Jeremías 27 - 30
En resumen:
Jeremías enfrenta a profetas falsos mientras anuncia el juicio por venir y la sorprendente restauración futura.
Jeremías enfrenta a profetas falsos mientras anuncia el juicio por venir y la sorprendente restauración futura.
En más detalle:
Mensajeros de los reyes de toda la región se han reunido con Sedequías en Jerusalén (Jeremías 27:3), probablemente para discutir la posibilidad de rebelar contra el rey de Babilonia. Jeremías les entrega un mensaje visual – les manda coyundas y yugos igual como él lleva sobre su cuello (Jeremías 27.2). Y les explica su significado:
1. Les acuerda de su autoridad: Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise (Jeremías 27:5).
2. Les acuerda de la entrega de su autoridad: Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan (Jeremías 27:6).
3. Les revela su plan para las próximas generaciones: Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra, y la reduzcan a servidumbre muchas naciones y grandes reyes (Jeremías 27:7).
4. Les llama a someterse a esta revelación: Y a la nación y al reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, castigaré a tal nación con espada y con hambre y con pestilencia, dice Jehová, hasta que la acabe yo por su mano (Jeremías 27:8).
5. Denuncia a los falsos profetas y les advierte del peligro de seguirlos: Porque ellos os profetizan mentira, para haceros alejar de vuestra tierra, y para que yo os arroje y perezcáis (Jeremías 27:10).
6. Subraya el beneficio de escoger el camino correcto: Mas a la nación que sometiere su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirviere, la dejaré en su tierra, dice Jehová, y la labrará y morará en ella (Jeremías 27:11).
Repite esencialmente el mismo mensaje a Sedequías, a los sacerdotes y a todo el pueblo pero con más énfasis en el denuncio a los falsos profetas. Además de identificar la profecía de no servir al rey de Babilonia como mentira (Jeremías 27:9-10, 14), anuncia:
1. Su falta de autoridad: Porque yo no los envié, dice Jehová, y ellos profetizan falsamente en mi nombre (Jeremías 27:15).
2. El peligro de seguir su mentira: Para que yo os arroje y perezcáis vosotros y los profetas que os profetizan (Jeremías 27:15).
3. Escoge una profecía falsa en particular: He aquí que los utensilios de la casa de Jehová volverán de Babilonia ahora pronto (Jeremías 27:16, en referencia a los utensilios tomados en la segunda fase del exilio en 596 a.C.)
4. Anuncia el juicio que les espera a los que siguen esta mentira: No los oigáis; servid al rey de Babilonia y vivid; ¿por qué ha de ser desolada esta ciudad? (Jeremías 27:17)
5. Señala el camino que deben tomar si su profecía fuera verdadera: Oren ahora a Jehová de los ejércitos para que los utensilios que han quedado en la casa de Jehová y en la casa del rey de Judá y en Jerusalén, no vayan a Babilonia (Jeremías 27:18).
6. Revela la verdadera profecía sobre la misma situación: A Babilonia serán transportados, y allí estarán hasta el día en que yo los visite, dice Jehová; y después los traeré y los restauraré a este lugar (Jeremías 27:22).
Igual como Jeremías 26, Jeremías 28 nos permite ver la oposición profundamente arraigada contra la palabra de Jehová. Hananías hijo de Azur profetiza en contradicción a Jeremías: Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Quebrantaré el yugo del rey de Babilonia (Jeremías 28:2).
· Contradice su profecía de los 70 años que había profetizado Jeremías en el cuarto año del rey Joacim (Jeremías 25:1): Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este lugar para llevarlos a Babilonia (Jeremías 28:3).
· También contradice la profecía sobre la muerte de Jeconías en el exilio (Jeremías 22:24-27): Y yo haré volver a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los transportados de Judá que entraron en Babilonia, dice Jehová (Jeremías 28:4).
· Cierra todo por insistir en su primera profecía sorprendente: Porque yo quebrantaré el yugo del rey de Babilonia (Jeremías 28:4).
¡Cuánto deseaban sus oyentes por fin escuchar un mensaje así! Hasta Jeremías mismo lo celebraría… si fuera verdad: Amén, así lo haga Jehová. Confirme Jehová tus palabras, con las cuales profetizaste que los utensilios de la casa de Jehová, y todos los transportados, han de ser devueltos de Babilonia a este lugar (Jeremías 28:6). Pero hay un problema grave con su profecía – no concuerda con las otras que se han cumplido: Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados, profetizaron guerra, aflicción y pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos (Jeremías 28:8). Para uno que profetiza paz contra todos los profetas anteriores, que sea reconocido por profeta después de que llegue esta paz; que no sea considerado como profeta antes para aconsejar y animar una política ciega que llevará a todos a la destrucción (Jeremías 28:9).
Hananías sabe profetizar por medio de lo visual también; responde a la advertencia de Jeremías por quitar y quebrar el yugo: Y habló Hananías en presencia de todo el pueblo, diciendo: Así ha dicho Jehová: De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor rey de Babilonia, del cuello de todas las naciones, dentro de dos años (Jeremías 28:11). En confrontación directa, Jeremías es señalado como el falso profeta entre los dos. Sus credenciales proféticos aparentemente se quedan en pedazos igual como el yugo que llevaba públicamente. Y no tiene palabra por responder: Y siguió Jeremías su camino (Jeremías 28:11). Parece que él que ha profetizado por décadas se quedó vencido – Hananías 1; Jeremías 0.
En realidad, el silencio de Jeremías sólo refleja el silencio de Jehová. No tiene que combatir y justificarse al momento contra todo ataque, aun en los ataques públicos. En su tiempo llega la palabra de Jehová directa y personalmente para Hananías: Yugos de madera quebraste, mas en vez de ellos harás yugos de hierro (Jeremías 28:13). Es decir, al quebrar el yugo de madera de Jeremías, Hananías ha hecho que sus oyentes confiaran en la mentira… y sin verlo físicamente, les ha dado yugos de hierro; los ha endurecido en su desobediencia y ha asegurado su condenación. Servirán a Nabucodonosor, pero a fuerzas en vez de por su voluntad (Jeremías 28:14). Es muy costoso confiar en las profecías falsas, no importa cuán bonitas suenan.
Por eso el juicio alcanzará a Hananías primero: Ahora oye, Hananías: Jehová no te envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo. Por tanto, así ha hecho Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la faz de la tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová (Jeremías 28:15-16). Y así se vindicó el verdadero profeta de Jehová; su profecía se cumplió: Y en el mismo año murió Hananías, en el mes séptimo (Jeremías 28:17). Pero acuérdese que el pueblo que lo siguió está bajo yugo – pero uno de hierro, ya no de madera.
Jeremías no da exclusivamente profecías de juicio y llamados al arrepentimiento. También comunica el consuelo de Jehová a los que están bajo su gracia. Al principio no suena así para un pueblo que pensaba volver a su tierra de origen en dos años: Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos. Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os disminuyáis (Jeremías 29:5-6). Les manda acciones que requieren una visión a largo plazo; quiere decir que van a pasar mucho tiempo en el exilio. Y no sólo deben prosperarse a sí mismos sino a los de su nueva residencia: Procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz (Jeremías 29:7). Estarán desligados de Jerusalén por mucho tiempo; que no atienden a los falsos profetas que les señalan un exilio de corto plazo (Jeremías 29:8-9).
Y aunque su espera será de 70 años, los deseos por volver se cumplirán: Cuando en Babilonia se cumplan los 70 años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar (Jeremías 29:10). A pesar de andar en el exilio, estarán bajo la gracia de Jehová: Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis (Jeremías 29:11). Su interacción no será caracterizada por la espera y la distancia: Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré (Jeremías 29:12). Este cambio no vendrá porque Jehová ha cambiado sino por el cambio que habrá en ellos: Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón (Jeremías 29:13). El corazón lleno de imaginaciones y de idolatría, juzgado severamente en los primeros capítulos, ahora es diferente, capacitado para relacionarse con Jehová en las bendiciones del pacto: Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar (Jeremías 29:14).
Mientras tanto los exiliados tienen que discernir la palabra verdadera de Jehová para su futuro. Serán tentados por el engaño: Mas habéis dicho: Jehová nos ha levantado profetas en Babilonia (Jeremías 29:15). Tienen que reconocer que el rey y todo el pueblo que se quedó en Jerusalén está bajo el juicio de Jehová; ellos serán castigados igual como los exiliados por no oír la palabra de Jehová (Jeremías 29:16-19). No pueden confiar en ellos por una profecía legítima. Jeremías les ayuda por identificar a dos falsos profetas que ya les han comunicado (Jeremías 29:20-29), y otra vez anuncia el juicio de Jehová a uno de ellos (Jeremías 29:30-32).
Va a haber paz, pero no en el tiempo ni las condiciones que anuncian los falsos profetas. Vendrá en el futuro: He aquí vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán (Jeremías 30:3). Será después del juicio a Israel y Judá que dejará adoloridos y horrorizados los hombres como si fueran mujeres en el parto (Jeremías 30:4-6). Pero igual como los dolores y el evento del parto eventualmente terminan, ellos serán librados de su angustia (Jeremías 30:7). Y disfrutarán los beneficios del pacto davídico:
1. No vivirán bajo yugo sino bajo el reinado de un descendiente de David, del renuevo justo del tronco de David (Jeremías 23:5; 30:9).
2. Vivirán en seguridad de todos sus enemigos alrededor (Jeremías 30:10).
3. Verá la justicia de Jehová descargada en todas las naciones que los dominaban antes (Jeremías 30:11).
4. Castigará a su pueblo en justicia… pero no lo abandonará (Jeremías 30:11 con 2 Samuel 7:14-15).
Sus pecados han causado el dolor de su destrucción y exilio (Jeremías 30:12-15), pero Jehová será fiel para consumir a sus enemigos (Jeremías 30:16), sanar sus heridas (Jeremías 30:17) y quitar su oprobio (Jeremías 30:17). De la destrucción se volverá a establecer su civilización paso a paso, pero en justicia (Jeremías 30:18-21). Se cumplirá la gran promesa del pacto de Génesis 17:7-8: Y me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios (Jeremías 30:22).
Pero todavía falta tiempo antes de que reciban esta bendición: He aquí, la tempestad de Jehová sale con furor; la tempestad que se prepara, sobre la cabeza de los impíos reposará. No se calmará el ardor de la ira de Jehová, hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón; en el fin de los días entenderéis esto (Jeremías 30:23-24).
Entonces, ¿hay aplicaciones de esta lectura que nos ayudan hoy a evaluar a los que predican o profetizan la palabra de Dios? ¿Hay algunas características en común entre los falsos profetas hoy y Hananías? ¿Y qué de los verdaderos profetas hoy y Jeremías? Algunas observaciones:
1. Note que el oyente se puede engañar fácilmente. El mensaje de Hananías suena como la verdad y utiliza las mismas estrategias (el nombre de Jehová, el impacto visual, el tiempo preciso para su cumplimiento, la seguridad de su conocimiento, el lugar sagrado donde se espera escuchar la palabra de Jehová).
2. Jeremías señala una característica muy importante en 28:8 – ¿hay un mensaje continuo entre el que predica la palabra hoy y los predicadores verdaderos anteriores? Si todos predicaban guerra, aflicción y pestilencia antes y la condición espiritual de los oyentes no ha cambiado, el mensaje tampoco va a cambiar.
3. Por eso es sumamente importante observar el lugar del arrepentimiento en las prédicas. Hananías profetizó gran victoria y paz… sin el arrepentimiento. Acuérdese cómo llegará la transformación de la situación de los exiliados en 70 años: Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón (Jeremías 29:13). Es el corazón que ha abandonado su idolatría y buscado sinceramente a Jehová – el corazón arrepentido – el que experimentará la paz de Dios.
4. Es muy peligroso escuchar a los falsos profetas. Sin darse cuenta, los oyentes de Hananías cambiaron su yugo de madera por uno de hierro. ¡La paz sin el arrepentimiento suena tan atractivo! Pero es una mentira que sólo asegura el juicio al pecador. Por eso, que temblemos ante el Dios justo en arrepentimiento verdadero por nuestros pecados.
Mensajeros de los reyes de toda la región se han reunido con Sedequías en Jerusalén (Jeremías 27:3), probablemente para discutir la posibilidad de rebelar contra el rey de Babilonia. Jeremías les entrega un mensaje visual – les manda coyundas y yugos igual como él lleva sobre su cuello (Jeremías 27.2). Y les explica su significado:
1. Les acuerda de su autoridad: Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise (Jeremías 27:5).
2. Les acuerda de la entrega de su autoridad: Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan (Jeremías 27:6).
3. Les revela su plan para las próximas generaciones: Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra, y la reduzcan a servidumbre muchas naciones y grandes reyes (Jeremías 27:7).
4. Les llama a someterse a esta revelación: Y a la nación y al reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, castigaré a tal nación con espada y con hambre y con pestilencia, dice Jehová, hasta que la acabe yo por su mano (Jeremías 27:8).
5. Denuncia a los falsos profetas y les advierte del peligro de seguirlos: Porque ellos os profetizan mentira, para haceros alejar de vuestra tierra, y para que yo os arroje y perezcáis (Jeremías 27:10).
6. Subraya el beneficio de escoger el camino correcto: Mas a la nación que sometiere su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirviere, la dejaré en su tierra, dice Jehová, y la labrará y morará en ella (Jeremías 27:11).
Repite esencialmente el mismo mensaje a Sedequías, a los sacerdotes y a todo el pueblo pero con más énfasis en el denuncio a los falsos profetas. Además de identificar la profecía de no servir al rey de Babilonia como mentira (Jeremías 27:9-10, 14), anuncia:
1. Su falta de autoridad: Porque yo no los envié, dice Jehová, y ellos profetizan falsamente en mi nombre (Jeremías 27:15).
2. El peligro de seguir su mentira: Para que yo os arroje y perezcáis vosotros y los profetas que os profetizan (Jeremías 27:15).
3. Escoge una profecía falsa en particular: He aquí que los utensilios de la casa de Jehová volverán de Babilonia ahora pronto (Jeremías 27:16, en referencia a los utensilios tomados en la segunda fase del exilio en 596 a.C.)
4. Anuncia el juicio que les espera a los que siguen esta mentira: No los oigáis; servid al rey de Babilonia y vivid; ¿por qué ha de ser desolada esta ciudad? (Jeremías 27:17)
5. Señala el camino que deben tomar si su profecía fuera verdadera: Oren ahora a Jehová de los ejércitos para que los utensilios que han quedado en la casa de Jehová y en la casa del rey de Judá y en Jerusalén, no vayan a Babilonia (Jeremías 27:18).
6. Revela la verdadera profecía sobre la misma situación: A Babilonia serán transportados, y allí estarán hasta el día en que yo los visite, dice Jehová; y después los traeré y los restauraré a este lugar (Jeremías 27:22).
Igual como Jeremías 26, Jeremías 28 nos permite ver la oposición profundamente arraigada contra la palabra de Jehová. Hananías hijo de Azur profetiza en contradicción a Jeremías: Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Quebrantaré el yugo del rey de Babilonia (Jeremías 28:2).
· Contradice su profecía de los 70 años que había profetizado Jeremías en el cuarto año del rey Joacim (Jeremías 25:1): Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este lugar para llevarlos a Babilonia (Jeremías 28:3).
· También contradice la profecía sobre la muerte de Jeconías en el exilio (Jeremías 22:24-27): Y yo haré volver a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los transportados de Judá que entraron en Babilonia, dice Jehová (Jeremías 28:4).
· Cierra todo por insistir en su primera profecía sorprendente: Porque yo quebrantaré el yugo del rey de Babilonia (Jeremías 28:4).
¡Cuánto deseaban sus oyentes por fin escuchar un mensaje así! Hasta Jeremías mismo lo celebraría… si fuera verdad: Amén, así lo haga Jehová. Confirme Jehová tus palabras, con las cuales profetizaste que los utensilios de la casa de Jehová, y todos los transportados, han de ser devueltos de Babilonia a este lugar (Jeremías 28:6). Pero hay un problema grave con su profecía – no concuerda con las otras que se han cumplido: Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados, profetizaron guerra, aflicción y pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos (Jeremías 28:8). Para uno que profetiza paz contra todos los profetas anteriores, que sea reconocido por profeta después de que llegue esta paz; que no sea considerado como profeta antes para aconsejar y animar una política ciega que llevará a todos a la destrucción (Jeremías 28:9).
Hananías sabe profetizar por medio de lo visual también; responde a la advertencia de Jeremías por quitar y quebrar el yugo: Y habló Hananías en presencia de todo el pueblo, diciendo: Así ha dicho Jehová: De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor rey de Babilonia, del cuello de todas las naciones, dentro de dos años (Jeremías 28:11). En confrontación directa, Jeremías es señalado como el falso profeta entre los dos. Sus credenciales proféticos aparentemente se quedan en pedazos igual como el yugo que llevaba públicamente. Y no tiene palabra por responder: Y siguió Jeremías su camino (Jeremías 28:11). Parece que él que ha profetizado por décadas se quedó vencido – Hananías 1; Jeremías 0.
En realidad, el silencio de Jeremías sólo refleja el silencio de Jehová. No tiene que combatir y justificarse al momento contra todo ataque, aun en los ataques públicos. En su tiempo llega la palabra de Jehová directa y personalmente para Hananías: Yugos de madera quebraste, mas en vez de ellos harás yugos de hierro (Jeremías 28:13). Es decir, al quebrar el yugo de madera de Jeremías, Hananías ha hecho que sus oyentes confiaran en la mentira… y sin verlo físicamente, les ha dado yugos de hierro; los ha endurecido en su desobediencia y ha asegurado su condenación. Servirán a Nabucodonosor, pero a fuerzas en vez de por su voluntad (Jeremías 28:14). Es muy costoso confiar en las profecías falsas, no importa cuán bonitas suenan.
Por eso el juicio alcanzará a Hananías primero: Ahora oye, Hananías: Jehová no te envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo. Por tanto, así ha hecho Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la faz de la tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová (Jeremías 28:15-16). Y así se vindicó el verdadero profeta de Jehová; su profecía se cumplió: Y en el mismo año murió Hananías, en el mes séptimo (Jeremías 28:17). Pero acuérdese que el pueblo que lo siguió está bajo yugo – pero uno de hierro, ya no de madera.
Jeremías no da exclusivamente profecías de juicio y llamados al arrepentimiento. También comunica el consuelo de Jehová a los que están bajo su gracia. Al principio no suena así para un pueblo que pensaba volver a su tierra de origen en dos años: Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos. Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os disminuyáis (Jeremías 29:5-6). Les manda acciones que requieren una visión a largo plazo; quiere decir que van a pasar mucho tiempo en el exilio. Y no sólo deben prosperarse a sí mismos sino a los de su nueva residencia: Procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz (Jeremías 29:7). Estarán desligados de Jerusalén por mucho tiempo; que no atienden a los falsos profetas que les señalan un exilio de corto plazo (Jeremías 29:8-9).
Y aunque su espera será de 70 años, los deseos por volver se cumplirán: Cuando en Babilonia se cumplan los 70 años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar (Jeremías 29:10). A pesar de andar en el exilio, estarán bajo la gracia de Jehová: Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis (Jeremías 29:11). Su interacción no será caracterizada por la espera y la distancia: Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré (Jeremías 29:12). Este cambio no vendrá porque Jehová ha cambiado sino por el cambio que habrá en ellos: Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón (Jeremías 29:13). El corazón lleno de imaginaciones y de idolatría, juzgado severamente en los primeros capítulos, ahora es diferente, capacitado para relacionarse con Jehová en las bendiciones del pacto: Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar (Jeremías 29:14).
Mientras tanto los exiliados tienen que discernir la palabra verdadera de Jehová para su futuro. Serán tentados por el engaño: Mas habéis dicho: Jehová nos ha levantado profetas en Babilonia (Jeremías 29:15). Tienen que reconocer que el rey y todo el pueblo que se quedó en Jerusalén está bajo el juicio de Jehová; ellos serán castigados igual como los exiliados por no oír la palabra de Jehová (Jeremías 29:16-19). No pueden confiar en ellos por una profecía legítima. Jeremías les ayuda por identificar a dos falsos profetas que ya les han comunicado (Jeremías 29:20-29), y otra vez anuncia el juicio de Jehová a uno de ellos (Jeremías 29:30-32).
Va a haber paz, pero no en el tiempo ni las condiciones que anuncian los falsos profetas. Vendrá en el futuro: He aquí vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán (Jeremías 30:3). Será después del juicio a Israel y Judá que dejará adoloridos y horrorizados los hombres como si fueran mujeres en el parto (Jeremías 30:4-6). Pero igual como los dolores y el evento del parto eventualmente terminan, ellos serán librados de su angustia (Jeremías 30:7). Y disfrutarán los beneficios del pacto davídico:
1. No vivirán bajo yugo sino bajo el reinado de un descendiente de David, del renuevo justo del tronco de David (Jeremías 23:5; 30:9).
2. Vivirán en seguridad de todos sus enemigos alrededor (Jeremías 30:10).
3. Verá la justicia de Jehová descargada en todas las naciones que los dominaban antes (Jeremías 30:11).
4. Castigará a su pueblo en justicia… pero no lo abandonará (Jeremías 30:11 con 2 Samuel 7:14-15).
Sus pecados han causado el dolor de su destrucción y exilio (Jeremías 30:12-15), pero Jehová será fiel para consumir a sus enemigos (Jeremías 30:16), sanar sus heridas (Jeremías 30:17) y quitar su oprobio (Jeremías 30:17). De la destrucción se volverá a establecer su civilización paso a paso, pero en justicia (Jeremías 30:18-21). Se cumplirá la gran promesa del pacto de Génesis 17:7-8: Y me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios (Jeremías 30:22).
Pero todavía falta tiempo antes de que reciban esta bendición: He aquí, la tempestad de Jehová sale con furor; la tempestad que se prepara, sobre la cabeza de los impíos reposará. No se calmará el ardor de la ira de Jehová, hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón; en el fin de los días entenderéis esto (Jeremías 30:23-24).
Entonces, ¿hay aplicaciones de esta lectura que nos ayudan hoy a evaluar a los que predican o profetizan la palabra de Dios? ¿Hay algunas características en común entre los falsos profetas hoy y Hananías? ¿Y qué de los verdaderos profetas hoy y Jeremías? Algunas observaciones:
1. Note que el oyente se puede engañar fácilmente. El mensaje de Hananías suena como la verdad y utiliza las mismas estrategias (el nombre de Jehová, el impacto visual, el tiempo preciso para su cumplimiento, la seguridad de su conocimiento, el lugar sagrado donde se espera escuchar la palabra de Jehová).
2. Jeremías señala una característica muy importante en 28:8 – ¿hay un mensaje continuo entre el que predica la palabra hoy y los predicadores verdaderos anteriores? Si todos predicaban guerra, aflicción y pestilencia antes y la condición espiritual de los oyentes no ha cambiado, el mensaje tampoco va a cambiar.
3. Por eso es sumamente importante observar el lugar del arrepentimiento en las prédicas. Hananías profetizó gran victoria y paz… sin el arrepentimiento. Acuérdese cómo llegará la transformación de la situación de los exiliados en 70 años: Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón (Jeremías 29:13). Es el corazón que ha abandonado su idolatría y buscado sinceramente a Jehová – el corazón arrepentido – el que experimentará la paz de Dios.
4. Es muy peligroso escuchar a los falsos profetas. Sin darse cuenta, los oyentes de Hananías cambiaron su yugo de madera por uno de hierro. ¡La paz sin el arrepentimiento suena tan atractivo! Pero es una mentira que sólo asegura el juicio al pecador. Por eso, que temblemos ante el Dios justo en arrepentimiento verdadero por nuestros pecados.