Proverbios 28 - 31
En resumen:
La sabia administra los bienes materiales para el provecho de la familia y la comunidad.
La sabia administra los bienes materiales para el provecho de la familia y la comunidad.
En más detalle:
Como vimos en proverbios anteriores, la sabiduría se manifiesta en el manejo de los bienes materiales de acuerdo con el dominio de Jehová.
El sabio trabaja duro y toma las oportunidades que se presentan para prosperarse: El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza (Proverbios 28:19). Y toda tentativa de prosperarse se hace honestamente y con paciencia: El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa (Proverbios 28:20). Se apresura a ser rico el avaro, y no sabe que le ha de venir pobreza (Proverbios 28:22). Reconoce que Jehová le prospera para ayudar a los necesitados, no para oprimirlos: El que da al pobre no tendrá pobreza; mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones (Proverbios 28:27).
Entiende en lo íntimo de su corazón que la riqueza no da más valor al hombre: El hombre rico es sabio en su propia opinión; mas el pobre entendido lo escudriña (Proverbios 28:11). Entiende que la justicia vale más que los bienes materiales: Mejor es el pobre que camina en su integridad, que el de perversos caminos y rico (Proverbios 28:6). Aún si el justo tiene que sufrir la pobreza, reconoce que al final, Jehová le va a vindicar: El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés, para aquel que se compadece de los pobres las aumenta (Proverbios 28:8).
Un ejemplo destacado de esta diligencia, industria y compasión es la mujer virtuosa de Proverbios 31. Note que casi todas las virtudes indicadas en este capítulo tienen relación con los bienes materiales. Su esposo no carecerá de ganancias por la diligencia de ella (Proverbios 31:11). Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos (Proverbios 31:13). Provee comida por la familia y sus siervos (Proverbios 31:14-15); compra tierras y siembra (Proverbios 31:16); produce y negocia (Proverbios 31:18-19, 21-22, 24). Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso (Proverbios 31:20). Establece una economía familiar segura (Proverbios 31:25, 27). Por eso y por muchas razones más puede decir que: Su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas (Proverbios 31:10); es digna de honor: Dadle el fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos (Proverbios 31:31). Y como hemos visto por todo el libro de Proverbios, su gran valor se debe al temor de Jehová: Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada (Proverbios 31:30).
Como vimos en proverbios anteriores, la sabiduría se manifiesta en el manejo de los bienes materiales de acuerdo con el dominio de Jehová.
El sabio trabaja duro y toma las oportunidades que se presentan para prosperarse: El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza (Proverbios 28:19). Y toda tentativa de prosperarse se hace honestamente y con paciencia: El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa (Proverbios 28:20). Se apresura a ser rico el avaro, y no sabe que le ha de venir pobreza (Proverbios 28:22). Reconoce que Jehová le prospera para ayudar a los necesitados, no para oprimirlos: El que da al pobre no tendrá pobreza; mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones (Proverbios 28:27).
Entiende en lo íntimo de su corazón que la riqueza no da más valor al hombre: El hombre rico es sabio en su propia opinión; mas el pobre entendido lo escudriña (Proverbios 28:11). Entiende que la justicia vale más que los bienes materiales: Mejor es el pobre que camina en su integridad, que el de perversos caminos y rico (Proverbios 28:6). Aún si el justo tiene que sufrir la pobreza, reconoce que al final, Jehová le va a vindicar: El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés, para aquel que se compadece de los pobres las aumenta (Proverbios 28:8).
Un ejemplo destacado de esta diligencia, industria y compasión es la mujer virtuosa de Proverbios 31. Note que casi todas las virtudes indicadas en este capítulo tienen relación con los bienes materiales. Su esposo no carecerá de ganancias por la diligencia de ella (Proverbios 31:11). Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos (Proverbios 31:13). Provee comida por la familia y sus siervos (Proverbios 31:14-15); compra tierras y siembra (Proverbios 31:16); produce y negocia (Proverbios 31:18-19, 21-22, 24). Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso (Proverbios 31:20). Establece una economía familiar segura (Proverbios 31:25, 27). Por eso y por muchas razones más puede decir que: Su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas (Proverbios 31:10); es digna de honor: Dadle el fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos (Proverbios 31:31). Y como hemos visto por todo el libro de Proverbios, su gran valor se debe al temor de Jehová: Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada (Proverbios 31:30).