Primero, note la importancia del libro de Deuteronomio en toda la Biblia. Todos los libros de la Biblia son la palabra de Dios; todos tienen una importancia única en su revelación de Jehová al ser humano. Pero entre ellos, algunos tienen más influencia que otros. El libro de Deuteronomio es uno de los más impactantes de toda la Biblia. Su concepto de la historia va a gobernar todos los libros históricos del Antiguo Testamento. Su identificación del profeta va a regir sobre todos los libros proféticos. De todo el Antiguo Testamento, Deuteronomio es el libro más citado por Jesucristo. Y en el resto del Nuevo Testamento, sólo citan con mayor frecuencia a Salmos y a Isaías. Es decir, si un lector hoy no entiende bien el libro de Deuteronomio, le será muy difícil entender el resto de la Biblia. En cambio si lo entiende bien, tiene una buena fundación para crecer en su entendimiento de todo lo demás.
Segundo, será muy difícil si no imposible entender Deuteronomio si se nos olvida todo lo que aprendimos del pacto mosaico de Jehová con Israel desde el libro de Éxodo hasta el fin de Números. Deuteronomio es una pausa en camino a la tierra prometida para recopilar, explicar y confirmar el pacto de Jehová a la nueva generación que por fe está por entrar su heredad prometida.
Tercero, para entender Deuteronomio es necesario reconocer su presentación de la historia santa. Son muy útiles las observaciones de Peter Craigie (The Book of Deuteronomy, New International Commentary on the Old Testament, Eerdmans, 1976) sobre la historia en el libro de Deuteronomio; por eso, las voy a citar a continuación:
"Entonces la historia en el Israel antiguo no era una disciplina científica; tampoco era una búsqueda del pasado motivada por intereses en las antigüedades, ni un ejercicio filosófico de la auto-conciencia en el trasfondo de los eventos del pasado. La historia reveló lo que Dios había hecho por su pueblo; dio a entender su voluntad. El papel de la historia en Deuteronomio se relaciona con este punto central. Primero, la historia fue utilizada para despertar la memoria; segundo, la historia sirvió para producir la visión y la anticipación. Es decir, la historia abraza ambos el pasado y el futuro, pero sólo es crítico para el presente; la memoria de las acciones pasadas de Dios y la anticipación de sus acciones futuras son la estructura del compromiso presente a Dios en la renovación del pacto. La historia es entonces una dimensión de la relación continua entre Dios y su pueblo. El pasado retrata la fidelidad de Dios en esta relación y guarda la promesa de la continuación de esta relación. A la vez el pasado puede recordarle a la gente de su infidelidad o la infidelidad de sus antepasados, y así puede impresionarle con la urgencia de un compromiso presente para asegurar el futuro de la relación. Este sentido de la historia crea un medioambiente de urgencia y contingencia que inunda todo el libro de Deuteronomio" (Cragie, pág. 40).
Por ejemplo, note en la lectura para hoy que Moisés vuelve a contar la incredulidad de la generación previa de que leímos en Números 14 (ahora descrita en Deuteronomio 1:26-33). Y cuando pasa tanto tiempo en describir el viaje alrededor de Edom, Moab y Amón en Deuteronomio 2:1-23, no lo hace por accidente ni porque le interesa la geografía. Es para señalar a los israelitas que estos pueblos que no tienen pacto con Jehová… ¡recibieron su tierra directamente por su benevolencia! Yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir… Yo he dado a Ar por heredad a los hijos de Lot… No te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, pues a los hijos de Lot la he dado por heredad (Deuteronomio 2:5, 9, 19). Así desea subrayar Moisés al contarles a los israelitas la historia: si Jehová les ha dado grandes bendiciones de la tierra a esas naciones paganas, ¿cómo no le daría aún mejores bendiciones a su pueblo escogido, a su nación santa? El propósito de contarle el pasado es para motivar y animarles en su compromiso presente con Jehová, y para prepararles por el cumplimento futuro de sus promesas.
¿Notó también que Moisés les contó que estas naciones recibieron sus heredades por conquista militar… aún contra gigantes? Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac… los arrojaron de su presencia, y habitaron en lugar de ellos… Por tierra de gigantes fue también ella tenida; habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos; pueblo grande y numeroso, y alto, como los hijos de Anac; a los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas (Deuteronomio 2:10, 12, 20-21). Si así obró Jehová con las otras naciones, ¿a quiénes va a temer su pueblo escogido? Jehová ya les dio victoria sobre un gigante: Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre (Deuteronomio 3:11; aproximadamente 4 metros por 1.8 metros).
Entonces, la historia en Deuteronomio es para retratar el pasado con una visión hacia el futuro, para motivar la urgencia por el compromiso presente por el pacto mosaico. Pero hace más también. La historia cuenta la gloria del dominio de Dios que existe fuera del tiempo y que hace entradas en el tiempo cronológico, entradas para llevar a cabo el plan de salvación por gracia a sus escogidos. Actúan los israelitas, pero siempre en relación con el dominio justo, misericordioso y salvador de Jehová: Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? (Deuteronomio 3:24). La historia en Deuteronomio despierta las almas de sus siervos a la adoración.
Y esta perspectiva histórica, anclada en el dominio glorioso de Jehová, retratando el pasado para motivar el presente hacia una visión del cumplimiento de promesas futuras del pacto mosaico, va a resonar no sólo en Deuteronomio sino en la narrativa de todos los libros históricos del Antiguo Testamento: Josué, Jueces, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester. Va a informar la perspectiva histórica cristiana del nuevo pacto en Jesucristo según el Nuevo Testamento. Y aún hoy en día moldea las lentes por las cuales los cristianos miramos nuestras historias personales, nacionales y aún globales en relación con el nuevo pacto con Dios por Jesucristo.