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Génesis 25 - 28 y Salmo 121

10/1/2012

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         En la lectura ayer, empezamos a sentir que una generación bendecida se acercaba a su fin.  Primero, Sara muere en el capítulo 23.  Luego leemos: Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años (Génesis 24:1) cuando hace los arreglos por el matrimonio de Isaac en capítulo 24.  En la lectura para hoy, leemos de los últimos preparativos de Abraham para asegurar la herencia de Isaac: A los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental (Génesis 25:6).  Y después, muere el patriarca Abraham.
         ¿Qué pasará con el pacto y sus bendiciones ahora que este gran hombre ha fallecido?  ¿Habrá competencia entre Isaac y sus medio hermanos?  ¿Demostrará Jehová su gracia a la generación nueva?  El narrador bíblico no permite que nos preocupemos mucho por la respuesta.  Casi inmediatamente nos dice: Sucedió, después de muerto Abraham, que Dios bendijo a Isaac su hijo; y habitó Isaac junto al pozo del Viviente-que-me-ve (Génesis 25:11).  Luego Jehová se le aparece a Isaac y le confirma el pacto: Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.  Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente (Génesis 26:3-4).
         Pero la continuación del pacto a una nueva generación no ocurre sin dificultades.  Primero, resulta que Rebeca, la nueva esposa de Isaac, es estéril.  Isaac tiene que enfrentar la misma dificultad que su padre Abraham… y parece que aprendió de su experiencia.  En vez de buscar a una concubina como Agar, Isaac ora a Dios: Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer (Génesis 25:21).  Aunque espera 20 años, se mantiene fiel a la oración y ve que Jehová se mantiene fiel a sus promesas (Génesis 25:20, 26).
         Segundo, hay la amenaza constante de los paganos numerosos de la tierra que tal vez deciden robarle a Isaac de las bendiciones del pacto (para quitarle la esposa, o los pozos o aún la vida).  A pesar de la mentira de Isaac, Jehová demuestra su gracia otra vez al proteger a la pequeña familia en capítulo 26, aún dándole paz con los filisteos que lo amenazaban antes.
         Tercero, hay conflicto en la propia familia.  Ambos Isaac y Rebeca quieren que su hijo preferido de los gemelos reciba la bendición del pacto, y se despierta el engaño de capítulo 27.  Pero Jehová revela que no es decisión de ellos quién va a heredar el pacto, ni pueden manipularla, sino que es decisión de Él mismo: [Rebeca] fue a consultar a Jehová; y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde sus entrañas; el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor (Génesis 25:23).  Como el apóstol Pablo observa sobre Jacob y Esaú: Cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor (Romanos 9:11).  La seguridad del pacto en la nueva generación se establece en la soberanía, la fidelidad y la gracia de Jehová, no en las manipulaciones de sus participantes.
         ¡Y qué felicidad y agradecimiento nos da hoy cuando reconocemos que la seguridad del pacto de Dios se establece en su soberanía, su fidelidad y su gracia!  Cuando nos preocupamos por la transmisión de la fe a la próxima generación, cuando nos sentimos las amenazas de un mundo hostil a la fe cristiana, cuando nos desaniman noticias de conflictos entre hermanos en Cristo, cuando sufrimos la esterilidad de algunas iglesias y ministerios, no tenemos que preocuparnos, sino que oramos y seguimos adelante en la obra del Señor, sabiendo que nuestro trabajo en el Señor no es en vano.  En cambio, Él edificará su iglesia como ha prometido, continuará firme a su pacto, aun en los retos, las amenazas y los conflictos que se presentan en la próxima generación.
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    Autor

    Rev. Ken Kytle, pastor de la Iglesia bautista La fe en Cristo cerca de Atlanta, Georgia, EEUU.

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