ComoleerlaBiblia.org
  • Inicio
  • Calendario 2021
  • ¡Empiece hoy!
  • Blog
  • Videos
  • Declaración de la fe
  • En inglés

Génesis 1 - 11

31/12/2011

0 Comentarios

 
         ¡Estamos entusiasmados por volver a iniciar otra lectura de la Biblia en un año!
         Para facilitar su comprensión de la Biblia este año, dividí toda la Biblia en 20 unidades temáticas a que voy a hacer referencia en el blog mientras leemos.
         Por ejemplo, mientras leemos las lecturas asignadas del calendario del primero al 5 de enero, les voy a decir que estas lecturas forman la primera unidad de la Biblia (Génesis 1 – 11).  Mientras la leen, noten las observaciones siguientes:
         1)  Los eventos principales de la unidad: La creación, el diluvio y la repoblación
         2)  Los atributos de Jehová que resaltan: La soberanía, la justicia y la misericordia
         3)  La obra principal de Jehová: El juicio al mundo pecaminoso
         4)  Los participantes principales: Los patriarcas de la humanidad
         5)  La referencia principal a Jesucristo y el evangelio: Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar (Génesis 3:15).
         6)  Observación clave: Note que todos los temas principales de la Biblia como: a) la justicia de Dios, b) la creación de un lugar santo para la comunión entre Dios y el ser humano, c) el pecado del ser humano, d) el juicio al pecado, e) la misericordia de Dios en la salvación del ser humano por gracia, f) la soberanía de Dios sobre las naciones, g) la victoria futura del Escogido de Jehová por medio del conflicto con el maligno, y más, tienen sus raíces ancladas profundamente en Génesis 1 – 11.  Todo empieza aquí.
         Y así deseo poner para cada una de las 20 unidades que forman la Biblia.  Dios mediante, nos ayudan a mantener una vista a la Biblia en su totalidad mientras nos metimos en los detalles de las lecturas individuales.
         También si Dios permite, voy a continuar a poner observaciones en el blog sobre las lecturas diarias.  Espero en 2 años más tener una enseñanza para cada lectura, cada día.  Por favor ponga en oración todo este proyecto para que crezcamos diariamente en nuestro conocimiento, obediencia y aprecio al Señor.  ¡Que nuestra lectura de la Biblia este año sea de mucha bendición!
0 Comentarios

Salmos 107 - 150

23/12/2011

0 Comentarios

 
         El quinto y último libro de los Salmos demuestra una fe que ha sobrevivido las tribulaciones del tercer libro y que ha crecido por refugiarse en Jehová como aprendió en el cuarto libro.
         Igual como el tercer libro, el quinto empieza con una referencia a la bondad de Jehová: Alabad a Jehová, porque él es bueno (Salmo 107:1); pero esta vez no la pone en duda como en el Salmo 73, sino que ha aprendido cómo refugiarse en la eterna misericordia de Jehová: Porque para siempre es su misericordia (Salmo 107:1).  Y no sólo espera la misericordia de Jehová sino que la ha experimentado de nuevo, como nos dice el versículo que sigue: Díganlo los redimidos de Jehová, los que ha redimido del poder del enemigo (Salmo 107:2).
         Y la salvación que celebra es una específica.  El cuarto libro había terminado con la petición a su misericordia: Sálvanos, Jehová Dios nuestro, y recógenos de entre las naciones (Salmo 106:47).  Ahora el Salmo 107 celebra esta salvación: Y los ha congregado de las tierras, del oriente y del occidente, del norte y del sur (Salmo 107:3).  Después de la larga y difícil espera, el pueblo experimenta la salvación de Jehová, y por eso espera con más confianza y anhelo las nuevas manifestaciones de la misericordia futura: ¿Quién me guiará a la ciudad fortificada?  ¿Quién me guiará hasta Edom?  ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado, y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos?  Danos socorro contra el adversario, porque vana es la ayuda del hombre.  En Dios haremos proezas, y él hollará a nuestros enemigos (Salmo 108:10-13).
         Como acabamos de ver, vuelven también las referencias al ungido de Jehová, al pacto davídico que casi había desaparecido en el cuarto libro.  Pero es un pacto transformado, un pacto que descubre nuevas vistas más grandes y gloriosas que las experimentadas en el reino de David.  Resulta que el Mesías futuro supera aún a David: Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies (Salmo 110:1).  Jesús observa: Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo? (Mateo 22:45; véase también Marcos 12:37 y Lucas 20:44)  Es decir, ¿cómo puede un antepasado, especialmente uno que es el rey más famoso de Israel, someterse a uno de sus descendientes?  Ese descendiente tiene que ser mucho más glorioso y superior a lo que se habría imaginado.  Así reconoce David en Salmo 110; el Mesías futuro, Jesucristo, viene de aún antes que él y reinará en justicia con la victoria completa sobre sus enemigos.  Lo que David experimentó personalmente en el pacto con Jehová es simplemente un reflejo del glorioso pacto que tiene Dios con el Ungido por excelencia.
         Un corazón agradecido por la salvación responde en alabanza y adoración, y por eso el quinto libro dedica salmos largos en pura adoración a Jehová, salmos que llaman a todo el pueblo y aún a toda la creación a alabarle: Alabad a Jehová desde los cielos; alabadle en las alturas.  Alabadle, vosotros todos sus ángeles; alabadle, vosotros todos sus ejércitos (Salmo 148:1-2).  Todo lo que respira alaba a JAH (Salmo 150:6).  Que nuestra lectura de todos los salmos y toda la Biblia fortalezca nuestra fe por las temporadas de tribulación y que nos despierte en alabanza a nuestro Salvador.
0 Comentarios

Salmos 90 - 106

22/12/2011

0 Comentarios

 
         En el Salmo 89 terminamos el tercer libro, el más oscuro de los salmos, y ahora entramos en otro que busca la esperanza en Jehová.
         El Salmo 90, el más viejo de todos los salmos, vuelve a las raíces de la historia de Israel para acordarnos de la fidelidad de Jehová a pesar de la oscuridad de Salmos 88 y 89: Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación (Salmo 90:1).  Aquí Moisés nos hace recordar que Dios es excelso, más grande y glorioso que la creación y el tiempo: Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios…  Mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche (Salmo 90:2, 4).  En cambio, los seres humanos somos como sueño, como la hierba de la mañana que florece y crece y a la tarde, es cortada y se seca (Salmo 90:5-6).
         Una de las razones principales por la diferencia entre la gloria de Jehová y nuestra desdicha es el pecado: Pusiste nuestras maldades delante de ti, nuestros yerros a la luz de tu rostro (Salmo 90:8).  Por eso, la respuesta apropiada del ser humano es primero que todo, el arrepentimiento: Convertíos, hijos de los hombres (Salmo 90:3).  Y luego, con corazón contrito y humilde, puede ser guiado por Jehová: Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos corazón de sabiduría (Salmo 90:12).
         Al reconocer que Jehová es excelso mientras nosotros somos pecadores en necesidad del arrepentimiento, ahora Moisés puede hacer la misma pregunta que inquietó al salmista en el Salmo 89:46: Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo? (Salmo 90:13)  Pero Moisés dirige su clamor en otra dirección que el salmista Etán ezraíta en el Salmo 89.  En vez de clamar según el pacto davídico, vuelve a las raíces y pide que la ira justa de Jehová sea propiciada según su misericordia: Aplácate para con tus siervos.  De mañana sácianos de tu misericordia, y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días (Salmo 90:13-15).  Intercede por Israel según la misericordia de este Dios excelso, Jehová.
         Y así sigue el ritmo del cuarto libro de los Salmos.  El rey David y las referencias al pacto davídico desaparecen casi por completo.  En medio de las tribulaciones del ungido, los Salmos 90 – 106 vuelven a la eterna misericordia de Jehová: El debilitó mi fuerza en el camino; acortó mis días.  Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; por generación de generaciones son tus años.  Desde el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos.  Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán (Salmo 102:23-27).
         Se acuerdan de las antiguas misericordias de Jehová, las que sucedieron antes de la época de David: Acordaos de las maravillas que él ha hecho, de sus prodigios y de los juicios de su boca, oh vosotros, descendencia de Abraham su siervo, hijos de Jacob, sus escogidos (Salmo 105:5-6).
         Nos animan a aprender de sus misericordias antiguas para evitar el castigo por las quejas y la rebelión: No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, como en el día de Masah en el desierto, donde me tentaron vuestros padres, me probaron, y vieron mis obras.  Cuarenta años estuve disgustado con la nación, y dije: Pueblo es que divaga de corazón, y no han conocido mis caminos.  Por tanto, juré en mi furor que no entrarían en mi reposo (Salmo 95:8-11).
         Y con la fe anclada firmemente en la misericordia eterna de Jehová, el cuarto libro responde a la desesperación del tercero por reconocer la misericordia de Jehová entre bastidores aun cuando todo el escenario presenta la tribulación: Con todo, él miraba cuando estaban en angustia, y oía su clamor; y se acordaba de su pacto con ellos, y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias.  Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos (Salmo 106:44-46).
         Por eso el cuarto libro termina con la seguridad en las misericordias futuras de Jehová: Sálvanos, Jehová Dios nuestro, y recógenos de entre las naciones, para que alabemos tu santo nombre, para que nos gloriemos en tus alabanzas.  Bendito Jehová Dios de Israel, desde la eternidad y hasta la eternidad; y diga todo el pueblo, Amén.  Aleluya (Salmo 106:47-48).
         Así que el cuarto libro de los Salmos nos da una receta eficaz para batallar contra la depresión y el desánimo que viene por las tribulaciones.  Nos enseñan a contemplar a Jehová excelso, enfocados sobre todo en su misericordia.  Mientras nos acordamos de sus misericordias pasadas, buscamos la evidencia de su mano en los sufrimientos presentes y clamamos con la fe segura en su misericordia venidera.
0 Comentarios

Nuevo video sobre 1 Corintios 13:4-8

16/12/2011

0 Comentarios

 
         Gracias a Dios por otro video sobre la definición del amor en 1 Corintios 13:4-8, la segunda parte del sermón del 23 de octubre de este año.  Espero que sea de bendición.  Lo puede encontrar en la página de videos bajo la categoría "El amor cristiano" con referencia a Romanos 12:9.
0 Comentarios

Felicidades en terminar el calendario de 2011

16/12/2011

0 Comentarios

 
         Para todos los que han seguido el calendario de lecturas para 2011, ¡Felicidades!  ¡Ahora han leído toda la Biblia una vez y los salmos dos veces este año!
         Para los que no pudieron terminar, no se desesperen; sigan adelante en su lectura de la Biblia.  Intente otra vez con nosotros en 2012.  Continúe a perseverar en su lectura de la Biblia, sabiendo que cada día de lectura le ayuda a conocer mejor a Dios.
         ¿Por qué el calendario de 2011 no tiene lecturas para las últimas dos semanas de este año?  Porque originalmente configuré el calendario para leer toda la Biblia en 10 meses.  Mientras lo puse en prueba, vi que algunas lecturas eran demasiado largas y las dividí para facilitar la comprensión.  Se acercó enero de 2011 y decidí presentar el calendario a nuestra iglesia tal como era en vez de esperar otro año más para perfeccionarlo.  Así que el calendario de 2011 tiene 2 semanas de espacio en blanco.
         Pero si se adelanta con las flechas para el calendario de 2012, va a notar que las lecturas cubren todos los días del año, y así continuará en todos los años siguientes, Dios mediante.  Mientras tanto, voy a continuar a escribir entradas de blog para explicar todas las lecturas diarias y a presentar más videos para explicar algunos pasajes bíblicos en más detalle.  El calendario mismo fue un proyecto de casi cuatro años de trabajo; ahora las explicaciones diarias y los videos van a ser un trabajo de varios años más.  Espero que todo se logre para la gloria de Dios.
0 Comentarios

Salmos 120 - 134

12/12/2011

0 Comentarios

 
         Los Salmos 120 – 134 forman una unidad llamada “los cánticos graduales.”  Hay una variedad de opiniones sobre la razón por este título incluyendo la idea que los israelitas los cantaban mientras viajaban y después de llegar a Jerusalén para celebrar sus fiestas anuales.  Si es verdad, uno los puede dividir así: Salmo 120 refiere a la preparación por el viaje; Salmo 121 se canta mientras los viajeros suben los primeros cerros altos en camino a Jerusalén; Salmo 122 refiere a su acercamiento y llegada; Salmo 123 – 133 se cantan como plegarias en el templo; y Salmo 134 comunica su despedida de Jerusalén para volver a sus casas.  Aunque son estrechamente ligados a las oraciones y los cultos en el templo, no son una disertación completa sobre la adoración; no hay ninguna referencia a los sacrificios ni a la sangre, por ejemplo.  Pero sí, nos enseñan mucho sobre la adoración de los israelitas en el templo y sobre nosotros en la iglesia hoy.
         Se puede resumir el espíritu de adoración en estos 15 salmos por dos versículos de la oración que Jesucristo nos enseñó: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga tu reino.  Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra (Mateo 6:9-10).  En el Padre nuestro, el que ora reconoce que hay un gran desacuerdo entre los acontecimientos de la tierra y el gobierno majestuoso de Dios en los cielos.  En la tierra hay injusticia, pecados y opresión; en los cielos hay justicia, santidad y gloria.  El discípulo anhela tanto el reino de Dios en los cielos que le clama que haga brotar su reino justo aquí en la tierra también.  De esta forma, su nombre será santificado.
         Esta misma pasión encontramos en todos los cánticos graduales: que el reino justo, misericordioso y glorioso de Jehová en los cielos se manifieste y supere la injusticia y la iniquidad que sufre su pueblo en la tierra.  Aquí las cosas no andan como deben: Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta…  Mucho tiempo ha morado mi alma con los que aborrecen la paz…  Sobre mis espaldas araron los aradores; hicieron largos surcos (Salmo 120:2, 6; 129:3).  Por eso miran a Jehová: A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos.  He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros (Salmo 123:1-2).
         No se contentan por mirar a Dios en general: en todos estos 15 salmos, sólo le llaman “Señor” una vez, “Dios” tres veces y “el Fuerte de Jacob” dos veces.  Pero le llaman “Jehová” 54 veces, declarando su deseo que les responda El que siempre era, es y que siempre será, El que siempre era, es y será fiel a su pacto, El que siempre respondía, responde y responderá a su pueblo con misericordia.  Le claman por su nombre que Él mismo les había dado como recipientes bendecidos de su pacto.
         Y esperan en Él: Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.  Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas (Salmo 126:5-6).  Siguen esperando su fidelidad y misericordia aunque no vean la evidencia por décadas: Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.  Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta (Salmo 127:4-5).  Siguen esperando en Jehová aunque no vean la respuesta cumplida por generaciones: Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, y veas a los hijos de tus hijos.  Paz sea sobre Israel (Salmo 128:5-6).  Siguen esperando porque saben que El que les ha prometido, sí lo va a cumplir: Espera, oh Israel, en Jehová, desde ahora y para siempre (Salmo 131:3).
         En medio de todo, su pueblo se anima por la armonía entre hermanos que juntos alaban a Jehová: Yo me alegré con los que me decían: a la casa de Jehová iremos (Salmo 122:1).  ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! (Salmo 133:1)  Mientras su pueblo se reúne en obediencia, por corazones perdonados y purificados y en devoción sincera, se da cuenta de que la justicia y la misericordia de Jehová reina entre ellos.  A pesar de sus diferencias, cuando se reúnen en su nombre, el reino de los cielos empieza a ponerse en evidencia, y adoran a Jehová: Allá subieron las tribus, las tribus de JAH, conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el nombre de Jehová (Salmo 122:4).  Y así los israelitas en el templo (y nosotros en la iglesia) encuentran el lugar geográfico transformado para ser lugar de reposo donde Jehová mora y gobierna en justicia (Salmo 132:14-18).
         Que la oración y la adoración en nuestras iglesias también manifiesten la desesperación con un mundo que no conoce a Jehová, el ferviente anhelo por su reino justo y glorioso y la esperanza segura en su pacto.  Que crezcan en armonía mientras levantemos juntos nuestras peticiones y alabanzas al mismo Dios por quien tenemos la salvación.
0 Comentarios

Salmos 73 - 89

9/12/2011

2 Comentarios

 
         Los primeros dos libros de salmos terminan con una actitud positiva en el Salmo 72, pidiendo que la justicia de Jehová se manifieste gloriosamente en el reino de Salomón.  Pero cuando el tercer libro empieza con el Salmo 73, inmediatamente vemos que las cosas no andan bien.
         El primer versículo declara la gloria de Dios: Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón (Salmo 73:1).  Pero el salmista Asaf inmediatamente confiesa que en una época lo dudaba casi al punto de perder la fe en Dios: En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos (Salmo 73:2).  Identifica la raíz de sus dudas: Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos (Salmo 73:3).  En vez de la justicia que pedía el pueblo en Salmo 72:4, 12-13, Asaf experimentó la opresión económica sin freno.  Los arrogantes prosperaban y crecían en arrogancia mientras los creyentes humildes sufrían (Salmo 73:4-14).
         Hay 2 videos que explican el Salmo 73 versículo por versículo: los puede ver aquí o en la página de los videos.  Por ahora note que Jehová le salva al salmista de su crisis de la fe.  Termina por reconocer no sólo la justicia de Jehová sino su profunda misericordia también.  Y aunque al principio casi no estuvo de acuerdo con el versículo: Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón (Salmo 73:1), ahora puede declarar con gozo y desde su experiencia personal: En cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras (Salmo 73:28).
         Pero las tormentas de duda asaltan la fe otra vez en el Salmo 74, ahora a nivel nacional: ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre?  ¿Por qué se ha encendido tu furor contra las ovejas de tu prado? (Salmo 74:1)  Luego describe la destrucción completa del santuario a largo plazo por los enemigos de Dios mientras Él no hace nada para pararla (Salmo 74:3-11).  El salmista vuelve a contemplar el poder, la justicia y la salvación de Dios en tiempos antiguos y por eso le clama (Salmo 74:12-23), pero a diferencia de algunos de los salmos de los primeros dos libros, aquí no aparece la salvación.  El salmista responde a la crisis con fe, pero la fe tiene que continuar en espera de la salvación que ha pedido.
         Es decir, los Salmos 73 y 74 nos dan la bienvenida al libro más oscuro de los salmos, el libro tercero que se extiende desde el Salmo 73 hasta el Salmo 89.  Como Salmos 1 y 2 sirvieron de puertas de entrada a todo el libro de los salmos, Salmos 73 y 74 sirven de puertas para el sótano oscuro que da miedo al que baja por su escalera.  El Salmo 1 nos declara del bienaventurado: todo lo que hace, prosperará (Salmo 1:3); el Salmo 73 contesta: Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia (Salmo 73:13).  En el Salmo 2 Jehová declara: Yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte (Salmo 2:6); el Salmo 74 lamenta: Ha puesto a fuego tu santuario, han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra (Salmo 74:7).  El entusiasmo y la esperanza con que empezamos el libro de los salmos ahora son puestos a prueba.
         Es en este tercer libro de los Salmos donde escuchamos el clamor del pueblo cuyas esperanzas por la justicia de Jehová en Salmo 72 no se han cumplido.  El Salmo 88 es probablemente el más oscuro de todos; hace eco de muchas de las preocupaciones de Job sobre la justicia de Jehová cuando estaba en los puntos más bajos de su contemplación.  Y el Salmo 89 empieza por declarar la misericordia y la fidelidad de Jehová a su ungido en un estilo parecido a muchos de los salmos de los primeros dos libros (Salmo 89:1-37), pero en un cambio brusco al borde del sarcasmo, la amargura y la irreverencia, le acusa a Jehová de haber desechado su pacto con su ungido (Salmo 89:38-45).  La gloria, la seguridad y la esperanza en el ungido, declaradas tan firmemente en Salmos 2 y 72 ahora son pisoteadas… pero, no abandonadas.  El salmista tiene una sola petición a Jehová, declarada dos veces: Recuerda…  Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos (Salmo 89:47, 50).  Cuando Jehová simplemente vuelve a su pueblo, su justicia tiene que manifestarse.  Va a derrotar a todos sus enemigos y exaltar a su ungido otra vez.  Aun en su desesperación, Salmos 88 y 89 reconocen que la manifestación de la justicia de Jehová sólo es una cuestión de tiempo.
         Claro que el tercer libro de los salmos pertenece al día de hoy también.  Todos los creyentes debemos tener una sensibilidad adolorida por ver las injusticias en nuestras sociedades y declarar de acuerdo con estos salmos: ¿Hasta cuándo, Señor?  Y leemos con anticipación la respuesta de nuestro Señor: Ciertamente vengo en breve.  Amén; sí, ven, Señor Jesús (Apocalipsis 22:20).
2 Comentarios

Nuevo video sobre Romanos 12

8/12/2011

0 Comentarios

 
         Gracias a Dios por el nuevo video que subimos hoy sobre el amor y los dones espirituales.  Es la primera parte del sermón del 23 de octubre sobre Romanos 12:9.  El apóstol Pablo ha terminado de poner en lista algunos dones espirituales y empieza a hablar del tema de amor.  Dios mediante subiremos pronto todos los sermones de esta serie sobre Romanos 12:9-13.  Lo puede encontrar en la página de los videos por la categoría "El amor cristiano".
0 Comentarios

Salmos 1 - 72

2/12/2011

0 Comentarios

 
         Ahora que hemos visto las dos “puertas” de entrada a los Salmos (Salmo 1 y 2), pasamos rápidamente por los dos primeros libros que cubren Salmos 1 – 72.
         Los autores identificados en esta sección son el rey David (el autor de casi todos estos salmos), los hijos de Coré (que escribieron o cantaron Salmos 42 – 49) y Asaf (el autor del Salmo 50).  Los hijos de Coré son descendientes del Coré que ayudó a levantar una rebelión contra Moisés y Aarón en Números 16.  Él y los que lo acompañaron en la rebelión fueron tragados vivos por la tierra o consumidos por fuego, pero los hijos de Coré no murieron (Números 26:10-11).  Muchas generaciones después uno de sus descendientes, el cantor Hemán, fue nombrado por David y los levitas para dirigir con sus hijos el servicio de canto en la casa de Jehová (1 Crónicas 6:31-33, 37).  Fue acompañado en el canto y en la dirección de instrumentos por su pariente Asaf (1 Crónicas 15:16-17, 19) que en el primer lugar sonaba los címbalos (1 Crónicas 16:4-5).
         En esta sección de los Salmos se destacan las peticiones del ungido a Jehová y sus testimonios de la salvación.  Note por ejemplo en Salmo 3 como se levanta su petición o queja a Jehová: ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios!  Muchos son los que se levantan contra mí.  Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios (Salmo 3:1-2).
         David responde a esta tribulación por clamarle a Jehová con una seguridad fundada en la relación entre Jehová y su ungido del Salmo 2.  Aquí ora: Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza (Salmo 3:3).
         Luego encuentra la salvación: Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo.  Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba (Salmo 3:4-5).  Y con confianza en Jehová mira hacia los retos que le esperan: No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí.  Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; los dientes de los perversos quebrantaste (Salmo 3:6-7).
         Entonces, por la fidelidad de Jehová en salvarlo a él, David anuncia la salvación a todo el pueblo: La salvación es de Jehová; sobre tu pueblo sea tu bendición (Salmo 3:8).  Y estos temas de la petición a Jehová, su salvación y el anuncio de la salvación a todo el pueblo vuelven a surgir una y otra vez en los salmos en esta sección.
         Otros salmos concentran en la gloria de Jehová como el Salmo 8 que se abre y se cierra apropiadamente con la declaración: ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! (Salmo 8:1, 9)  Otros como el Salmo 32 se maravillan en el perdón que Jehová otorga a pecadores arrepentidos.  Otros como el Salmo 16 y el Salmo 23 se recrean en su amor fiel.  Salmos 36 y 37 entre muchos otros se sostienen en la justicia de Jehová.  Y esta sección termina con el Salmo 72 y la esperanza que la salvación, la gloria, el perdón, el amor fiel y la justicia de Jehová se manifiesten en la próxima generación cuando reina el hijo de David, Salomón.  Por eso, mientras lee Salmos 1 - 72, alabe y glorifique a Jehová por sus maravillosos atributos y ore en esperanza por las próximas generaciones.
0 Comentarios

Detalles sobre los salmos

2/12/2011

0 Comentarios

 
         Algunos detalles para clarificar la lectura del libro de los Salmos:
         1)      Note que el libro de los Salmos es dividido en 5 libros.
         El primero incluye Salmos 1 – 41 y termina con un versículo de adoración a Jehová y una respuesta de la congregación: Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, por los siglos de los siglos.  Amén y Amén (Salmo 41:13).
         El segundo cubre Salmos 42 – 72 y también termina con un versículo de adoración y una respuesta del pueblo: Bendito su nombre glorioso para siempre, y toda la tierra sea llena de su gloria.  Amén y amén (Salmo 72:19), y luego la anotación editorial: Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí (Salmo 72:20).
         El tercero va de Salmos 73 – 89 y también termina con la adoración y respuesta: Bendito sea Jehová para siempre.  Amén, y Amén (Salmo 89:52).
         El cuarto empieza con el Salmo más viejo, el que Moisés escribió (Salmo 90) y va hasta el Salmo 106 que también termina por decir: Bendito Jehová Dios de Israel, desde la eternidad y hasta la eternidad; y diga todo el pueblo, Amén.  Aleluya (Salmo 106:48).
         El quinto empieza cubre Salmos 107 hasta 150 y termina por decir: Todo lo que respira alabe a JAH.  Aleluya (Salmo 150:6).
         Aunque normalmente no hacemos referencia a estos 5 libros dentro del libro de los Salmos, estas divisiones pueden servirnos para organizar y distinguir tantos salmos impresionantes.
         2)     Acuérdese que los salmos fueron escritos para ser cantados, para dirigir y expresar la adoración de los israelitas a Jehová.  ¡Desafortunadamente no existe ninguna reproducción de cómo sonaba en su época!  Si existiera, creo que nos quedaríamos asombrados por cuán distinto sonaría de nuestras formas de cantar en iglesias hoy, todas las cuales vienen de sistemas y teorías de música desarrolladas en los siglos más recientes.
         3)     Cuando hacemos referencia a un salmo, nunca decimos “capítulo” sino “salmo”.  Así que nuestras referencias al libro de los Salmos son diferentes que a los demás libros de la Biblia.
         4)     Note que a veces aparece la palabra “Selah” al final de algunos versículos (por primera vez en Salmo 3), normalmente puesta a la derecha de la columna.  No se sabe exactamente qué quiere decir aunque la gran mayoría de los comentaristas opinan que señala una pausa, posiblemente para ajustar los instrumentos o para que los cantantes reflexionaran sobre lo que acaban de cantar.  Cuando leemos los salmos hoy, es recomendable pausar al llegar a la palabra “Selah” para contemplar lo que acaba de leer.  Cuando leemos los salmos en voz alta, no decimos “Selah”.
         5)     A veces en su lectura va a encontrar el nombre JAH.  Es simplemente una forma abreviada del nombre Jehová.  Al leerlo en voz alta, puede decir el nombre “Jehová” para que sea entendible.
         6)     La palabra española “Aleluya” viene directamente del hebreo.  Significa: Alabado sea Jehová.
         7)     Note que el Salmo 117 es el más corto y el 119, el más largo.
         8)    Para los aficionados del inglés, la gran mayoría de sus traducciones de la Biblia traducen el nombre Jehová como “LORD”, en letra mayúscula, y el título divino Adonai (Señor) como “Lord” con sólo la primera palabra en mayúscula.  No afecta la pronunciación.  Esta traducción tiene una larga historia que viene de la cautela y la reverencia que los judíos querían tener al nombre divino para no pronunciarlo en vano.  Aún hoy cuando los judíos devotos llegan a las cuatro letras hebreas que representan el nombre divino, no pronuncian el nombre divino sino que dicen “Hashem” que significa “el Nombre”.  Los traductores ingleses querían seguir el mismo respeto y así tradujeron el nombre divino por “LORD” que literalmente significa “Señor”.  Así que, si lee el inglés, verá: “The LORD said to my Lord” donde el español traduce más claramente: Jehová dijo a mi Señor (Salmo 110:1).
0 Comentarios
<<Anterior

    Autor

    Rev. Ken Kytle, pastor de la Iglesia bautista La fe en Cristo cerca de Atlanta, Georgia, EEUU.

    Archivos

    Abril 2014
    Enero 2014
    Noviembre 2013
    Abril 2013
    Marzo 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    Noviembre 2011
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011

    Categorías

    Todos
    1 Corintios
    1 Crónicas
    1 Juan
    1 Reyes
    1 Samuel
    1 Tesalonicenses
    1 Timoteo
    20 Unidades
    2 Corintios
    2 Crónicas
    2 Pedro
    2 Reyes
    2 Samuel
    2 Tesalonicenses
    2 Timoteo
    Abdías
    Amós
    Apocalipsis
    Colosenses
    Daniel
    Deuteronomio
    Efesios
    Esdras
    Ester
    Éxodo
    Ezequiel
    Filemón
    Filipenses
    Gálatas
    General
    Génesis
    Habacuc
    Hageo
    Hebreos
    Hechos
    Isaías
    Jeremías
    Job
    Joel
    Jonás
    Josué
    Juan
    Jueces
    Lamentaciones
    Levítico
    Lucas
    Malaquías
    Marcos
    Mateo
    Miqueas
    Nahum
    Nehemias
    Números
    Oseas
    Proverbios
    Romanos
    Rut
    Salmos
    Santiago
    Sofonías
    Tito
    Zacarías

    Fuente RSS

Todas las citas bíblicas son de la
Biblia Reina Valera Revisada 1960
© 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina
Imagen
© 2011-2021 www.comoleerlabiblia.org
admin@comoleerlabiblia.org
923 Heritage Ridge Court, Monroe, GA  30655  EEUU