Job 35 - 37
Eliú continúa a hablar… y hablar… y hablar. Observa el impacto de nuestras acciones, buenas o malas: Al hombre como tú dañará tu impiedad, y al hijo de hombre aprovechará tu justicia (Job 35:8). Nota la reacción de Dios (Job 35:12-13). Confirma la justicia de Jehová (especialmente en capítulo 36). Pero su discurso empieza a brillar en Job 36:24-27 cuando les llama la atención de todos a una tormenta que los acerca. Mientras las nubes cubren el cielo de su vista y la lluvia torrencial los acerca, Eliú la describe por el resto de capítulo 36 y todo 37 para despertar en ellos un aprecio de la majestad terrible de Dios. Y al caer la lluvia, cierra su contribución al diálogo por decir: Él es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder; y en juicio y en multitud de justicia no afligirá. Lo temerán por tanto los hombres; él no estima a ninguno que cree en su propio corazón ser sabio (Job 37:23-24). Que nos maravillemos también de la tormenta que declara la majestad de Jehová… y su respuesta que viene en la próxima lectura.