Proverbios 17 - 20
En resumen:
El sabio en la palabra de Jehová no se aleja de la sociedad en una torre de marfil para contemplar la majestad de su Dios a solas sino que vive dentro de la familia y la comunidad para guiarlas a la unidad bajo el dominio justo de Jehová.
El sabio en la palabra de Jehová no se aleja de la sociedad en una torre de marfil para contemplar la majestad de su Dios a solas sino que vive dentro de la familia y la comunidad para guiarlas a la unidad bajo el dominio justo de Jehová.
En más detalle:
Entre muchos temas que se presentan en estos capítulos, encontramos los siguientes:
1) El sabio se da cuenta de que la paz interpersonal vale más que las riquezas: Mejor es un bocado seco, y en paz, que casa de contiendas llena de provisiones (Proverbios 17:1).
2) Estima a su familia y la quiere ver establecida por las generaciones: Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos, sus padres (Proverbios 17:6). El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová (Proverbios 18:22). Camina en su integridad el justo; sus hijos son dichosos después de él (Proverbios 20:7).
3) Reconoce que esta bendición que se sostiene por las generaciones no les viene automáticamente sino por medio de la sumisión a la palabra de Jehová y su disciplina: El que guarda el mandamiento guarda su alma (Proverbios 19:16). La reprensión aprovecha al entendido, mas que cien azotes al necio (Proverbios 17:10). Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, y antes de la honra es el abatimiento (Proverbios 18:12). Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se apresure tu alma para destruirlo (Proverbios 19:18).
4) Por esos medios el sabio quiere evitar la vergüenza en su generación: El hijo necio es pesadumbre de su padre, y amargura a la que lo dio a luz (Proverbios 17:25). Dolor es para su padre el hijo necio, y gotera continua las contiendas de la mujer (Proverbios 19:13). El que roba a su padre y ahuyenta a su madre, es hijo que causa vergüenza y acarrea oprobio (Proverbios 19:26). Aun el muchacho es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta (Proverbios 20:11). Al que maldice a su padre o a su madre, se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa (Proverbios 20:20).
5) Cuida de su comportamiento porque reconoce que impactará a toda su familia: El que da mal por bien, no se apartará el mal de su casa (Proverbios 17:13).
6) También reconoce que el amor, la fidelidad y la misericordia no sólo se extienden a los familiares sino a otros: En todo el tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia (Proverbios 17:17). El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano (Proverbios 18:24).
7) Por eso va a poner mucha atención al manejo de la lengua: No conviene al necio la altilocuencia; ¡cuánto menos al príncipe el labio mentiroso! (Proverbios 17:7) El perverso de corazón nunca hallará el bien, y el que revuelve con su lengua caerá en el mal (Proverbios 17:20). El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido. Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido (Proverbios 17:27-28). Al que responda palabra antes de oír, le es fatuidad y oprobio (Proverbios 18:13). El que anda con chismes descubre el secreto; no te entremetas, pues, con el suelto de lengua (Proverbios 20:19).
8) También pone mucha atención al manejo de conflictos: El que cubre la falta busca amistad; mas el que la divulga, aparta al amigo (Proverbios 17:9). El que comienza la discordia es como quien suelta las aguas; deja, pues, la contienda, antes que se enrede (Proverbios 17:14). Justo parece el primero que aboga por su causa; pero viene su adversario, y le descubre (Proverbios 18:17). La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa (Proverbios 19:11). El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos males (Proverbios 19:19). Honra es del hombre dejar la contienda; mas todo insensato se envolverá en ella (Proverbios 20:3).
De nuevo, todo el manejo de los conflictos en las relaciones interpersonales, el manejo de la lengua, la sumisión a la palabra de Dios y la obediencia disciplinada a sus preceptos se hace en el temor de Jehová: El temor de Jehová es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el hombre… Preparados están juicios para los escarnecedores, y azotes para las espaldas de los necios (Proverbios 19:23, 29).
Entre muchos temas que se presentan en estos capítulos, encontramos los siguientes:
1) El sabio se da cuenta de que la paz interpersonal vale más que las riquezas: Mejor es un bocado seco, y en paz, que casa de contiendas llena de provisiones (Proverbios 17:1).
2) Estima a su familia y la quiere ver establecida por las generaciones: Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos, sus padres (Proverbios 17:6). El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová (Proverbios 18:22). Camina en su integridad el justo; sus hijos son dichosos después de él (Proverbios 20:7).
3) Reconoce que esta bendición que se sostiene por las generaciones no les viene automáticamente sino por medio de la sumisión a la palabra de Jehová y su disciplina: El que guarda el mandamiento guarda su alma (Proverbios 19:16). La reprensión aprovecha al entendido, mas que cien azotes al necio (Proverbios 17:10). Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, y antes de la honra es el abatimiento (Proverbios 18:12). Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se apresure tu alma para destruirlo (Proverbios 19:18).
4) Por esos medios el sabio quiere evitar la vergüenza en su generación: El hijo necio es pesadumbre de su padre, y amargura a la que lo dio a luz (Proverbios 17:25). Dolor es para su padre el hijo necio, y gotera continua las contiendas de la mujer (Proverbios 19:13). El que roba a su padre y ahuyenta a su madre, es hijo que causa vergüenza y acarrea oprobio (Proverbios 19:26). Aun el muchacho es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta (Proverbios 20:11). Al que maldice a su padre o a su madre, se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa (Proverbios 20:20).
5) Cuida de su comportamiento porque reconoce que impactará a toda su familia: El que da mal por bien, no se apartará el mal de su casa (Proverbios 17:13).
6) También reconoce que el amor, la fidelidad y la misericordia no sólo se extienden a los familiares sino a otros: En todo el tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia (Proverbios 17:17). El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano (Proverbios 18:24).
7) Por eso va a poner mucha atención al manejo de la lengua: No conviene al necio la altilocuencia; ¡cuánto menos al príncipe el labio mentiroso! (Proverbios 17:7) El perverso de corazón nunca hallará el bien, y el que revuelve con su lengua caerá en el mal (Proverbios 17:20). El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido. Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido (Proverbios 17:27-28). Al que responda palabra antes de oír, le es fatuidad y oprobio (Proverbios 18:13). El que anda con chismes descubre el secreto; no te entremetas, pues, con el suelto de lengua (Proverbios 20:19).
8) También pone mucha atención al manejo de conflictos: El que cubre la falta busca amistad; mas el que la divulga, aparta al amigo (Proverbios 17:9). El que comienza la discordia es como quien suelta las aguas; deja, pues, la contienda, antes que se enrede (Proverbios 17:14). Justo parece el primero que aboga por su causa; pero viene su adversario, y le descubre (Proverbios 18:17). La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa (Proverbios 19:11). El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos males (Proverbios 19:19). Honra es del hombre dejar la contienda; mas todo insensato se envolverá en ella (Proverbios 20:3).
De nuevo, todo el manejo de los conflictos en las relaciones interpersonales, el manejo de la lengua, la sumisión a la palabra de Dios y la obediencia disciplinada a sus preceptos se hace en el temor de Jehová: El temor de Jehová es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el hombre… Preparados están juicios para los escarnecedores, y azotes para las espaldas de los necios (Proverbios 19:23, 29).