Los que piensan justificarse por la ley en realidad son: enemigos de la cruz de Cristo (Filipenses 3:18). Sólo pueden gloriarse en sus vientres, en la carne terrenal que se va a corromper en la muerte. En cambio: Nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya (Filipenses 3:20-21).
El evangelio hace toda la diferencia. Por eso el cristiano puede gozarse aun en medio de las tribulaciones terrenales: ¡Regocijaos!... El Señor está cerca (Filipenses 4:4-5). Y mientras esperamos la segunda venida de Jesucristo, obedecemos lo que Pablo nos manda: Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad (Filipenses 4:8). Esta lista no es una descripción de la buena moralidad, ni tampoco una descripción bonita de los deberes cívicos que todos debemos poner en práctica. Es una descripción del evangelio de Jesucristo. En el evangelio encontramos todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre. Es el motivo de nuestras oraciones, de las virtudes y toda alabanza, y por eso continuamos a pensar en el evangelio de Jesucristo. Así guarda Dios nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús (Filipenses 4:7). Así nos hace capaces de regocijarnos en su segunda venida que está cerca (Filipenses 4:4-5).
Por eso, a las preguntas que presentamos por la lectura de Filipenses 1 – 2 podemos añadir algunas más. ¿En qué encuentra su gozo y paz? ¿En la seguridad material, en la aprobación de los seres humanos, o en el evangelio?
¿En qué medita durante la mayor parte del día cuando no tiene que pensar en los quehaceres del trabajo, de la escuela o de la casa? ¿Dedica sus pensamientos al deporte, a la última novela, a los eventos de su familia y los amigos de sus redes sociales, o ve todo eso en sumisión a la gloria de Jesucristo por el evangelio?