dolor y el sufrimiento del pueblo. Y entre los humildes la gloria de Jehová se revela por su profeta: Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca (1 Reyes 17:24).
La salvación de un remanente: Aunque se llama el primero libro de los reyes, mire bien a quiénes benefician más del poder de Jehová en estos capítulos: el
profeta Elías a escondidas, una viuda extranjera y su hijo. Aún en las épocas de oscuridad espiritual, Jehová extiende su misericordia y preserva a los suyos. Será un tema que resuena por todo el resto del Antiguo Testamento y por toda la Biblia.