Deuteronomio 31:14 - 32:47
La posibilidad del arrepentimiento de que leímos ayer va a ser sumamente importante para asimilar la lectura para hoy. En sólo tres versículos Jehová le informa a Moisés que toda su enseñanza del libro de Deuteronomio no tendrá el impacto deseado en Israel: Este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él (Deuteronomio 31:16).
Pero el esfuerzo de Moisés en predicarle no será en vano: sus palabras servirán en testimonio contra Israel: Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel… Y cuando les vinieren muchos males y angustias, entonces este cántico responderá en su cara como testigo, pues será recordado por la boca de sus descendientes; porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes que los introduzca en la tierra que juré darles (Deuteronomio 31:19, 21).
El cántico de Moisés en Deuteronomio 32 pone en contraste la misericordia de Jehová y la rebelión de Israel: Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto. La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, generación torcida y perversa (Deuteronomio 32:4-5). Hace resaltar a la vista el pecado de Israel por ponerlo en contraste con la gracia con que Jehová les ha dado sus beneficios innumerables y únicos: ¿No es él tu padre que te creó? Él te hizo y te estableció (Deuteronomio 32:6).
El pecado de Israel se hace evidente durante la prosperidad material que quita su atención espiritual de Jehová: Pero engordó Jesurún, y tiró coces (engordaste, te cubriste de grasa); entonces abandonó al Dios que lo hizo, y menospreció la Roca de su salvación. Le despertaron a celos con los dioses ajenos; lo provocaron a ira con abominaciones (Deuteronomio 32:15-16). Por eso, Jehová les va a castigar de acuerdo con sus pecados: Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios; me provocaron a ira con sus ídolos; yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, los provocaré a ira con una nación insensata (Deuteronomio 32:21). También les va a quitar la prosperidad que les cegó (Deuteronomio 32:22).
Pero aun así detendrá su castigo por la soberbia de las naciones con que atacará a su pueblo: Yo había dicho que los esparciría lejos, que haría cesar de entre los hombres la memoria de ellos, de no haber temido la provocación del enemigo, no sea que se envanezcan sus adversarios, no sea que digan: nuestra mano poderosa ha hecho todo esto, y no Jehová (Deuteronomio 32:27). Por eso castigará a su pueblo, pero no al límite que merece: Porque Jehová juzgará a su pueblo, y por amor de sus siervos se arrepentirá, cuando viere que la fuerza pereció, y que no queda ni siervo ni libre (Deuteronomio 32:36). En todo, va a demostrar Jehová que es único, que es justo y tomará venganza de sus enemigos, no importa si se encuentran entre Israel o entre las naciones paganas alrededor de ellos (Deuteronomio 32:39-43).
Como los israelitas tienen que repetir este cántico para asimilar y acordarse de sus lecciones, igual nosotros tenemos que prestarle una atención especial. Primero, el esquema descrito en este cántico se va a repetir por toda la Biblia, muchas veces en los libros históricos del Antiguo Testamento pero sobre todo en los libros de los profetas. Vamos a leer repetidas veces del pecado de Israel por seguir a dioses falsos en su prosperidad, la retribución justa que les da Jehová por su pecado, la pérdida de la prosperidad, de la tierra y de la vida por la invasión de tropas extranjeras, y la parada del castigo cuando se enorgullecen los extranjeros. Y todo este proceder va a subrayar que Jehová es excelso y único, que es justo, que es el Todopoderoso y el único que salva.
Segundo, junto con este mensaje del juicio merecido de Jehová, queremos acordarnos de la lección sobre el arrepentimiento ayer. Hoy leemos que el juicio de Jehová viene rápidamente: Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo su pie resbalará, porque el día de su aflicción está cercano, y lo que les está preparado se apresura (Deuteronomio 32:35). Ayer leímos que aún en el castigo más desolador hay oportunidad para arrepentirse: Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios, y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios (Deuteronomio 30:1-3). Veremos este dinámico también en los libros históricos y los profetas: el anuncio del juicio venidero es para despertar el arrepentimiento en un remanente del pueblo de Jehová. El juicio de Jehová viene rápidamente, y por eso les urge a algunos el camino estrecho del arrepentimiento antes de que se cierre por completo, o como dice el profeta Sofonías: Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad juicio, buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová (Sofonías 2:3).
Por eso, ¿cómo debemos reaccionar al cántico de Moisés en Deuteronomio 32? Igual como los israelitas debían haber hecho cuando lo cantaron por generaciones desde ese día: por apurarnos en el arrepentimiento, antes que se destalle el juicio seguro y merecido que anuncia.
Pero el esfuerzo de Moisés en predicarle no será en vano: sus palabras servirán en testimonio contra Israel: Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel… Y cuando les vinieren muchos males y angustias, entonces este cántico responderá en su cara como testigo, pues será recordado por la boca de sus descendientes; porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes que los introduzca en la tierra que juré darles (Deuteronomio 31:19, 21).
El cántico de Moisés en Deuteronomio 32 pone en contraste la misericordia de Jehová y la rebelión de Israel: Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto. La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, generación torcida y perversa (Deuteronomio 32:4-5). Hace resaltar a la vista el pecado de Israel por ponerlo en contraste con la gracia con que Jehová les ha dado sus beneficios innumerables y únicos: ¿No es él tu padre que te creó? Él te hizo y te estableció (Deuteronomio 32:6).
El pecado de Israel se hace evidente durante la prosperidad material que quita su atención espiritual de Jehová: Pero engordó Jesurún, y tiró coces (engordaste, te cubriste de grasa); entonces abandonó al Dios que lo hizo, y menospreció la Roca de su salvación. Le despertaron a celos con los dioses ajenos; lo provocaron a ira con abominaciones (Deuteronomio 32:15-16). Por eso, Jehová les va a castigar de acuerdo con sus pecados: Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios; me provocaron a ira con sus ídolos; yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, los provocaré a ira con una nación insensata (Deuteronomio 32:21). También les va a quitar la prosperidad que les cegó (Deuteronomio 32:22).
Pero aun así detendrá su castigo por la soberbia de las naciones con que atacará a su pueblo: Yo había dicho que los esparciría lejos, que haría cesar de entre los hombres la memoria de ellos, de no haber temido la provocación del enemigo, no sea que se envanezcan sus adversarios, no sea que digan: nuestra mano poderosa ha hecho todo esto, y no Jehová (Deuteronomio 32:27). Por eso castigará a su pueblo, pero no al límite que merece: Porque Jehová juzgará a su pueblo, y por amor de sus siervos se arrepentirá, cuando viere que la fuerza pereció, y que no queda ni siervo ni libre (Deuteronomio 32:36). En todo, va a demostrar Jehová que es único, que es justo y tomará venganza de sus enemigos, no importa si se encuentran entre Israel o entre las naciones paganas alrededor de ellos (Deuteronomio 32:39-43).
Como los israelitas tienen que repetir este cántico para asimilar y acordarse de sus lecciones, igual nosotros tenemos que prestarle una atención especial. Primero, el esquema descrito en este cántico se va a repetir por toda la Biblia, muchas veces en los libros históricos del Antiguo Testamento pero sobre todo en los libros de los profetas. Vamos a leer repetidas veces del pecado de Israel por seguir a dioses falsos en su prosperidad, la retribución justa que les da Jehová por su pecado, la pérdida de la prosperidad, de la tierra y de la vida por la invasión de tropas extranjeras, y la parada del castigo cuando se enorgullecen los extranjeros. Y todo este proceder va a subrayar que Jehová es excelso y único, que es justo, que es el Todopoderoso y el único que salva.
Segundo, junto con este mensaje del juicio merecido de Jehová, queremos acordarnos de la lección sobre el arrepentimiento ayer. Hoy leemos que el juicio de Jehová viene rápidamente: Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo su pie resbalará, porque el día de su aflicción está cercano, y lo que les está preparado se apresura (Deuteronomio 32:35). Ayer leímos que aún en el castigo más desolador hay oportunidad para arrepentirse: Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios, y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios (Deuteronomio 30:1-3). Veremos este dinámico también en los libros históricos y los profetas: el anuncio del juicio venidero es para despertar el arrepentimiento en un remanente del pueblo de Jehová. El juicio de Jehová viene rápidamente, y por eso les urge a algunos el camino estrecho del arrepentimiento antes de que se cierre por completo, o como dice el profeta Sofonías: Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad juicio, buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová (Sofonías 2:3).
Por eso, ¿cómo debemos reaccionar al cántico de Moisés en Deuteronomio 32? Igual como los israelitas debían haber hecho cuando lo cantaron por generaciones desde ese día: por apurarnos en el arrepentimiento, antes que se destalle el juicio seguro y merecido que anuncia.