Esdras 1 - 3
En resumen:
Jehová reina en soberanía aun sobre el reino más poderoso de la tierra. La manifiesta al cumplir su palabra en el tiempo señalado y por mandar a su pueblo en autoridad y con provisiones a Jerusalén.
Jehová reina en soberanía aun sobre el reino más poderoso de la tierra. La manifiesta al cumplir su palabra en el tiempo señalado y por mandar a su pueblo en autoridad y con provisiones a Jerusalén.
En más detalle:
(Si no ha leído el resumen histórico de los eventos de Esdras, Nehemías y Ester en la introducción a la décima unidad de la Biblia, haga clic aquí. Note también que por nuestra lectura de 1 y 2 Reyes y 1 y 2 Crónicas, nos hemos acostumbrado a hacer referencia al viejo reino del norte como Israel y el del sur, Judá; ahora en Esdras se vuelve al costumbre de llamar a toda la región “Israel”.)
El libro de Esdras empieza donde 2 Crónicas terminó, con el decreto de Ciro para la repoblación de Jerusalén (2 Crónicas 36:22-23 y Esdras 1:1-4). Note la soberanía completa de Jehová en toda esta proclamación histórica:
1) El tiempo del decreto concuerda con la palabra de Jehová por la boca de Jeremías sobre los 70 años del exilio (Esdras 1:1; véase también 2 Crónicas 36:20-21; Jeremías 25:8-14 y 29:10).
2) Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de Persia para hacer la proclamación (Esdras 1:1)
3) Ciro reconoce que Jehová el Dios de los cielos le ha dado todos los reinos de la tierra (Esdras 1:2).
4) Dice que Jehová le mandó que edifique casa en Jerusalén (Esdras 1:2).
5) Reconoce a Jehová como Dios y pide su bendición en la reconstrucción del templo (Esdras 1:3).
6) Jehová despierta el espíritu de todos los que suben a Jerusalén para edificar su templo (Esdras 1:5).
7) Por la bendición de Ciro en Esdras 1:4, se queda por entendido que Jehová obró en la provisión de la obra (Esdras 1:4, 6-11).
Por eso, en la lista de Esdras 2 no sobresalen hazañas como las de los hombres valientes de David en 1 Crónicas 11:10 – 12:40 sino una obediencia común a todos.
También los recién llegados del exilio obran en una unidad que seguramente agradó al cronista: Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén (Esdras 3:1). Aun antes de terminar los cimientos del templo, vuelven a ofrecer los sacrificios de acuerdo con la ley de Jehová a Moisés (Esdras 3:2-6). El inicio de la construcción nos acuerda de los preparativos de Salomón por el templo (2 Crónicas 2), y la organización de los levitas hace eco de su organización por el rey David (Esdras 3:8-10). Y cuando por fin celebran la construcción de los cimientos de la casa, se enlazan con toda la historia previa de Israel y Judá, llorando por la pérdida de la gloria pasada y gritando por la gracia de Jehová que en su pacto les permitió que el templo volviera a ser su lugar de adoración y oración. Desde el principio hasta el fin de la lectura, se ve que Jehová es soberano y que anda en comunión con su pueblo otra vez.
(Si no ha leído el resumen histórico de los eventos de Esdras, Nehemías y Ester en la introducción a la décima unidad de la Biblia, haga clic aquí. Note también que por nuestra lectura de 1 y 2 Reyes y 1 y 2 Crónicas, nos hemos acostumbrado a hacer referencia al viejo reino del norte como Israel y el del sur, Judá; ahora en Esdras se vuelve al costumbre de llamar a toda la región “Israel”.)
El libro de Esdras empieza donde 2 Crónicas terminó, con el decreto de Ciro para la repoblación de Jerusalén (2 Crónicas 36:22-23 y Esdras 1:1-4). Note la soberanía completa de Jehová en toda esta proclamación histórica:
1) El tiempo del decreto concuerda con la palabra de Jehová por la boca de Jeremías sobre los 70 años del exilio (Esdras 1:1; véase también 2 Crónicas 36:20-21; Jeremías 25:8-14 y 29:10).
2) Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de Persia para hacer la proclamación (Esdras 1:1)
3) Ciro reconoce que Jehová el Dios de los cielos le ha dado todos los reinos de la tierra (Esdras 1:2).
4) Dice que Jehová le mandó que edifique casa en Jerusalén (Esdras 1:2).
5) Reconoce a Jehová como Dios y pide su bendición en la reconstrucción del templo (Esdras 1:3).
6) Jehová despierta el espíritu de todos los que suben a Jerusalén para edificar su templo (Esdras 1:5).
7) Por la bendición de Ciro en Esdras 1:4, se queda por entendido que Jehová obró en la provisión de la obra (Esdras 1:4, 6-11).
Por eso, en la lista de Esdras 2 no sobresalen hazañas como las de los hombres valientes de David en 1 Crónicas 11:10 – 12:40 sino una obediencia común a todos.
También los recién llegados del exilio obran en una unidad que seguramente agradó al cronista: Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén (Esdras 3:1). Aun antes de terminar los cimientos del templo, vuelven a ofrecer los sacrificios de acuerdo con la ley de Jehová a Moisés (Esdras 3:2-6). El inicio de la construcción nos acuerda de los preparativos de Salomón por el templo (2 Crónicas 2), y la organización de los levitas hace eco de su organización por el rey David (Esdras 3:8-10). Y cuando por fin celebran la construcción de los cimientos de la casa, se enlazan con toda la historia previa de Israel y Judá, llorando por la pérdida de la gloria pasada y gritando por la gracia de Jehová que en su pacto les permitió que el templo volviera a ser su lugar de adoración y oración. Desde el principio hasta el fin de la lectura, se ve que Jehová es soberano y que anda en comunión con su pueblo otra vez.