Primero dice: El que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación (1 Corintios 14:3).
1) El que profetiza habla a los hombres… En el versículo que sigue, 1 Corintios 14:4, Pablo especifica quiénes son estos hombres: Edifica a la iglesia. Es decir, la profecía primero que todo es para la comunidad de la fe. Pronto veremos que sí, puede ser dirigida para los incrédulos también, pero su público principal es la comunidad de la fe. (Por ejemplo, Génesis 49 se dirige a los hijos de Jacob, no a sus vecinos egipcios.)
2) …para edificación… Es para edificar, dar crecimiento y madurar a los oyentes en su relación con Jehová. La profecía puede hablar de gran destrucción y condenación, pero sólo a los que se oponen a la justicia de Jehová. Edifica a los que viven por fe de acuerdo con su justicia.
3) …exhortación… La exhortación completa tiene tres pasos:
a) retrata la situación presente del oyente para clarificarla según la vista de Dios y para comunicarle al oyente que está mal;
b) retrata la situación correcta en que debe andar el oyente en justicia; y
c) le anima a hacer los cambios para dejar la situación a) y entrar en la situación b).
4) …consolación… La profecía consuela al que sufre por seguir el camino de la justicia de Jehová y le exhorta a continuar adelante por el poder de Jehová a pesar de las dificultades del tiempo presente.
También explica Pablo: Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado; lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros (1 Corintios 14:24-25).
1. Si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto… La profecía, aunque dirigida sobre todo a la comunidad de la fe, se puede dirigir a los incrédulos también.
2. …es convencido… El oyente ahora entiende que ha pensado y actuado en desacuerdo con la justicia de Jehová.
3. …es juzgado… Por la profecía reconoce que es culpable por su injusticia, que merece el castigo y la condenación de Dios por sus pecados.
4. …lo oculto de su corazón se hace manifiesto… Sus pecados escondidos y los motivos perversos con que los seguía ahora son manifestados a la luz. Note que esta profecía puede ser declarada a incrédulos o a miembros de la comunidad de la fe que andan en injusticia.
5. …postrándose sobre el rostro, adorará a Dios… El propósito de la profecía es el arrepentimiento de los oyentes y su restauración a los caminos de Dios.
6. …declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros. La profecía es una manifestación de la presencia de Jehová con su pueblo.
Poco después, Pablo señala algunos aspectos más de la profecía: Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero. Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados (1 Corintios 14:30-31). Note tres observaciones más sobre la profecía:
1. Si algo le fuere revelado a otro… La profecía se distingue de otros dones espirituales como la enseñanza por incluir la revelación: el Espíritu de Dios le revela algo al que profetiza que no es accesible por la lógica, la preparación, la simple observación o la repetición de alguna lección. No quiere decir que la revelación es ilógica ni mística, sino que tiene su origen inmediato en Jehová y es transmitido por el que habla.
2. …calle el primero… El que profetiza no entra en éxtasis. Está en control completo de sí mismo. Puede hablar o al momento se puede callar sin ningún problema.
3. …para que todos aprendan… Además de las funciones de edificación, exhortación, consolación y convicción de pecado como vimos arriba, la profecía también enseña: le comunica al pueblo de Jehová cómo es Él y cómo relacionarse con Él en fe y obediencia.
Y vamos a ampliar la definición de la profecía de Pablo en 1 Corintios 14 un poco más por identificar otra característica que a veces tiene y que sí, aparece en Génesis 49: la profecía exhorta a los oyentes por revelar el futuro. Note bien que la profecía nunca revela el futuro sólo para informar o dar alguna satisfacción intelectual a los oyentes sino que habla del futuro siempre para exhortarles que actúen de acuerdo con la justicia de Jehová. Al hablar del futuro, la profecía quiere impactar la vida diaria presente de los oyentes.
Y con estas intenciones profetiza Jacob en Génesis 49: Por una revelación de Jehová sobre el futuro de la comunidad de la fe, Jacob desea enseñar, edificar, exhortar y consolar a sus hijos y las generaciones que los van a seguir para que eviten el pecado y anden en la justicia de Jehová en preparación por el cumplimiento de sus promesas. Mientras esperan, la repetición de esta profecía va a recordarle a la comunidad de fe de la presencia continua de Jehová con ellos y la fidelidad con que va a cumplir sus promesas.
Con esta definición como brújula que nos señala el norte, vamos a repasar Génesis 49 brevemente para ver algunas de las profecías que destacan.
Rubén (Génesis 49:3-4): Note la diferencia entre su potencial en versículo 3 y lo que ha perdido según versículo 4 por ser impetuoso y por su pecado sexual descrito en Génesis 35:22. Aunque es el primogénito, no recibirá la primogenitura (como confirma 1 Crónicas 5:1-2).
Simeón y Leví (Génesis 49:5-7): Reciben una reprensión por su violencia en extremo al vengarse de la deshonra de Dina en Génesis 34. También se les revela las consecuencias de su pecado: Yo los apartaré en Jacob, y los esparciré en Israel (Génesis 49:7). Los descendientes de Simeón van a recibir una heredad cuando vuelven a Canaán, pero con el tiempo van a perder su identidad y serán asimilados en la tribu de Judá. Los descendientes de Leví serán esparcidos en Canaán pero de forma honrosa; como veremos en el libro de Éxodo, van a ser la tribu sacerdotal de Israel.
Judá (Génesis 49:8-12): Lo compara con un león por su fuerza noble y su capacidad de despertar el temor y la admiración de sus enemigos. Revela que el cetro, representando el reino, continuará con Judá hasta la llegada de uno identificado como Siloh (una palabra difícil de traducir del hebreo; entre varias opciones, posiblemente un nombre que significa “el que da paz” o posiblemente “el a quien [el reino] pertenece”), y los pueblos congregarán a él. Dice: Atando a la vid su pollino (Génesis 49:11), un símbolo raro porque uno no ata los pollinos a las vides… ¡las van a comer! Tampoco se lavan los vestidos en vino (Génesis 49:11). Pero lo que nos quiere comunicar Jacob es que los productos comunes de la agricultura en esa región (las uvas, el vino, la leche) van a ser producidos en tanta abundancia y dentro de tanta prosperidad, que no le importará a uno si un pollino come una vid, porque las vides de calidad están en todas partes, y el vino va a ser tan común y corriente como el agua.
Zabulón (Génesis 49:13): Su prosperidad en la mercancía por el mar va a ser semejante a la prosperidad de Sidón, uno de los puertos más famosos de la antigüedad.
Isacar (Génesis 49:14-15): Tiene fuerza, pero por su flojera tendrá que utilizarla para servirle a otros.
Dan (Génesis 49:16-17): Será pequeño, pero peligroso para los que parecen más fuertes que él como la víbora puede derrumbar al jinete en un caballo.
Tu salvación esperé, oh Jehová (Génesis 49:18). En medio de la profecía quiere recordarles Jacob a sus hijos que todo lo que les revela viene por la gracia de Jehová en su salvación, no por recompensa por sus esfuerzos.
Gad (Génesis 49:19): Sufrirán derrota, pero eventualmente vencerán.
Aser (Génesis 49:20): Producirá en abundancia de una calidad digna de reyes.
Neftalí (Génesis 49:21): Disfrutará una gracia fina en su educación y sabiduría.
José (Génesis 49:22-26): Acuérdese que José recibe la primogenitura que perdió Rubén, las dos porciones de la heredad dividida igualmente entre todos los hijos. Una porción de la primogenitura recibirá su hijo Efraín y la otra, Manasés de acuerdo con su “adopción” y bendición por Jacob en Génesis 48. Note que la profecía enfatiza la prosperidad a pesar de persecución severa y entra en alabanza a Jehová que por gracia protege y prospera a José, al punto de hacer referencia a las bendiciones eternas que recibirá. Se expresa como uno que encuentra que las palabras son insuficientes para captar las maravillas de Jehová y las bendiciones que reparte a su escogido.
Benjamín (Génesis 49:27): Como Judá fue comparado con león, Benjamín es comparado con lobo, pero en un sentido positivo. Arrebata la presa y como tiene más que suficiente, la reparte a sus hermanos.
Por estas palabras de su antepasado Israel, sus hijos y los descendientes después de ellos iban a ser enseñados, edificados, exhortados, consolados y convencidos de sus pecados para el arrepentimiento en los años de espera antes de volver a la tierra de Canaán. Aún serviría de recordatorio y profecía para los años después. Se debían acordar que aunque Jacob y los demás patriarcas han fallecido, su Dios no los iba a abandonar: iba a relacionarse con ellos por gracia y por fidelidad al pacto, y ellos debían responder en devoción manifestada en justicia.
Así cerramos nuestra lectura de la época de los patriarcas y el libro de Génesis, con la mirada hacia las manifestaciones futuras de la gracia de Jehová a su pueblo escogido.