Primero nos toca definir la esperanza de acuerdo con el evangelio. La esperanza cristiana no tiene el sentido de un anhelo personal que tal vez sea cumplido, tal vez no, como en la frase: Espero que no llueva mañana. La esperanza cristiana es la expectativa segura que Dios va a cumplir lo que ha prometido, específicamente sobre la segunda venida de Jesucristo.
Pablo nos presenta la llegada de esta esperanza en el primer capítulo de esta carta. En la segunda venida de Jesucristo, los tesalonicenses van a ver la retribución de Dios en los que los atribularon y van a experimentar el reposo con Pablo y sus colaboradores (2 Tesalonicenses 1:6-7). El punto decisivo en si uno se encuentra entre los condenados o entre los que se gozan el reposo de Dios es su reacción al evangelio: Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan… cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo (2 Tesalonicenses 1:6-8).
Así describe Pablo el destino de los que no obedecen el evangelio: Los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder (2 Tesalonicenses 1:9). En cambio, los que obedecemos el evangelio vamos a tener una reacción completamente distinta en la segunda venida de Jesucristo: Cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (2 Tesalonicenses 1:10). Por eso las oraciones de Pablo y sus compañeros por los tesalonicenses se hacen con la visión de su preparación por ese día: Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder, para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo (2 Tesalonicenses 1:11-12).
En resumen, definimos la esperanza cristiana así: Es la seguridad de la segunda venida de Jesucristo para juzgar eterna y justamente a los que desobedecen el evangelio y para ser admirado y glorificado en todos los que lo creyeron. No es una doctrina secundaria de la fe cristiana sino una parte esencial, ligada al título Señor con que le llamamos a Jesús.
Note también que nuestra respuesta presente al evangelio del Señor Jesucristo indica entre quiénes vamos a estar ese día. Sean lo que sean las decisiones que toman hoy, su respuesta al evangelio es la más importante que puede tomar; tiene consecuencias eternas.