Isaías 36 - 39 y Salmo 71
En resumen:
Las profecías de Isaías, especialmente las más recientes de capítulos 28 – 35, son cumplidas en el sitio de Jerusalén y en la victoria de Jehová sobre los asirios. Luego vienen dos pruebas más en que Ezequías necesita confiar en Jehová igual como hizo durante la amenaza asiria.
Las profecías de Isaías, especialmente las más recientes de capítulos 28 – 35, son cumplidas en el sitio de Jerusalén y en la victoria de Jehová sobre los asirios. Luego vienen dos pruebas más en que Ezequías necesita confiar en Jehová igual como hizo durante la amenaza asiria.
En más detalle:
La información de Isaías 36 – 37 es básicamente igual a lo que leímos en 2 Crónicas 32:1-22 y sobre todo en 2 Reyes 18:13 – 19:37. La diferencia es que ahora la leemos a la luz de las profecías de Isaías.
1. Se cumplen las profecías sobre la llegada asiria a Jerusalén: Por cuanto desechó este pueblo las aguas de Siloé, que corren mansamente, y se regocijó con Rezín y con el hijo de Remalías; he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de ríos, inpetuosas y muchas, esto es, al rey de Asiria con todo su poder; el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas; y pasando hasta Judá, inundará y pasará adelante, y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emanuel (Isaías 5:6-8). Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira (Isaías 10:5). Yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y triste (Isaías 29:2). Tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de a caballo acamparon a la puerta. Y desnudó la cubierta de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque (Isaías 22:7-8).
2. Se cumple el cambio de Jehová hacia Asiria, el instrumento de su ira: Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos (Isaías 10:12).
3. Se cumple el tiempo de espera antes de que el remanente sea salvado: Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación (Isaías 26:20). Este tiempo de espera también es profetizado en la lectura para hoy: Esto te será por señal: Comeréis este año lo que nace de suyo, y el año segundo lo que nace de suyo; y el año tercero sembraréis y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis su fruto (Isaías 37:30). Debido a la invasión, toda la tierra de Judá fue dominada por los asirios, los judíos que sobrevivieron huyeron a los muros de defensa de Jerusalén, y por dos años los agricultores no van a poder sembrar. Pero en la pausa del sitio de Jerusalén (descrita en 2 Reyes 19:8-13), van a encontrar nacido de por sí lo suficiente para alimentar al pueblo por un año. Luego, cuando el rey de Asiria abandona el sitio de Jerusalén, no habrá tiempo para sembrar el segundo año, pero otra vez, van a encontrar nacido de por sí lo suficiente para alimentar al pueblo. Después, en el tercer año, van a poder volver a la agricultura normal.
4. Se cumple la victoria gloriosa de Jehová sobre Asiria: Porque Asiria que hirió con vara, con la voz de Jehová será quebrantada. Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos. Porque Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende (Isaías 30:31-33).
5. Se cumple la preservación del remanente: Lo que hubiere quedado de la casa de Judá y lo que hubiere escapado, volverá a echar raíz abajo, y dará fruto arriba. Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto (Isaías 37:31-32).
Y si así se cumplen todas las profecías de Isaías sobre esta invasión, claro que el pueblo debe responder en el arrepentimiento, la práctica de la justicia y la seguridad quieta en Jehová que le ha mandado junto con la profecía.
Ezequías tiene dos oportunidades para poner estas lecciones en práctica. En Isaías 38 se enferma gravemente, pero clama a Jehová, y Jehová en su misericordia le responde por salvarle de la muerte y por darle 15 años más de vida. En respuesta a esta gran sanidad, Ezequías entona un salmo de agradecimiento en el resto del capítulo. En Isaías 39, llegan embajadores de Babilonia para saludarle y probablemente para pedirle una alianza de protección contra Asiria. Ezequías otra vez cae en la trampa de buscar la seguridad en las naciones extranjeras y en el poder militar y económico. En vez de dirigirlos a la casa de Jehová para adoración como Salomón dirigió a la reina de Sabá, Ezequías intenta a impresionarlos con su riqueza material – y por eso las profecías de Isaías 13:1-18 sobre Babilonia como instrumento de la ira de Jehová se cumplirán.
La respuesta de Ezequías al final de la lectura es sorprendente: Y dijo Ezequías a Isaías: La palabra de Jehová que has hablado es buena. Y añadió: A lo menos, haya paz y seguridad en mis días (Isaías 39:8). ¿Serán buenas noticias las que dicen que sus hijos serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia? …Sólo si uno se ha hundido tanto en la soberbia que piensa únicamente en su propio bien, sin considerar a los demás. Las noticias que deben despertar lágrimas, lamentación y arrepentimiento aquí sólo despiertan la satisfacción por su propia seguridad.
Por eso, a pesar de la victoria de Jehová y el cumplimiento glorioso de tantas profecías, terminamos esta sección del libro de Isaías en choque, sorprendidos por la profundidad de la soberbia en los corazones del pueblo de Jehová. Aún la experiencia de la invasión asiria y la gloriosa victoria de Dios no han desarraigado la soberbia y la carnalidad del corazón de Judá. La raíz de la soberbia que se desplegó en tanta injusticia y condenación en los primeros capítulos de Isaías no se desapareció, sólo se escondió por un rato. Se volverá a crecer en las próximas generaciones hasta que llegue otro instrumento del juicio divino para castigarlas. No estamos muy lejos del ciclo espiritual en declive del libro de Jueces… sólo que esta vez hay un rey.
¿Cuándo se quedarán satisfechas el hambre y la sed del remanente fiel por la justicia verdadera de Jehová? ¿Cuándo llegará el Rey justo de la casa de David? ¡Cuánto debe anhelar el remanente fiel la llegada del Rey justo profetizado en Isaías 9:1-7!
La información de Isaías 36 – 37 es básicamente igual a lo que leímos en 2 Crónicas 32:1-22 y sobre todo en 2 Reyes 18:13 – 19:37. La diferencia es que ahora la leemos a la luz de las profecías de Isaías.
1. Se cumplen las profecías sobre la llegada asiria a Jerusalén: Por cuanto desechó este pueblo las aguas de Siloé, que corren mansamente, y se regocijó con Rezín y con el hijo de Remalías; he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de ríos, inpetuosas y muchas, esto es, al rey de Asiria con todo su poder; el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas; y pasando hasta Judá, inundará y pasará adelante, y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emanuel (Isaías 5:6-8). Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira (Isaías 10:5). Yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y triste (Isaías 29:2). Tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de a caballo acamparon a la puerta. Y desnudó la cubierta de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque (Isaías 22:7-8).
2. Se cumple el cambio de Jehová hacia Asiria, el instrumento de su ira: Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos (Isaías 10:12).
3. Se cumple el tiempo de espera antes de que el remanente sea salvado: Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación (Isaías 26:20). Este tiempo de espera también es profetizado en la lectura para hoy: Esto te será por señal: Comeréis este año lo que nace de suyo, y el año segundo lo que nace de suyo; y el año tercero sembraréis y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis su fruto (Isaías 37:30). Debido a la invasión, toda la tierra de Judá fue dominada por los asirios, los judíos que sobrevivieron huyeron a los muros de defensa de Jerusalén, y por dos años los agricultores no van a poder sembrar. Pero en la pausa del sitio de Jerusalén (descrita en 2 Reyes 19:8-13), van a encontrar nacido de por sí lo suficiente para alimentar al pueblo por un año. Luego, cuando el rey de Asiria abandona el sitio de Jerusalén, no habrá tiempo para sembrar el segundo año, pero otra vez, van a encontrar nacido de por sí lo suficiente para alimentar al pueblo. Después, en el tercer año, van a poder volver a la agricultura normal.
4. Se cumple la victoria gloriosa de Jehová sobre Asiria: Porque Asiria que hirió con vara, con la voz de Jehová será quebrantada. Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos. Porque Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende (Isaías 30:31-33).
5. Se cumple la preservación del remanente: Lo que hubiere quedado de la casa de Judá y lo que hubiere escapado, volverá a echar raíz abajo, y dará fruto arriba. Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto (Isaías 37:31-32).
Y si así se cumplen todas las profecías de Isaías sobre esta invasión, claro que el pueblo debe responder en el arrepentimiento, la práctica de la justicia y la seguridad quieta en Jehová que le ha mandado junto con la profecía.
Ezequías tiene dos oportunidades para poner estas lecciones en práctica. En Isaías 38 se enferma gravemente, pero clama a Jehová, y Jehová en su misericordia le responde por salvarle de la muerte y por darle 15 años más de vida. En respuesta a esta gran sanidad, Ezequías entona un salmo de agradecimiento en el resto del capítulo. En Isaías 39, llegan embajadores de Babilonia para saludarle y probablemente para pedirle una alianza de protección contra Asiria. Ezequías otra vez cae en la trampa de buscar la seguridad en las naciones extranjeras y en el poder militar y económico. En vez de dirigirlos a la casa de Jehová para adoración como Salomón dirigió a la reina de Sabá, Ezequías intenta a impresionarlos con su riqueza material – y por eso las profecías de Isaías 13:1-18 sobre Babilonia como instrumento de la ira de Jehová se cumplirán.
La respuesta de Ezequías al final de la lectura es sorprendente: Y dijo Ezequías a Isaías: La palabra de Jehová que has hablado es buena. Y añadió: A lo menos, haya paz y seguridad en mis días (Isaías 39:8). ¿Serán buenas noticias las que dicen que sus hijos serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia? …Sólo si uno se ha hundido tanto en la soberbia que piensa únicamente en su propio bien, sin considerar a los demás. Las noticias que deben despertar lágrimas, lamentación y arrepentimiento aquí sólo despiertan la satisfacción por su propia seguridad.
Por eso, a pesar de la victoria de Jehová y el cumplimiento glorioso de tantas profecías, terminamos esta sección del libro de Isaías en choque, sorprendidos por la profundidad de la soberbia en los corazones del pueblo de Jehová. Aún la experiencia de la invasión asiria y la gloriosa victoria de Dios no han desarraigado la soberbia y la carnalidad del corazón de Judá. La raíz de la soberbia que se desplegó en tanta injusticia y condenación en los primeros capítulos de Isaías no se desapareció, sólo se escondió por un rato. Se volverá a crecer en las próximas generaciones hasta que llegue otro instrumento del juicio divino para castigarlas. No estamos muy lejos del ciclo espiritual en declive del libro de Jueces… sólo que esta vez hay un rey.
¿Cuándo se quedarán satisfechas el hambre y la sed del remanente fiel por la justicia verdadera de Jehová? ¿Cuándo llegará el Rey justo de la casa de David? ¡Cuánto debe anhelar el remanente fiel la llegada del Rey justo profetizado en Isaías 9:1-7!