Miqueas 1 - 4 y Salmo 94
En resumen:
Miqueas anuncia el juicio justo contra Israel y Judá por su codicia desenfrenada que se manifiesta en la opresión y la injusticia de los débiles. Pero mientras Jehová derrama su ira sobre su pueblo no arrepentido, será fiel en preservar a un remanente para disfrutar sus bendiciones futuras.
Miqueas anuncia el juicio justo contra Israel y Judá por su codicia desenfrenada que se manifiesta en la opresión y la injusticia de los débiles. Pero mientras Jehová derrama su ira sobre su pueblo no arrepentido, será fiel en preservar a un remanente para disfrutar sus bendiciones futuras.
En más detalle:
Miqueas profetizó en la misma época general que Isaías. Vivió durante la caída del reino de Israel y la destrucción de su capital, Samaria en 722 a.C. (2 Reyes 17:1-23); sobrevivió el ataque de Senaquerib y los asirios contra Jerusalén (2 Crónicas 32:1-23; Isaías 36:1 – 37:38).
Podemos entender mejor los primeros 4 capítulos de su libro si identificamos estos temas generales:
1) Jehová juzga ambos a Israel y a Judá por su injusticia (el tema principal de Miqueas 1). Por injusticia los poderosos toman las tierras (o heredades) de los demás (Miqueas 2:1-2). Oprimen y roban a los necesitados a tal punto que parecen caníbales (3:1-3). Imponen su voluntad por violencia (3:10). Y los profetas y los sacerdotes están en liga con los poderosos y aprueban sus injusticias mientras reciben una parte de sus despojos (2:6-7, 11; 3:5, 11).
2) Por eso, Jehová va a imponer una verdadera justicia contra Israel y Judá. Va a quitar la tierra de los poderosos para dársela a otros (Miqueas 2:3-5). Tendrán que abandonar la tierra donde pensaban reposar (2:10). No les va a responder cuando le claman (3:4). Los profetas no recibirán ninguna profecía (3:6-7), y Jerusalén será destruida (3:12).
3) Pero Jehová va a salvar al remanente de su pueblo por su gracia. Va a recoger al resto de su pueblo y lo va a guiar personalmente (Miqueas 2:13). Va a reinar en justicia sobre muchos pueblos desde Jerusalén, y no habrá más guerra ni más avaricia (4:1-4, 8). Va a tratar a los débiles y a los necesitados con cariño, no con opresión (4:6-7). Aun en medio de los profetas falsos del momento, Jehová en su gracia levanta a su profeta verdadero para llamarle a su pueblo al arrepentimiento antes de la venida de la destrucción (3:8).
Mientras Miqueas profetiza, el pueblo de Jehová experimenta su castigo (Miqueas 4:9-11). Pero por fe en la profecía que Jehová le ha dado a su siervo Miqueas, su pueblo arrepentido debe mirar más allá de la experiencia dolorosa presente para ver y confiar en la victoria futura que Jehová les ha prometido (4:12-13).
Miqueas profetizó en la misma época general que Isaías. Vivió durante la caída del reino de Israel y la destrucción de su capital, Samaria en 722 a.C. (2 Reyes 17:1-23); sobrevivió el ataque de Senaquerib y los asirios contra Jerusalén (2 Crónicas 32:1-23; Isaías 36:1 – 37:38).
Podemos entender mejor los primeros 4 capítulos de su libro si identificamos estos temas generales:
1) Jehová juzga ambos a Israel y a Judá por su injusticia (el tema principal de Miqueas 1). Por injusticia los poderosos toman las tierras (o heredades) de los demás (Miqueas 2:1-2). Oprimen y roban a los necesitados a tal punto que parecen caníbales (3:1-3). Imponen su voluntad por violencia (3:10). Y los profetas y los sacerdotes están en liga con los poderosos y aprueban sus injusticias mientras reciben una parte de sus despojos (2:6-7, 11; 3:5, 11).
2) Por eso, Jehová va a imponer una verdadera justicia contra Israel y Judá. Va a quitar la tierra de los poderosos para dársela a otros (Miqueas 2:3-5). Tendrán que abandonar la tierra donde pensaban reposar (2:10). No les va a responder cuando le claman (3:4). Los profetas no recibirán ninguna profecía (3:6-7), y Jerusalén será destruida (3:12).
3) Pero Jehová va a salvar al remanente de su pueblo por su gracia. Va a recoger al resto de su pueblo y lo va a guiar personalmente (Miqueas 2:13). Va a reinar en justicia sobre muchos pueblos desde Jerusalén, y no habrá más guerra ni más avaricia (4:1-4, 8). Va a tratar a los débiles y a los necesitados con cariño, no con opresión (4:6-7). Aun en medio de los profetas falsos del momento, Jehová en su gracia levanta a su profeta verdadero para llamarle a su pueblo al arrepentimiento antes de la venida de la destrucción (3:8).
Mientras Miqueas profetiza, el pueblo de Jehová experimenta su castigo (Miqueas 4:9-11). Pero por fe en la profecía que Jehová le ha dado a su siervo Miqueas, su pueblo arrepentido debe mirar más allá de la experiencia dolorosa presente para ver y confiar en la victoria futura que Jehová les ha prometido (4:12-13).