Job 1 - 3 y Salmo 88
Para entender el libro de Job, queremos guardar 6 puntos en mente mientras lo leemos:
1) Preste atención a la estructura del libro. Después de la narrativa de los primeros dos capítulos, habla Job en capítulo 3 para maldecir su día de nacimiento. Luego hay un ciclo de conversaciones:
a) En el primer ciclo:
Responde Elifaz (Job 4 – 5), y le contesta Job (Job 6 – 7);
Responde Bildad (Job 8) y le contesta Job (Job 9– 10);
Responde Zofar (Job 11) y le contesta Job (Job 12 – 14).
b) En el segundo ciclo, todos hablan en el mismo orden:
Elifaz (Job 15) y Job (Job 16 – 17);
Bildad (Job 18) y Job (Job 19);
Zofar (Job 20) y Job (Job 21).
c) En el tercer ciclo, la conversación se degenera:
Hablan Elifaz (Job 22) y Job (Job 23 – 24);
Bildad habla brevemente (Job 25) y le responde Job (Job 26 – 27).
Zofar no dice nada.
d) Job da un discurso sobre la sabiduría (Job 28) y se justifica (Job 29 – 31).
e) Luego, el joven Eliú habla… y habla y habla y habla… (Job 32 – 37)
f) Por fin, habla Jehová (Job 38 – 41), y responden Job, Jehová y el narrador (Job 42).
Para que el libro de Job no sea simplemente una sopa de palabras poéticas, identifique sus lecturas en el trasfondo del resto del libro.
2) Es importante recordar que Job y sus amigos no saben ni nunca se les revelan las conversaciones entre Jehová y Satanás en Job 1 – 2. Tampoco saben cómo sus tribulaciones van a terminar en Job 42. Desean entender la tragedia y la enfermedad de Job sin nunca tener toda la información. Es importante recordarlo porque:
a) Es el motor de toda la conversación. Si supieran Job y sus amigos de las conversaciones entre Jehová y Satanás y la resolución de Job 42, no habría ninguna historia.
b) ¡Igual nos pasa en nuestras tragedias también! No sabemos toda la mente de Jehová en por qué las tenemos que sufrir… por qué no dio a uno la sanidad esperada… por qué no prohibió la muerte de otro… por
qué no dio el trabajo deseado por oración y ayuno… Las discusiones de Job, Elifaz, Bildad, Zofar y Eliú reflejan nuestras propias tentativas de entender las pruebas y las tragedias sin tener toda la mente de Jehová.
c) Note que los amigos insisten en que Job ha pecado y sus sufrimientos son el castigo de Jehová. Le urgen que lo confiese para que sea restaurado con Dios. En cambio, Job insiste en que no ha pecado y busca una audiencia con Dios para insistir en su propia justicia.
3) Aunque el sufrimiento tiene un papel grande en la historia, no es el tema principal del libro. El tema principal es la justicia de Job y sobre todo, la de Jehová. En los primeros capítulos, Job es descrito tres veces como un hombre: Perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1, 8; 2:3). Sus amigos declaran que no es un hombre justo porque Dios le ha castigado. Job insiste en su justicia y cuestiona la de Jehová. Jehová contesta al final por definir la justicia. El tema del sufrimiento gira en torno del tema principal, la justicia y el dominio justo de Jehová.
4) Aprecie el lenguaje sobrecargado del libro. Versículo tras versículo expresan emociones en extremo, símbolos llamativos, el lenguaje estirado a su extensión máxima. Por ejemplo, Job lamenta la imposibilidad de justificarse ante de Dios y aún le acusa de ensuciarlo con intención: Aunque me lave con aguas de nieve, y limpie mis manos con la limpieza misma, aún me hundirás en el hoyo, y mis propios vestidos me abominarán (Job 9:30-31).
a) Sería suficiente decir: "Aunque me lave con agua," pero lo aumenta por dicir: "aguas".
b) Y no cualquier aguas, sino aguas de las más limpias y puras, de nieve.
c) Pero aún eso no es suficiente - Job le acusa a Jehová de hacer el extremo opuesto, de hundirle en un hoyo y ensuciarlo.
d) Y no simplemente lo ensucia, sino que lo hace a tal punto que aún sus propios vestidos cobran emociones y lo abominan.
Y no hay pausa en el uso de estas clases de expresión, que utilizan el lenguaje para comunicar el dolor físico, las emociones heridas y la desesperación espiritual que se siente Job y que reflejan los demás.
Hoy dicen que si uno escribe un mensaje de correo electrónico o si manda un texto por teléfono todo en mayúscula, ¡PARECE QUE LE ESTÁ GRITANDO A SU LECTOR! Pues, si el libro de Job fuera escrito por correo electrónico, ¡todo estaría escrito en mayúscula! Es un libro sobrecargado de emociones; léalo y aprécielo así.
5) Ninguno de los hombres que hablan es 100% confiable. Escuche a Elifaz, por ejemplo:
a) Describe a Dios por decir: Que prende a los sabios en la astucia de ellos, y frustra los designios de los perversos (Job 5:13). El apóstol Pablo lo cita como Sagrada Escritura en 1 Corintios 3:19; es 100% verdadero.
b) Luego dice: Bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso (Job 5:17). Otra vez es 100% verdadero; encontramos exactamente la misma idea en Hebreos 12:5-6. Pero, Elifaz lo aplica mal; cree que el sufrimiento de Job es debido al castigo de Dios. Su dicho es verdad, pero la aplicación es completamente incorrecta.
c) Más tarde le acusa a Job: Por cierto tu malicia es grande, y tus maldades no tienen fin (Job 22:5), y pone en una lista larga los supuestos pecados de Job. Completamente falso.
Note que el mismo hombre en un discurso puede decir lo correcto, o decir lo correcto y aplicarlo incorrectamente, o decir algo completamente falso, y el narrador no entra para ayudarnos a discernir entre las opciones. Y así son las palabras de todos los cinco hombres que hablan. Como lectores, tenemos que evaluar todo con la palabra de Jehová que aparece al final en Job 38 – 42; este discurso es el norte del cual mediremos todo lo demás.
6) Sabemos que hemos leído bien el libro de Job si terminamos las lecturas con temor a Jehová, en humildad y adoración como Job. Así será nuestra respuesta también si entendemos lo que nos retrata de la justicia de Jehová.
Más específicamente sobre los primeros tres capítulos: La narrativa de los primeros dos capítulos no es difícil de entender. Es compacto, informativo y retrata concisamente a Jehová, Satanás y Job. Pero un lector puede quedarse confundido al ver que el hombre que dijo: Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito (Job 1:21) de repente se deprime y dice: Perezca el día en que yo nací (Job 3:3). ¿Qué le ha pasado? ¿Por qué se cambió tanto?
Lea Job 7:1-6 y note que han pasado meses de sufrimiento y desesperación entre Job 2:10 y la visita de sus amigos en 2:11. Su reacción de 2:10 (¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no recibiremos?) ahora ha sido impactado por el sufrimiento incansable y desesperante de meses. Muchos cristianos también podemos enfrentar las primeras noticias de una tragedia personal o de una enfermedad devastadora con declaraciones de gran fe entre las lágrimas… pero, ¿cómo estaremos después de tres meses – o después de tres años – del mismo dolor sin esperanza de alivio? Que entremos a leer con solemnidad y temor la desesperación de Job de capítulo 3, y que reconozcamos que aún los más fuertes entre nosotros podríamos caer en esta desesperación también.
1) Preste atención a la estructura del libro. Después de la narrativa de los primeros dos capítulos, habla Job en capítulo 3 para maldecir su día de nacimiento. Luego hay un ciclo de conversaciones:
a) En el primer ciclo:
Responde Elifaz (Job 4 – 5), y le contesta Job (Job 6 – 7);
Responde Bildad (Job 8) y le contesta Job (Job 9– 10);
Responde Zofar (Job 11) y le contesta Job (Job 12 – 14).
b) En el segundo ciclo, todos hablan en el mismo orden:
Elifaz (Job 15) y Job (Job 16 – 17);
Bildad (Job 18) y Job (Job 19);
Zofar (Job 20) y Job (Job 21).
c) En el tercer ciclo, la conversación se degenera:
Hablan Elifaz (Job 22) y Job (Job 23 – 24);
Bildad habla brevemente (Job 25) y le responde Job (Job 26 – 27).
Zofar no dice nada.
d) Job da un discurso sobre la sabiduría (Job 28) y se justifica (Job 29 – 31).
e) Luego, el joven Eliú habla… y habla y habla y habla… (Job 32 – 37)
f) Por fin, habla Jehová (Job 38 – 41), y responden Job, Jehová y el narrador (Job 42).
Para que el libro de Job no sea simplemente una sopa de palabras poéticas, identifique sus lecturas en el trasfondo del resto del libro.
2) Es importante recordar que Job y sus amigos no saben ni nunca se les revelan las conversaciones entre Jehová y Satanás en Job 1 – 2. Tampoco saben cómo sus tribulaciones van a terminar en Job 42. Desean entender la tragedia y la enfermedad de Job sin nunca tener toda la información. Es importante recordarlo porque:
a) Es el motor de toda la conversación. Si supieran Job y sus amigos de las conversaciones entre Jehová y Satanás y la resolución de Job 42, no habría ninguna historia.
b) ¡Igual nos pasa en nuestras tragedias también! No sabemos toda la mente de Jehová en por qué las tenemos que sufrir… por qué no dio a uno la sanidad esperada… por qué no prohibió la muerte de otro… por
qué no dio el trabajo deseado por oración y ayuno… Las discusiones de Job, Elifaz, Bildad, Zofar y Eliú reflejan nuestras propias tentativas de entender las pruebas y las tragedias sin tener toda la mente de Jehová.
c) Note que los amigos insisten en que Job ha pecado y sus sufrimientos son el castigo de Jehová. Le urgen que lo confiese para que sea restaurado con Dios. En cambio, Job insiste en que no ha pecado y busca una audiencia con Dios para insistir en su propia justicia.
3) Aunque el sufrimiento tiene un papel grande en la historia, no es el tema principal del libro. El tema principal es la justicia de Job y sobre todo, la de Jehová. En los primeros capítulos, Job es descrito tres veces como un hombre: Perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1, 8; 2:3). Sus amigos declaran que no es un hombre justo porque Dios le ha castigado. Job insiste en su justicia y cuestiona la de Jehová. Jehová contesta al final por definir la justicia. El tema del sufrimiento gira en torno del tema principal, la justicia y el dominio justo de Jehová.
4) Aprecie el lenguaje sobrecargado del libro. Versículo tras versículo expresan emociones en extremo, símbolos llamativos, el lenguaje estirado a su extensión máxima. Por ejemplo, Job lamenta la imposibilidad de justificarse ante de Dios y aún le acusa de ensuciarlo con intención: Aunque me lave con aguas de nieve, y limpie mis manos con la limpieza misma, aún me hundirás en el hoyo, y mis propios vestidos me abominarán (Job 9:30-31).
a) Sería suficiente decir: "Aunque me lave con agua," pero lo aumenta por dicir: "aguas".
b) Y no cualquier aguas, sino aguas de las más limpias y puras, de nieve.
c) Pero aún eso no es suficiente - Job le acusa a Jehová de hacer el extremo opuesto, de hundirle en un hoyo y ensuciarlo.
d) Y no simplemente lo ensucia, sino que lo hace a tal punto que aún sus propios vestidos cobran emociones y lo abominan.
Y no hay pausa en el uso de estas clases de expresión, que utilizan el lenguaje para comunicar el dolor físico, las emociones heridas y la desesperación espiritual que se siente Job y que reflejan los demás.
Hoy dicen que si uno escribe un mensaje de correo electrónico o si manda un texto por teléfono todo en mayúscula, ¡PARECE QUE LE ESTÁ GRITANDO A SU LECTOR! Pues, si el libro de Job fuera escrito por correo electrónico, ¡todo estaría escrito en mayúscula! Es un libro sobrecargado de emociones; léalo y aprécielo así.
5) Ninguno de los hombres que hablan es 100% confiable. Escuche a Elifaz, por ejemplo:
a) Describe a Dios por decir: Que prende a los sabios en la astucia de ellos, y frustra los designios de los perversos (Job 5:13). El apóstol Pablo lo cita como Sagrada Escritura en 1 Corintios 3:19; es 100% verdadero.
b) Luego dice: Bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso (Job 5:17). Otra vez es 100% verdadero; encontramos exactamente la misma idea en Hebreos 12:5-6. Pero, Elifaz lo aplica mal; cree que el sufrimiento de Job es debido al castigo de Dios. Su dicho es verdad, pero la aplicación es completamente incorrecta.
c) Más tarde le acusa a Job: Por cierto tu malicia es grande, y tus maldades no tienen fin (Job 22:5), y pone en una lista larga los supuestos pecados de Job. Completamente falso.
Note que el mismo hombre en un discurso puede decir lo correcto, o decir lo correcto y aplicarlo incorrectamente, o decir algo completamente falso, y el narrador no entra para ayudarnos a discernir entre las opciones. Y así son las palabras de todos los cinco hombres que hablan. Como lectores, tenemos que evaluar todo con la palabra de Jehová que aparece al final en Job 38 – 42; este discurso es el norte del cual mediremos todo lo demás.
6) Sabemos que hemos leído bien el libro de Job si terminamos las lecturas con temor a Jehová, en humildad y adoración como Job. Así será nuestra respuesta también si entendemos lo que nos retrata de la justicia de Jehová.
Más específicamente sobre los primeros tres capítulos: La narrativa de los primeros dos capítulos no es difícil de entender. Es compacto, informativo y retrata concisamente a Jehová, Satanás y Job. Pero un lector puede quedarse confundido al ver que el hombre que dijo: Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito (Job 1:21) de repente se deprime y dice: Perezca el día en que yo nací (Job 3:3). ¿Qué le ha pasado? ¿Por qué se cambió tanto?
Lea Job 7:1-6 y note que han pasado meses de sufrimiento y desesperación entre Job 2:10 y la visita de sus amigos en 2:11. Su reacción de 2:10 (¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no recibiremos?) ahora ha sido impactado por el sufrimiento incansable y desesperante de meses. Muchos cristianos también podemos enfrentar las primeras noticias de una tragedia personal o de una enfermedad devastadora con declaraciones de gran fe entre las lágrimas… pero, ¿cómo estaremos después de tres meses – o después de tres años – del mismo dolor sin esperanza de alivio? Que entremos a leer con solemnidad y temor la desesperación de Job de capítulo 3, y que reconozcamos que aún los más fuertes entre nosotros podríamos caer en esta desesperación también.