Isaías 61 - 64
En resumen:
En respuesta a la lectura pasada, hoy entramos una sinfonía de promesas, alabanzas y oración que celebra la redención del remanente por Jehová y el dominio justo de nuestro Dios sobre toda la creación restaurada.
En respuesta a la lectura pasada, hoy entramos una sinfonía de promesas, alabanzas y oración que celebra la redención del remanente por Jehová y el dominio justo de nuestro Dios sobre toda la creación restaurada.
En más detalle:
Empezamos Isaías 61 con el anuncio del ungido por Jehová (uno puesto aparte para el fin exclusivo de servirle a Jehová en santidad). Su misión es declarar las noticias de una transformación total de estado a los que sufren más: Me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya (Isaías 61:1-3).
Cuando Jesucristo cita estos versículos en la sinagoga de Nazaret en Lucas 4:16-21 y declara: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros (Lucas 4:21), hace más que identificarse como el Ungido de Jehová de estos versículos. También se identifica como el medio por el cual esta transformación tendrá lugar. El hecho de que su ministerio es rechazado (Lucas 4:22-30) pone en evidencia un tema central del libro de Isaías – la gran mayoría del pueblo de Jehová no responde a su palabra con fe. Pero por ahora en Isaías 61, no se presenta la incredulidad. El remanente experimenta reconstrucción y restauración (Isaías 61:4), dominio (Isaías 61:5), santificación y ministerio (Isaías 61:6), honra y gozo (Isaías 61:7), todo afirmado por Jehová en pacto perpetuo (Isaías 61:8). Así será glorificado Jehová por las naciones (Isaías 61:9), y el remanente de Jehová andará en una relación celebrada con Él como una novia de bodas con su novio amado (Isaías 61:10). Así brotará en la tierra la justicia deseada del dominio de Jehová (Isaías 61:11).
El profeta anima al remanente en Isaías 62 a perseverar en la fe a pesar del cautiverio en Babilonia que les espera: Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha (Isaías 62:1). Lo que brillará más en el remanente salvado y restaurado será la justicia dada por Jehová (Isaías 62:2-3). Se pondrá en evidencia su restauración: Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá [Mi Gozo está en Ella], y tu tierra Beula [Casada]; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada (Isaías 62:4). Maravillosamente, hay un gozo mutuo entre Jehová y su pueblo (Isaías 62:5). Con este anhelo, el remanente no sólo va a sobrevivir sino que se fortalecerá durante los años del cautiverio: Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra (Isaías 62:6-7). Toda esta bendición se garantiza no por el esfuerzo del pueblo sino por el poderoso brazo de Jehová (Isaías 62:8).
Jehová aplastará a todos los enemigos del remanente (Isaías 63:1-6). Los pastoreó en la generación de Moisés, aun cuando fueron rebeldes (Isaías 63:7-14); por eso, pueden descansar seguros que no los va a abandonar en el exilio. Jehová es su padre, y Redentor perpetuo es su nombre (Isaías 63:16).
Isaías 63:15 – 64:12 ejemplifica la oración que presentará el remanente en el exilio. Lamenta esa tribulación porque no refleja la santidad de Jehová (Isaías 63:17-19), ni llama la atención de las naciones (Isaías 64:1-4). El remanente va a confesar los pecados y anhelar la justicia de Jehová (Isaías 64:5-7); se va a acordar de su relación única con su Creador (Isaías 64:8-9). Y espera el cumplimiento de sus promesas sobre la redención y la restauración (Isaías 64:10-12).
Por eso en la lectura para hoy tenemos la impresión de voces diferentes que en cánticos distintos cantan del mismo tema. Jehová, su Ungido y su profeta anuncian con gozo la redención y la salvación que está por venir; a la vez el remanente en medio de la tribulación anhela experimentarlas y espera su llegada con arrepentimiento y fe en crecimiento.
Empezamos Isaías 61 con el anuncio del ungido por Jehová (uno puesto aparte para el fin exclusivo de servirle a Jehová en santidad). Su misión es declarar las noticias de una transformación total de estado a los que sufren más: Me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya (Isaías 61:1-3).
Cuando Jesucristo cita estos versículos en la sinagoga de Nazaret en Lucas 4:16-21 y declara: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros (Lucas 4:21), hace más que identificarse como el Ungido de Jehová de estos versículos. También se identifica como el medio por el cual esta transformación tendrá lugar. El hecho de que su ministerio es rechazado (Lucas 4:22-30) pone en evidencia un tema central del libro de Isaías – la gran mayoría del pueblo de Jehová no responde a su palabra con fe. Pero por ahora en Isaías 61, no se presenta la incredulidad. El remanente experimenta reconstrucción y restauración (Isaías 61:4), dominio (Isaías 61:5), santificación y ministerio (Isaías 61:6), honra y gozo (Isaías 61:7), todo afirmado por Jehová en pacto perpetuo (Isaías 61:8). Así será glorificado Jehová por las naciones (Isaías 61:9), y el remanente de Jehová andará en una relación celebrada con Él como una novia de bodas con su novio amado (Isaías 61:10). Así brotará en la tierra la justicia deseada del dominio de Jehová (Isaías 61:11).
El profeta anima al remanente en Isaías 62 a perseverar en la fe a pesar del cautiverio en Babilonia que les espera: Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha (Isaías 62:1). Lo que brillará más en el remanente salvado y restaurado será la justicia dada por Jehová (Isaías 62:2-3). Se pondrá en evidencia su restauración: Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá [Mi Gozo está en Ella], y tu tierra Beula [Casada]; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada (Isaías 62:4). Maravillosamente, hay un gozo mutuo entre Jehová y su pueblo (Isaías 62:5). Con este anhelo, el remanente no sólo va a sobrevivir sino que se fortalecerá durante los años del cautiverio: Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra (Isaías 62:6-7). Toda esta bendición se garantiza no por el esfuerzo del pueblo sino por el poderoso brazo de Jehová (Isaías 62:8).
Jehová aplastará a todos los enemigos del remanente (Isaías 63:1-6). Los pastoreó en la generación de Moisés, aun cuando fueron rebeldes (Isaías 63:7-14); por eso, pueden descansar seguros que no los va a abandonar en el exilio. Jehová es su padre, y Redentor perpetuo es su nombre (Isaías 63:16).
Isaías 63:15 – 64:12 ejemplifica la oración que presentará el remanente en el exilio. Lamenta esa tribulación porque no refleja la santidad de Jehová (Isaías 63:17-19), ni llama la atención de las naciones (Isaías 64:1-4). El remanente va a confesar los pecados y anhelar la justicia de Jehová (Isaías 64:5-7); se va a acordar de su relación única con su Creador (Isaías 64:8-9). Y espera el cumplimiento de sus promesas sobre la redención y la restauración (Isaías 64:10-12).
Por eso en la lectura para hoy tenemos la impresión de voces diferentes que en cánticos distintos cantan del mismo tema. Jehová, su Ungido y su profeta anuncian con gozo la redención y la salvación que está por venir; a la vez el remanente en medio de la tribulación anhela experimentarlas y espera su llegada con arrepentimiento y fe en crecimiento.