Isaías 58 - 60
En resumen:
A continuación de las profecías de la lectura pasada, Isaías 58 llama al remanente al arrepentimiento de la hipocresía religiosa y la injusticia. Pero cuando identifica más pecados en Isaías 59, se cambia de acusación a confesión de los pecados numerosos en que se han sumergido todos. Por su gracia, Jehová los rescata en Isaías 59 y les describe las bendiciones que también les esperan por su gracia en Isaías 60.
A continuación de las profecías de la lectura pasada, Isaías 58 llama al remanente al arrepentimiento de la hipocresía religiosa y la injusticia. Pero cuando identifica más pecados en Isaías 59, se cambia de acusación a confesión de los pecados numerosos en que se han sumergido todos. Por su gracia, Jehová los rescata en Isaías 59 y les describe las bendiciones que también les esperan por su gracia en Isaías 60.
En más detalle:
Isaías 58 da una descripción inolvidable del verdadero ayuno, uno ligado con la misericordia y el deleite en la justicia de Jehová.
Isaías 59:1-2 vuelve al tema tocado en Isaías 49:14 y 58:3, ahora en más detalle: Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí (Isaías 49:14); ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? (Isaías 58:3). Aquí Isaías les responde igual como antes: Vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír (Isaías 59:2). Pero esta vez les da mucho más detalle (Isaías 59:3-8). Y de repente las acusaciones se transforman a confesión; el profeta incluye a sí mismo y a todo el remanente entre los que padecen la condenación por el pecado: Se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad (Isaías 59:6). Esperamos justicia, y no la hay; salvación, y se alejó de nosotros. Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados: el prevaricar y mentir contra Jehová, y el apartarse de en pos de nuestro Dios; el hablar calumnia y rebelión, concebir y proferir de corazón palabras de mentira (Isaías 59:11-13). Ninguno ni se interpuso para interceder por el pueblo (Isaías 59:16).
La gloria sea a Jehová por encargarse Él mismo de la salvación completa del remanente sin la ayuda de ellos: Lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia. Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto, como para vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios (Isaías 59:16-18). Y su salvación no es sólo para los de un poblado sino para todo su remanente hasta los fines de la tierra (Isaías 59:18-19).
Por eso es llamado Redentor en Isaías 59:20, y Redentor de los que se han arrepentido de la iniquidad. Y describe un nuevo pacto con ellos de la permanencia de su Espíritu: Este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre (Isaías 59:21). Por eso anuncia Isaías estas buenas noticias con: Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti (Isaías 60:1). Y describe en todo capítulo 60 los beneficios por este nuevo pacto en que toda la tierra y toda la creación se someten al dominio justo de Jehová sin el estorbo del pecado o de la injusticia. Jehová reinará en toda su gloria a tal punto que: El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria (Isaías 60:19). Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme (Isaías 60:21).
Por eso, de acuerdo con Isaías y junto con todos los redimidos por la fe en el Siervo, decimos: Amén; sí, ven, Señor Jesús (Apocalipsis 22:20).
Isaías 58 da una descripción inolvidable del verdadero ayuno, uno ligado con la misericordia y el deleite en la justicia de Jehová.
Isaías 59:1-2 vuelve al tema tocado en Isaías 49:14 y 58:3, ahora en más detalle: Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí (Isaías 49:14); ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? (Isaías 58:3). Aquí Isaías les responde igual como antes: Vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír (Isaías 59:2). Pero esta vez les da mucho más detalle (Isaías 59:3-8). Y de repente las acusaciones se transforman a confesión; el profeta incluye a sí mismo y a todo el remanente entre los que padecen la condenación por el pecado: Se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad (Isaías 59:6). Esperamos justicia, y no la hay; salvación, y se alejó de nosotros. Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados: el prevaricar y mentir contra Jehová, y el apartarse de en pos de nuestro Dios; el hablar calumnia y rebelión, concebir y proferir de corazón palabras de mentira (Isaías 59:11-13). Ninguno ni se interpuso para interceder por el pueblo (Isaías 59:16).
La gloria sea a Jehová por encargarse Él mismo de la salvación completa del remanente sin la ayuda de ellos: Lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia. Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto, como para vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios (Isaías 59:16-18). Y su salvación no es sólo para los de un poblado sino para todo su remanente hasta los fines de la tierra (Isaías 59:18-19).
Por eso es llamado Redentor en Isaías 59:20, y Redentor de los que se han arrepentido de la iniquidad. Y describe un nuevo pacto con ellos de la permanencia de su Espíritu: Este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre (Isaías 59:21). Por eso anuncia Isaías estas buenas noticias con: Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti (Isaías 60:1). Y describe en todo capítulo 60 los beneficios por este nuevo pacto en que toda la tierra y toda la creación se someten al dominio justo de Jehová sin el estorbo del pecado o de la injusticia. Jehová reinará en toda su gloria a tal punto que: El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria (Isaías 60:19). Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme (Isaías 60:21).
Por eso, de acuerdo con Isaías y junto con todos los redimidos por la fe en el Siervo, decimos: Amén; sí, ven, Señor Jesús (Apocalipsis 22:20).