Hoy leemos un ejemplo perfecto en Ester 5 – 7.
Note primero la soberbia de Amán. Aunque tiene numerosos privilegios de segundo lugar sólo al rey: Todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey (Ester 5:13). De lo que no se da cuenta es que ese límite de la sumisión fue decretado por Alguien más grande aún que Asuero – fue decretado por Dios. Jehová había dicho a Abraham, no a Agag: Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra (Génesis 12:3). El hecho de que Amán desea tanta atención para sí mismo y en violación del decreto de Jehová para su pueblo escogido revela la soberbia en su corazón. Por eso sus amigos y su esposa le declaran su sentencia: Si de la descendencia de los judíos es ese Mardoqueo delante de quien has comenzado a caer, no lo vencerás, sino que caerás por cierto delante de él (Ester 6:13).
Segundo, note que la salvación y la exaltación de Mardoqueo ocurren de acuerdo con el dominio egoísta y corrupto de Asuero. No ocurrió ningún milagro
para salvarlo, sólo una noche del insomnio al rey, una lectura de sus crónicas, un detalle olvidado: ¿Qué honra o qué distinción se hizo a Mardoqueo por esto?
(Ester 6:3) Acuérdese de nuestras observaciones ayer sobre Ester 1 – 4; el bienestar de los no-privilegiados depende de cuánto benefician a los privilegiados y de su evasión de cualquier acción les desagrada. Mardoqueo hizo una obra de gran beneficio a la persona de Asuero - ¡no se puede hacer mejor! Es una injusticia que no lo ha reconocido; tiene que ser recompensado inmediatamente. Note que aún en medio de tanto orgullo y egocentrismo, nuestro Dios santo y justo sabe obrar para proteger a los suyos. Ni la soberbia ni un gobierno injusto pueden estorbar su brazo poderoso.
Tercero, la caída de Amán ocurre dentro del mismo dominio corrupto – simplemente desagradó al rey por su menosprecio a la reina. A Asuero no le pesó la injusticia planeada contra una de las minorías de su reino; no paró a pensar
seriamente del bienestar y la justicia a los residentes no-privilegiados de la capital. Se quedó ofendido por el trato a una esposa preferida, y esa ofensa es digna de muerte. Y aunque no mencionan su nombre directamente, nos gozamos de la ironía en la justicia de Jehová: Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho
preparar para Mardoqueo (Ester 7:10).
Por la salvación y la justicia hechas dentro del dominio egoísta de Asuero sin mención del nombre de Jehová, el testimonio de su salvación en el libro de Ester es muy diferente a muchos que hemos leído en la Biblia hasta el momento. Pero aunque la salvación llegó por la mano escondida de Jehová en Ester 5 – 7, podemos testificar al lado de María: Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes (Lucas 1:51-52).