Cuando Elías fue a Sinaí para presentar una demanda contra Israel por su idolatría y su endurecimiento contra el pacto, Jehová le respondió: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de
Siria. A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar. Y el que escapare de la espada de Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare de la espada de Jehú, Eliseo lo matará (1 Reyes 19:15-17). Una gran parte del cumplimiento de estas profecías ocurre en la lectura para hoy.
Después de que Acab mató a Nabot y tomó su heredad, Jehová le mandó a Elías para anunciarle su sentencia: He aquí yo traigo mal sobre ti, y barreré tu posteridad y destruiré hasta el último varón de la casa de Acab, tanto el siervo como el libre en Israel. Y pondré tu casa como la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de Baasa hijo de Ahías, por la rebelión con que me provocaste a ira, y con que has hecho pecar a Israel. De Jezabel también ha hablado Jehová, diciendo: Los perros comerán a Jezabel en el muro de Jezreel (1 Reyes 21:21-23).
Luego que Acab demostró algo de remordimiento por lo que había hecho, Jehová dijo: ¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa (1 Reyes 21:29).
Note por lo menos cuatro aspectos del cumplimiento de estas profecías en la lectura para hoy:
La precisión de las profecías de Jehová: Han pasado muchos años y muchos eventos, pero el juicio de Jehová se manifiesta exactamente cómo había declarado años antes. Jehová ordenó a cada persona a su lugar y cada acción sin faltar ninguno, y lo hizo todo naturalmente.
La rapidez con que se cumplen: Había una larga espera desde la sentencia de 1 Reyes 19, pero cuando llega el momento de cumplirse, nadie la puede detener. El tiempo por el arrepentimiento ya pasó; apenas hay tiempo para reconocer el juicio cuando se descarga.
El propósito del juicio de Jehová: Claro que el juicio castiga a la casa real de Acab, pero también purga el culto de Baal del país. El juicio de Jehová tiene una función purgativa además de destructora para santificar a su pueblo y desarraigar por completo su pecado.
El juicio de Jehová se pone en contraste con su fidelidad a la casa de David: La casa de David es purgada también cuando Jehú mata a Ocozías, el descendiente de David que: Anduvo en el camino de la casa de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como la casa de Acab; porque era yerno de la casa de Acab (2 Reyes 8:27). La muerte de Ocozías aún motiva a su madre a intentar a matar a toda la descendencia real (2 Reyes 11:1), igual como había pasado a las casas de Jeroboam, de Baasa y ahora de Acab. Pero en vez de dejar que la casa de David sea exterminada, Jehová la preserva: Pero Josaba hija del rey Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás hijo de Ocozías y lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y lo ocultó de Atalía, a él y a su ama, en la cámara de dormir, y en esta forma no lo mataron (2 Reyes 11:2). Y con tiempo, hay un avivamiento en la relación de Judá con Jehová cuando Joás llega a subir el trono: Entonces Joiada [el sumo sacerdote] hizo pacto entre Jehová y el rey y el pueblo, que serían pueblo de Jehová; y asimismo entre el rey y el pueblo… Y todo el pueblo de la tierra se regocijó, y la ciudad estuvo en reposo, habiendo sido Atalía muerta a espada junto a la casa del rey (2 Reyes 11:17, 20).
En resumen, vemos que el juicio de Jehová es seguro y rápido, que se descarga para purgar además de condenar, y que la protección del juicio viene por arrimarse al ungido de Jehová. De nuevo, los eventos de 2 Reyes nos urgen a arrepentirnos de nuestros pecados antes de que sea demasiado tarde, y nos empujan a encontrar salvación y protección del juicio por confiar únicamente en Jehová.