ComoleerlaBiblia.org
  • Inicio
  • Resumen de la Biblia
  • Blog
  • Calendario 2024
  • Videos
  • Declaración de la fe
  • Contáctenos

Deuteronomio 12 - 14 y Salmo 135

28/2/2012

0 Comentarios

 
         En esta sección de Deuteronomio que se extiende del capítulo 12 hasta el capítulo 26, Moisés presenta leyes para gobernar todos los aspectos de la vida en la tierra prometida.  No ha dejado por completo la narrativa de la historia israelita que predominó en los primeros 11 capítulos; todavía va a hacer referencias a la historia para animar la obediencia.  Pero ahora predomina la explicación más al fondo de los diez mandamientos.
         A primera vista, los capítulos 12 – 26 parecen un desorden, pero si uno los examina cuidadosamente, se ven enlaces generales con todos los diez mandamientos en orden.  Aunque no es una organización perfecta, se puede dividir los capítulos siguientes así (adoptada de Victor Hamilton, Handbook on the Pentateuch, Baker Academic, 2005, pág. 404):
         Deuteronomio 12 – El primero y el segundo mandamiento: No tendrás dioses ajenos delante de mí / no harás para ti escultura (Deuteronomio 5:6-10).
         Deuteronomio 13 – 14 – El tercer mandamiento: No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano (Deuteronomio 5:11).
         Deuteronomio 15 – 16:17 – El cuarto mandamiento: Guardarás el día de reposo (Deuteronomio 5:12-15).
         Deuteronomio 16:18 – 18 – El quinto mandamiento: Honra a tu padre y a tu madre (Deuteronomio 5:16).
         Deuteronomio 19 – 21 – El sexto mandamiento: No matarás (Deuteronomio 5:17).
         Deuteronomio 22 – 23:18 – El séptimo mandamiento: No cometerás adulterio (Deuteronomio 5:18).
         Deuteronomio 23:19 – 24:7 – El octavo mandamiento: No hurtarás (Deuteronomio 5:19).
         Deuteronomio 24:8 – 25:3 – El noveno mandamiento: No levantarás falso testimonio (Deuteronomio 5:20).
         Deuteronomio 25:4-19 – El décimo mandamiento: No codiciarás (Deuteronomio 5:21).
         Otra vez, no es un orden perfecto; por ejemplo, ¿dónde vamos a poner las leyes sobre el no entregar el siervo que huye de su señor, especialmente cuando las leyes que siguen tienen un enlace con el séptimo mandamiento contra el adulterio (Deuteronomio 23:15-18)?  Pero por lo menos hay rasgos generales que unen casi todas estas leyes con los diez mandamientos en orden.
         Entonces, en la lectura para hoy, vemos el énfasis en los primeros tres mandamientos.  Mientras los sacerdotes y los levitas van a enfocar en los sacrificios y en todas las responsabilidades asociadas con el tabernáculo, los otros israelitas van a enfocar en la destrucción de todo lo que se asocia con la idolatría y los falsos profetas, en comer de acuerdo con las leyes sobre la limpieza ritual y a manejar el diezmo para acción de gracias al Señor y bendición a los levitas y a los necesitados.  De estas formas van a demostrar su devoción a Jehová aunque viven lejos del tabernáculo.
0 Comentarios

Deuteronomio 9 - 11

27/2/2012

0 Comentarios

 
         Deuteronomio 9 – 11 forma la última parte de la narrativa histórica de Moisés.  Otra vez narra el pasado para motivar la obediencia apasionada en el presente para recibir bendiciones futuras.  Y esta lección se va a basar sobre las rebeliones de Israel.
         La bendición futura será la derrota militar de los cananeos: Oye, Israel: tú vas hoy a pasar el Jordán, para entrar a desposeer a naciones más numerosas y más poderosos que tú, ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo (Deuteronomio 9:1).  Pero el peligro es que se enorgullezcan de sus victorias militares: No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti (Deuteronomio 9:4).  La memoria de sus rebeliones va a servir una doble función entonces: 1) les va a recordar que no merecen las victorias sino que son por la gracia de Jehová, y 2) les mostrará que si siguen en rebelión, van a terminar como los cananeos a quienes echan de la tierra.
         Note también que Moisés no sólo habla de sus rebeliones sino que describe en mucho detalle su intercesión por el pueblo de Israel.  Este énfasis no viene por ningún deseo de lucir delante de los israelitas; acuérdese de que Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra (Números 12:3).  En parte es para enseñar a los israelitas como distinguir entre el profeta verdadero de Jehová y uno falso: Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis (Deuteronomio 18:15).  Además de buscar las características que va a señalar en los capítulos siguientes, los israelitas deben identificarlo por su intolerancia por la idolatría, su intercesión constante por Israel, su admiración del pacto y su exhortación al pueblo como él mismo pone por ejemplo en Deuteronomio 9 y 10.
         Y además de sus rebeliones, los israelitas necesitan recordar que de un grupo pequeño en número, Jehová los multiplicó y los redimió con mano poderosa y brazo extendido (Deuteronomio 10:22 – 11:4); también castigó su desobediencia (Deuteronomio 11:5-6).  Han visto los ejemplos históricos de bendición y de maldición, y por eso: He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido (Deuteronomio 11:26-28).  Los israelitas sólo van a disfrutar las bendiciones futuras si guardan las lecciones de su historia; si las descuidan, si buscan senderos espirituales nuevos, sufrirán la condenación que Jehová puso en evidencia contra sus enemigos.
0 Comentarios

Deuteronomio 7 - 8 y Salmo 101

27/2/2012

0 Comentarios

 
         Tuvimos una introducción a la guerra santa en Números 31 cuando los israelitas destruyeron a los madianitas en la región de Moab.  Ahora Deuteronomio 7 declara más leyes sobre la guerra santa, específicamente contra los cananeos.  Además de las leyes y las razones por ellas, las bendiciones por obedecerlas y las maldiciones por desobedecerlas, acuérdese de lo que vimos sobre la narrativa histórica los últimos dos días y note la referencia histórica que anima su obediencia: No tengas temor de ellas; acuérdate bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón y con todo Egipto; de las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano poderosa y el brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó; así hará Jehová tu Dios con todos los pueblos cuya presencia tú temieres (Deuteronomio 7:18-19).  Otra vez: el pasado, para obediencia presente, para disfrutar bendiciones futuras.
         Mientras la redención poderosa de los israelitas de la esclavitud en Egipto es el eje histórico por las leyes de Deuteronomio 7, el siguiente capítulo toma la jornada en el desierto por tema histórico.
El pasado: Te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto… (Deuteronomio 8:2-5)
El presente: Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole (Deuteronomio 8:6).
El futuro: Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra… (Deuteronomio 8:7-10)
Punto de agradecimiento en adoración: Como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga (Deuteronomio 8:5; vea también Hebreos 12:5-13).

Luego se presenta una variación en este orden en Deuteronomio 8:11-20:
El futuro prohibido: No suceda que comas y te sacies… (Deuteronomio 8:11-14)
¿El problema?  Se les olvidó el pasado: Y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso… (Deuteronomio 8:14-17)
¿La resolución?  En el presente: Acuérdate de Jehová tu Dios (Deuteronomio 8:18-20).
Punto de agradecimiento en adoración: Acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas (Deuteronomio 8:18).

         Al conquistar la tierra prometida y al disfrutar las riquezas de la tierra, los israelitas caminarán en obediencia a Jehová por una memoria histórica viva.
0 Comentarios

Deuteronomio 4 - 6 y Salmo 19

26/2/2012

0 Comentarios

 
         Deuteronomio 4 – 6 es una lectura ejemplar de lo que aprendimos ayer sobre la narrativa de la historia en el libro de Deuteronomio.  Moisés cuenta la historia de Éxodo 19 – 20, la llegada de la Presencia de Jehová al monte Sinaí y su presentación de los Diez Mandamientos.  No lo hace por ningún interés en las antigüedades ni por un ejercicio sicológico de auto-conocimiento sino que narra esta historia (el pasado) para animar al pueblo del pacto mosaico a la obediencia ferviente (el presente) para recibir el cumplimiento de las promesas (el futuro).
         Por ejemplo, en Deuteronomio 4:10-12 Moisés vuelve a contar los eventos impresionantes en Sinaí en Éxodo 19:16-19 como el fuego, las tinieblas, y el sonido de la voz de Jehová, y añade un detalle que no fue mencionado directamente en Éxodo 19: A excepción de oír la voz, ninguna figura visteis (Deuteronomio 4:12).  Y es más que un detalle; es una lección digna de toda su atención: Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna (Deuteronomio 4:15-16).
         Y Moisés les comunica que no sólo tienen la obligación presente de guardar esta lección sino también la responsabilidad de enseñarla en el futuro: Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompiereis e hiciereis escultura o imagen de cualquier cosa, e hiciereis  escultura o imagen de cualquier cosa, e hicieres lo malo ante los ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo; yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que pronto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para tomar posesión de ella; no estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos (Deuteronomio 4:25-26).  Si guardan la lección de Éxodo 19:16-19, reconocerán que Jehová es incomparable, y disfrutarán el cumplimiento de sus bendiciones futuras: Aprende, pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.  Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre (Deuteronomio 4:39-40).
         De igual manera necesitan acordarse de los Diez Mandamientos.  No sólo se van a acordar de los mandamientos mismos repetidos en Deuteronomio 5:6-21 sino de la actitud histórica con que los recibieron: Ahora, pues, ¿por qué vamos a morir?  Porque este gran fuego nos consumirá; si oyéremos otra vez la voz de Jehová nuestro Dios, moriremos.  Porque ¿qué es el hombre, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva? (Deuteronomio 5:25-26).  Jehová aprobó esta actitud: ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! (Deuteronomio 5:29)  Una lección del pasado, para estimularlos a la obediencia presente, para que sean capaces de recibir las bendiciones futuras: Andad en todo el camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer (Deuteronomio 5:33).
         Los israelitas no sólo deben estar de acuerdo con esta forma de narrar la historia; la tienen que reproducir: Mañana cuando te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios y estatutos y decretos que Jehová nuestro Dios os mandó? (Deuteronomio 6:20)  Los israelitas contestarán por repetir su historia con el mismo fin de despertar la obediencia presente de su hijo para que experimente el cumplimiento de las promesas de Jehová también: Nosotros éramos siervos de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó de Egipto con mano poderosa…  Nos mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a Jehová nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los días, y para que nos conserve la vida, como hasta hoy… (Deuteronomio 6:21-25)
         Como vimos ayer también, esta forma de narrar la historia debe impactar las almas de los israelitas no sólo para obediencia sino para adoración santa en reconocimiento de sus atributos únicos de Jehová: ¿Qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? (Deuteronomio 4:7)  Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso (Deuteronomio 4:24).  Dios misericordioso es Jehová tu Dios, no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres (Deuteronomio 4:31).  A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él (Deuteronomio 4:35).  Es decir, la narrativa de la historia israelita tiene el fin de animar al oyente a una relación viva con su Dios incomparable: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.  Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas (Deuteronomio 6:4-5).
0 Comentarios

Deuteronomio 1 - 3 y Salmo 136

24/2/2012

0 Comentarios

 
         Mientras continuamos las lecturas de la quinta sección de la Biblia sobre la preparación, la entrada y la conquista de la tierra prometida (Números 11 – Josué 24), pasamos del libro de Números al libro de Deuteronomio.  Unas observaciones nos ayudarán a entender este nuevo libro.
         Primero, note la importancia del libro de Deuteronomio en toda la Biblia.  Todos los libros de la Biblia son la palabra de Dios; todos tienen una importancia única en su revelación de Jehová al ser humano.  Pero entre ellos, algunos tienen más influencia que otros.  El libro de Deuteronomio es uno de los más impactantes de toda la Biblia.  Su concepto de la historia va a gobernar todos los libros históricos del Antiguo Testamento.  Su identificación del profeta va a regir sobre todos los libros proféticos.  De todo el Antiguo Testamento, Deuteronomio es el libro más citado por Jesucristo.  Y en el resto del Nuevo Testamento, sólo citan con mayor frecuencia a Salmos y a Isaías.  Es decir, si un lector hoy no entiende bien el libro de Deuteronomio, le será muy difícil entender el resto de la Biblia.  En cambio si lo entiende bien, tiene una buena fundación para crecer en su entendimiento de todo lo demás.
         Segundo, será muy difícil si no imposible entender Deuteronomio si se nos olvida todo lo que aprendimos del pacto mosaico de Jehová con Israel desde el libro de Éxodo hasta el fin de Números.  Deuteronomio es una pausa en camino a la tierra prometida para recopilar, explicar y confirmar el pacto de Jehová a la nueva generación que por fe está por entrar su heredad prometida.
         Tercero, para entender Deuteronomio es necesario reconocer su presentación de la historia santa.  Son muy útiles las observaciones de Peter Craigie (The Book of Deuteronomy, New International Commentary on the Old Testament, Eerdmans, 1976) sobre la historia en el libro de Deuteronomio; por eso, las voy a citar a continuación:
         "Entonces la historia en el Israel antiguo no era una disciplina científica; tampoco era una búsqueda del pasado motivada por intereses en las antigüedades, ni un ejercicio filosófico de la auto-conciencia en el trasfondo de los eventos del pasado.  La historia reveló lo que Dios había hecho por su pueblo; dio a entender su voluntad.  El papel de la historia en Deuteronomio se relaciona con este punto central.  Primero, la historia fue utilizada para despertar la memoria; segundo, la historia sirvió para producir la visión y la anticipación.  Es decir, la historia abraza ambos el pasado y el futuro, pero sólo es crítico para el presente; la memoria de las acciones pasadas de Dios y la anticipación de sus acciones futuras son la estructura del compromiso presente a Dios en la renovación del pacto.  La historia es entonces una dimensión de la relación continua entre Dios y su pueblo.  El pasado retrata la fidelidad de Dios en esta relación y guarda la promesa de la continuación de esta relación.  A la vez el pasado puede recordarle a la gente de su infidelidad o la infidelidad de sus antepasados, y así puede impresionarle con la urgencia de un compromiso presente para asegurar el futuro de la relación.  Este sentido de la historia crea un medioambiente de urgencia y contingencia que inunda todo el libro de Deuteronomio" (Cragie, pág. 40).
         Por ejemplo, note en la lectura para hoy que Moisés vuelve a contar la incredulidad de la generación previa de que leímos en Números 14 (ahora descrita en Deuteronomio 1:26-33).  Y cuando pasa tanto tiempo en describir el viaje alrededor de Edom, Moab y Amón en Deuteronomio 2:1-23, no lo hace por accidente ni porque le interesa la geografía.  Es para señalar a los israelitas que estos pueblos que no tienen pacto con Jehová… ¡recibieron su tierra directamente por su benevolencia!  Yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir… Yo he dado a Ar por heredad a los hijos de Lot…  No te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, pues a los hijos de Lot la he dado por heredad (Deuteronomio 2:5, 9, 19).  Así desea subrayar Moisés al contarles a los israelitas la historia: si Jehová les ha dado grandes bendiciones de la tierra a esas naciones paganas, ¿cómo no le daría aún mejores bendiciones a su pueblo escogido, a su nación santa?  El propósito de contarle el pasado es para motivar y animarles en su compromiso presente con Jehová, y para prepararles por el cumplimento futuro de sus promesas.
         ¿Notó también que Moisés les contó que estas naciones recibieron sus heredades por conquista militar… aún contra gigantes?  Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac… los arrojaron de su presencia, y habitaron en lugar de ellos… Por tierra de gigantes fue también ella tenida; habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos; pueblo grande y numeroso, y alto, como los hijos de Anac; a los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas (Deuteronomio 2:10, 12, 20-21).  Si así obró Jehová con las otras naciones, ¿a quiénes va a temer su pueblo escogido?  Jehová ya les dio victoria sobre un gigante: Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes.  Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón?  La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre (Deuteronomio 3:11; aproximadamente 4 metros por 1.8 metros).
         Entonces, la historia en Deuteronomio es para retratar el pasado con una visión hacia el futuro, para motivar la urgencia por el compromiso presente por el pacto mosaico.  Pero hace más también.  La historia cuenta la gloria del dominio de Dios que existe fuera del tiempo y que hace entradas en el tiempo cronológico, entradas para llevar a cabo el plan de salvación por gracia a sus escogidos.  Actúan los israelitas, pero siempre en relación con el dominio justo, misericordioso y salvador de Jehová: Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? (Deuteronomio 3:24).  La historia en Deuteronomio despierta las almas de sus siervos a la adoración.
         Y esta perspectiva histórica, anclada en el dominio glorioso de Jehová, retratando el pasado para motivar el presente hacia una visión del cumplimiento de promesas futuras del pacto mosaico, va a resonar no sólo en Deuteronomio sino en la narrativa de todos los libros históricos del Antiguo Testamento: Josué, Jueces, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester.  Va a informar la perspectiva histórica cristiana del nuevo pacto en Jesucristo según el Nuevo Testamento.  Y aún hoy en día moldea las lentes por las cuales los cristianos miramos nuestras historias personales, nacionales y aún globales en relación con el nuevo pacto con Dios por Jesucristo.
0 Comentarios

Números 34 - 36

24/2/2012

0 Comentarios

 
         Números 34 – 36 continúa la preparación de los israelitas para entrar la tierra prometida.  Identifica las fronteras de la tierra, nombra una nueva generación de líderes de las tribus, describe las ciudades que serán dadas a los levitas y resuelve una confusión geográfica posible por las leyes sobre la herencia dada a las hijas de Zelofehad en Números 27:1-11.  Pero note que es mucho más que una lista de quehaceres finales antes de entrar la tierra prometida.  Prepara lugar para un nuevo concepto del espacio que va a apoyar el resto de nuestra lectura del Antiguo Testamento.
         Acuérdese de la organización de los israelitas hasta Números 10: eran organizados por tribus alrededor del tabernáculo, en tiendas y preparados para el movimiento.  El tabernáculo estableció no sólo su centro espiritual sino su centro geográfico también.  No importaba si estaban en el terreno de Sinaí, de Horma o de los campos de Moab; todas tribus tenían su lugar indicado en relación con el tabernáculo.  Números 33 puso fin a esa época.  Desde ese momento, las tribus van a centrarse por la tierra prometida misma.  El tabernáculo va a continuar como su centro espiritual, pero su centro geográfico se ha transferido al espacio designado en Números 34:1-15.
         Por eso es tan esencial que los israelitas entiendan lo siguiente:
         1.  La tierra es dada por Jehová: Yo os la he dado para que sea vuestra propiedad (Números 33:53).  Igual como temían y guardaban la santidad de Jehová en el tabernáculo en el desierto, van a temer y guardar su santidad en la tierra.
         2.  Por eso, hay que quitar toda inmundicia de la tierra: Echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos; y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella (Números 33:52-53).
         3.  Habrá consecuencias graves si no temen la santidad de Jehová en la tierra: Y si no echaréis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.  Además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos (Números 33:55-56).
         4.  Jehová les pone las fronteras de la tierra prometida; no serán determinadas sólo por su capacidad de conquistarla o no: Esta será vuestra tierra por sus límites alrededor (Números 34:12).
         5.  Jehová va a determinar la morada de las tribus en la tierra: Mandó Moisés a los hijos de Israel, diciendo: Esta es la tierra que se os repartirá en heredades por sorteo, que mandó Jehová que diese a las nueve tribus, y a la media tribu (Números 34:13).
         6.  Jehová aún va a escoger a los líderes que recibirán la repartición de tierras (Números 34:16-29).
         7.  Aún la lista de las tribus en Números 34:16-29 refleja esta nueva realidad.  No está en el orden de ninguna otra lista de las tribus que hemos visto hasta este punto, pero sí caen generalmente en el orden de su ubicación futura en la tierra prometida, del sur al norte (si se cambian los lugares de Manasés y Efraín).
         Note también que los levitas no sólo van a morar cerca al tabernáculo como antes sino que según Números 35:1-8, serán esparcidos por toda la tierra prometida.  Igual como guardaban la santidad del tabernáculo, ahora van a guardar la santidad de la tierra.  Por eso habla de las ciudades de refugio junto con las ciudades de los levitas – son instrucciones para guardar la santidad de la tierra: No contaminaréis, pues, la tierra donde habitáis, en medio de la cual yo habito; porque yo Jehová habito en medio de los hijos de Israel (Números 35:34).  La santidad de Jehová no sólo se asocia con el tabernáculo y el pueblo sino con la tierra misma donde los israelitas van a morar.
         Por la integridad de las tribus en la tierra, les urge resolver el problema posible de la heredad de las hijas de Zelofehad.  Cuando anduvieron en el desierto, una familia de la tribu de Rubén no pudo mover su tienda para acompañar a las familias de Neftalí; una de Efraín no pudo desasociarse con su tribu para ponerse en frente con los de Judá.  Todos tenían que establecerse geográficamente según su tribu y someterse a las autoridades que les correspondían para su protección.  Pero si una mujer recibe una heredad y se casa con alguien de otra tribu, su heredad pasaría a él… y pertenecería a la tribu del esposo.  En vez de una integridad geográfica por tribu, en unas generaciones toda la tierra sería un rompecabezas de alianzas a tribus diferentes, una pesadilla administrativa que cambiaría y se empeoraría con cada generación.  Por eso manda que la mujer que recibe una heredad se case con alguien de su tribu, y: Como Jehová mandó a Moisés, así hicieron las hijas de Zelofehad (Números 36:10).
         Así que al cerrar el libro de Números con la lectura de hoy, abrimos un nuevo capítulo en nuestro entendimiento del pueblo de Israel y su espacio sagrado que sirve de fundación por el resto de nuestras lecturas del Antiguo Testamento.
0 Comentarios

Números 31 - 33

23/2/2012

0 Comentarios

 
         Números 31 cumple el mandamiento que declaró Jehová antes del segundo censo: Hostigad a los madianitas, y heridlos, por cuanto ellos os afligieron a vosotros con sus ardides con que os han engañado en lo tocante a Baal-peor, y en lo tocante a Cozbi hija del príncipe de Madián, su hermana, la cual fue muerta el día de la mortandad por causa de Baal-peor (Números 25:17-18).  Pero la batalla es mucho más que la venganza por el engaño a la idolatría que causó la muerte de 24.000 israelitas.  En Números 31 por primera vez leemos en detalle que la guerra es un rito, un acto santo mandado por Jehová y cumplido en obediencia igual como la presentación de las ofrendas o las leyes para la purificación del pueblo.
         Note las siguientes observaciones muy diferentes del pensamiento sobre la guerra entre naciones hoy:
         1.  Como vimos arriba, la decisión de batallar contra Madián no fue por consultación entre los líderes israelitas sino por mandamiento de Jehová.
         2.  Llevan los vasos del santuario en batalla: representan la Presencia de Jehová con ellos.
         3.  Tratan a los madianitas igual como manda Jehová en el libro de Deuteronomio por la guerra contra la gente no-cananea: Luego que Jehová tu Dios la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada.  Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo botín tomarás para ti; y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó (Deuteronomio 20:13-14).  Pero Moisés se enoja contra los líderes porque dejaron vivas las mujeres, la causa del pecado de Baal-peor, y los varones entre los niños que dejarían la posibilidad de levantar una rebelión contra Israel en el futuro; por eso manda que los maten.
         4.  Números 31 pasa mucho más tiempo en describir el trato de los cautivos, la purificación de los soldados y la asimilación del botín que en narrar la batalla misma.  Como la batalla es un acto ritual y sagrado, todas esas acciones tienen la posibilidad de contaminar a toda la nación si no las cumplen de acuerdo con la ley.
         5.  Acuérdese que cuando estudiamos el dinero de la expiación en Éxodo 30:11-16, vimos que los israelitas se quedaban culpables al ser empadronados, y por eso cada uno pagaba una ofrenda de un metal precioso para hacer expiación por sus personas.  Vemos lo mismo acá en Números 31:49-50.  Cuentan el número de todos los soldados después de la batalla y encuentran el milagro que ninguno murió.  Y como fueron contados, pagan el precio de la expiación: Por lo cual hemos ofrecido a Jehová ofrenda, cada uno de lo que ha hallado, alhajas de oro, brazaletes, manillas, anillos, zarcillos y cadenas, para hacer expiación por nuestras almas delante de Jehová (Números 31:50).
         Toda la conquista de Canaán va a ser una guerra santa, pero en Números 32 parece que dos de las tribus no desean participar.  Las tribus de Rubén y Gad desean poblar la tierra al este del río Jordán, fuera de la tierra prometida, porque Israel la ganó al derrotar Sihón y Og y porque es buena para el ganado.  Por la petición: No nos hagas pasar el Jordán (Números 32:5), Moisés entiende una rebelión igual que la de la generación previa en Números 14; los reprende y los reprocha por desobediencia y por desanimar a sus hermanos.  Pero llegan al acuerdo de acompañar a sus hermanos en la conquista de la tierra prometida, dejando a sus familias en ciudades fortificadas mientras tanto.  Acuérdese de esta sospecha contra las tribus al este del río Jordán; parece que hasta cierto punto continúa bajo la superficie hasta surgir otra vez en Josué 22.
         Números 33 mira hacia atrás para recordar la fidelidad de Jehová desde la redención de Israel la noche de la Pascua, por todo el viaje en el desierto hasta el tiempo presente.  Menciona lugares de milagros y formación como Mara (“Amarga”; Éxodo 15:22-26) y Sinaí; menciona lugares de vergüenza como Kibrot-hataava (“Tumbas de codicia”; Números 11:4-35) y Hazerot (donde Aarón y Miriam rebelaron contra Moisés; Números 12); menciona eventos impactantes como la muerte de Aarón y el primer contacto con los cananeos, con el rey de Arad.  Y el propósito en acordarse del pasado es animar al pueblo a mirar hacia el futuro: Echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad…  Y si no echaréis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.  Además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos (Números 33:53, 55-56).
         Así que la guerra santa que cumplieron contra Madián es sólo el primer paso de todo lo que van a hacer en la tierra prometida.  Les da a los israelitas el ejemplo que deben seguir, unidas todas las tribus en obediencia a Jehová.
0 Comentarios

Números 28 - 30

22/2/2012

0 Comentarios

 
         Números 28 – 30 continúa la preparación de los israelitas para entrar la tierra prometida, centrando la vida diaria nacional y todo su calendario en Jehová.
         Estos capítulos son importantes también porque les hace recordar a los israelitas las fiestas descritas en Levítico 23 y 25, muchas de las cuales nunca han celebrado porque dependen de su morada en la tierra prometida.  Al volver a presentárselas ahora, Jehová le confirma a la nueva generación que pronto se cumplirá su promesa sobre la tierra prometida.
         Números 28:3-8 confirma la ofrenda diaria explicada en Éxodo 29:38-42.  Esa lectura la impuso entre los mandamientos para consagrar a los sacerdotes.  Para repasar, acuérdese de todas las responsabilidades diarias de los sacerdotes: poner leña al fuego en el altar de bronce (Levítico 6:12-13), presentar la ofrenda diaria y quitar las cenizas de los holocaustos (Éxodo 29:38-42; Levítico 6:9-11; Números 28:3-8), presentar la ofrenda de flor de harina de su consagración (Levítico 6:20-23), quemar el incienso en el altar de oro (Éxodo 30:7-8) y tender las lámparas del candelero (Éxodo 27:20-21; 30:7-8).  Note que esta ofrenda y todas las responsabilidades sacerdotales son continuas; no son remplazadas por las ofrendas en los días especiales.
         Números 28:9-10 describe la ofrenda adicional a la diaria que se presentará cada día de reposo.  Celebraban el día de reposo con reposo del trabajo y santa convocación mientras estaban en el desierto (Éxodo 20:8-11; Levítico 23:2-3; Números 15:32-36); ahora por primera vez manda Jehová una ofrenda especial para ese día.
         Números 28:11-15 manda la ofrenda por el comienzo del mes, también por primera vez en toda la ley mosaica.  Vemos la importancia de esta celebración por el número de sacrificios.  Note que la flor de harina, el aceite y el vino ofrecidos con cada animal concuerda con lo que hemos leído antes sobre todos los sacrificios (Éxodo 29:38-40; Números 15:3-12).
         Números 28:16-25 describe la ofrenda por la Pascua y la fiesta de los panes sin levadura.  Note que la ofrenda es igual que la del comienzo del mes, pero la presentan en cada uno de los siete días de la fiesta de los panes sin levadura (Levítico 23:8; Números 28:24).  Aunque no se menciona aquí, acuérdese que el día después del día de reposo después de la Pascua, los israelitas presentarán la primera gavilla de la siega de cebada, la fiesta de los primeros frutos.  Junto con la gavilla ofrecerán un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová.  No comerán de la nueva cosecha hasta cumplir la ofrenda (Levítico 23:10-14).
         Números 28:26-31 manda los sacrificios por la fiesta de las semanas (o en el griego, Pentecostés) que celebra la siega del trigo.  Note otra vez que la ofrenda es igual que la del comienzo del mes.  Note también que hay unas diferencias con las ofrendas mencionadas en Levítico 23:15-21: Levítico 23:17-18 menciona dos panes cocidas con levadura como primicias a Jehová, y luego un becerro y dos carneros entre los animales de sacrificio; Números 28:27 dice dos becerros y un carnero y no menciona los panes.  Según Jacob Milgrom, Numbers (Jewish Publication Society, 1990, pág. 244), los rabinos entendieron que los dos pasajes referían a dos unidades diferentes de sacrificios por el mismo día.  Así que la serie de sacrificios de Números 28:26-31 santificarían el día y la de Levítico 23:15-21 le agradecería a Jehová por la cosecha.
         Números 29:1-6 da más detalles sobre el día de las trompetas, sólo descrito brevemente en Levítico 23:23-25.  Note que los sacrificios de ese día se añaden a los sacrificios normales para el principio del mes indicados en Números 28:11-15.  Es decir, el primer día del séptimo mes se presentarán los sacrificios diarios, los del principio del mes y los del día de las trompetas.  Y si cae además en el día de reposo, sería un total de tres becerros, dos carneros, dieciocho corderos, juntos con las ofrendas de flor de harina amasada con aceite y las libaciones, y dos machos cabríos por expiación.
         Números 29:7-11 describe los sacrificios adicionales por el Día de la expiación.  Leímos sobre los sacrificios principales de ese día en Levítico 16 y Levítico 23:26-32.  De nuevo, vemos que estos sacrificios adicionales no remplazan la ofrenda diaria ni los sacrificios para expiación ese día.
         Números 29:12-40 manda los sacrificios por la fiesta de los tabernáculos de que leímos en Levítico 23:33-43.  Son llamativos los cambios en el número de sacrificios cada día, pero note que para los siete días principales de la celebración, todos suman a números divisibles por siete: 70 becerros, 14 carneros y 98 corderos en total.
         Note también que además de la ofrenda diaria, Números 28 – 29 describe siete celebraciones especiales de los israelitas.  Si calculamos la santidad de acuerdo con el número de sacrificios y las fiestas, la séptima mes es el más santo de todos.  ¡Con razón se ve el número siete como símbolo de lo santo y completo delante de Jehová!
         Note también que los sacrificios de los días festivos no cubren todos los sacrificios del tabernáculo: Estas cosas ofreceréis a Jehová en vuestras fiestas solemnes, además de vuestros votos, y de vuestras ofrendas voluntarias, para vuestros holocaustos, y para vuestras ofrendas, y para vuestras libaciones, y para vuestras ofrendas de paz (Números 29:39).
         Y la mención de los votos personales que se cumplen en el tabernáculo en Números 29:39 nos lleva a las leyes adicionales sobre los votos en Números 30.  Note que guardan la integridad de un voto hecho por una mujer bajo autoridad sin demostrar ninguna falta de respeto a esa autoridad.
         Así tenemos la preparación para los israelitas para continuar su relación con Jehová por medio del tabernáculo.  Es un paso más para decirnos que pronto se cumplirá su entrada a la tierra de la promesa.
0 Comentarios

Números 25 - 27 y Salmo 42

21/2/2012

0 Comentarios

 
         Acabamos de escuchar poesía profética linda sobre Israel, proclamada de labios extranjeros: ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus habitaciones, oh Israel!  Como arroyos están extendidas, como huertos junto al río, como áloes plantados por Jehová, como cedros junto a las aguas (Números 24:5-6).  A pesar de las intenciones del rey de Moab de maldecir a Israel, Balaam le confirma la bendición de Jehová… e inmediatamente entramos la fealdad de Números 25.
         Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses (Números 25:1).  ¿Se acuerda de Éxodo 32, cuando las divinas instrucciones del tabernáculo en el monte Sinaí terminaron con la revelación de la idolatría del becerro de oro?  Aquí las gloriosas bendiciones de Jehová anunciadas en la cumbre de Peor terminan con la revelación de otra idolatría: Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel (Números 25:3).
         La ira de Jehová se va a acabar con los líderes de Israel: Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel (Números 25:4).  Y mientras Moisés y los israelitas lloran a la puerta del tabernáculo la llegada de este decreto, pasa un escándalo demasiado atrevido: He aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel (Números 25:6).
         Note que los madianitas están en liga con los moabitas en su deseo de maldecir al pueblo de Jehová (Números 22:4, 7).  No se conforman con la alabanza de Jehová que Jetro, sacerdote de Madián y suegro de Moisés, anunció en Éxodo 18.  Ahora presentan la tentación de que les advirtió Jehová a los israelitas décadas antes: No te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.  Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios; o tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán fornicar también a tus hijos en pos de los dioses de ellas (Éxodo 34:14-16).  Y se puso en evidencia la verdad de estas palabras cuando, delante de los ojos de todo Israel angustiado por el castigo de Jehová, este joven israelita y su novia idólatra, sin lágrimas y sin vergüenza, pasan a una tienda juntos como si nada de importancia hubiera ocurrido, como si sus acciones privadas no tuvieran ningún impacto en el pueblo.
         Vimos una mención breve de Finees hace mucho tiempo; es hijo del sumo sacerdote Eleazar y nieto de Aarón (Éxodo 6:25).  Cuando alancea a los dos, probablemente están en el acto sexual.  Lo que podemos decir con seguridad es que su acción de celos por la santidad de Jehová salvó al pueblo: Cesó la mortandad de los hijos de Israel (Números 25:8).
         Como los levitas fueron consagrados a Jehová por su celo en el caso del becerro de oro (Éxodo 32:29), Finees es nombrado por un pacto especial por Jehová, un pacto de paz y de sacerdocio perpetuo: Por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel (Números 25:13).  Y reparte Jehová no sólo una bendición perpetua a Finees sino un decreto contra los madianitas: Hostigad a los madianitas, y heridlos, por cuanto ellos os afligieron a vosotros con sus ardides con que os han engañado en lo tocante a Baal-peor (Números 25:17-18).  Veremos el cumplimiento de este decreto en Números 31.
         Este decreto contra los madianitas es el motivo más inmediato por el segundo censo de Números 26: Tomad el censo de toda la congregación de los hijos de Israel, de veinte años arriba, por las casas de sus padres, todos los que pueden salir a la guerra en Israel (Números 26:2).  Pero su enfoque no sólo es la guerra contra Madián sino también las guerras por venir en quitar la tierra prometida de los cananeos y en su repartición a las familias israelitas: Y habló Jehová a Moisés, diciendo: A éstos se repartirá la tierra en heredad, por la cuenta de los nombres.  A los más darás mayor heredad, y a los menos menor; y a cada uno se le dará su heredad conforme a sus contados (Números 26:52-54).
         El censo a la vez motiva la petición de las hijas de Zelofehad en la primera parte de Números 27.  Jehová decide a su favor que sí, en caso de que no haya hijos para pasar la heredad a próxima generación, las hijas puedan recibirla para continuar su posesión en la familia.
         El censo también indica la llegada de la próxima generación para recibir las promesas de Jehová de acuerdo con su decreto en el desierto de Parán: Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis (Números 14:31).  Ahora el censo nos informa: Estos son los contados por Moisés y el sacerdote Eleazar, los cuales contaron los hijos de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó.  Y entre éstos ninguno hubo de los contados por Moisés y el sacerdote Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel en el desierto de Sinaí.  Porque Jehová había dicho de ellos: Morirán en el desierto; y no quedó varón de ellos, sino Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun (Números 26:63-65).
         Pero se queda otro tema pendiente, la prohibición de Moisés y de Aarón de entrar la tierra prometida (Números 20:12-13).  Aarón murió en el monte Hor, pero Moisés todavía dirige al pueblo.  La lectura de hoy también prepara al pueblo por ese paso en informarle a Moisés de su muerte que pronto sucederá y por darle a Josué la autoridad para dirigir la próxima generación (Números 27:12-23).
         La lectura para hoy indica un paso decisivo para el cumplimiento de las promesas de Jehová.  A pesar del pecado de Baal-peor y el castigo justo de Jehová contra su pueblo, nadie detendrá la gracia con que bendecirá a su pueblo: ni Balaam, ni el rey de Moab, ni el pecado mismo de los israelitas.  Jehová es justo y celoso por su santidad… y también su misericordia es imparable.
0 Comentarios

Números 22 - 24

19/2/2012

0 Comentarios

 
         En la lectura para hoy tenemos un cambio fascinante de perspectiva.  Desde las palabras de Faraón en los primeros capítulos de Éxodo y la visita de Jetro, el suegro de Moisés, en Éxodo 18, no hemos visto ninguna perspectiva extranjera extendida sobre Israel.  Casi toda nuestra atención por el último mes se ha enfocado en temas israelitas dentro de Israel.  De repente hoy miramos a Israel desde afuera por tres capítulos.  Y nos enseña que Jehová es soberano sobre las naciones y comprometido por completo a bendecir a Israel.
         Y como esta lectura aparece después de tantas sobre el culto israelita, también nos da una perspectiva fascinante sobre las religiones de los vecinos de Israel.  Por las tentativas de Balac de maldecir a Israel, vemos una religión centrada en los deseos del ser humano, una que intenta a manipular bendiciones y maldiciones por la magia.  Después de leer tanto sobre la santidad de Jehová, nos sorprenden las tentativas de mover una palanca espiritual por las palabras mágicas de un hombre espiritual de renombre, por presentar los sacrificios en los lugares geográficos correctos, por la insistencia en ganar lo que uno quiere.  Por parte de Balaam nos sorprende la religión de venta, un líder espiritual que quiere ser manipulado por el dinero y la fama.  Su religión es hueca, vana y desesperada en comparación con todo lo que hemos leído sobre el tabernáculo y una relación viva y santa con Jehová.  Y esta es precisamente la lección que necesitan recordar los israelitas por sus generaciones.
0 Comentarios
<<Anterior

    Autor

    Rev. Ken Kytle, pastor de la Iglesia bautista La fe en Cristo cerca de Atlanta, Georgia, EEUU.

    Archivos

    Abril 2014
    Enero 2014
    Noviembre 2013
    Abril 2013
    Marzo 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    Noviembre 2011
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011

    Categorías

    Todo
    1 Corintios
    1 Crónicas
    1 Juan
    1 Reyes
    1 Samuel
    1 Tesalonicenses
    1 Timoteo
    20 Unidades
    2 Corintios
    2 Crónicas
    2 Pedro
    2 Reyes
    2 Samuel
    2 Tesalonicenses
    2 Timoteo
    Abdías
    Amós
    Apocalipsis
    Colosenses
    Daniel
    Deuteronomio
    Efesios
    Esdras
    Ester
    Éxodo
    Ezequiel
    Filemón
    Filipenses
    Gálatas
    General
    Génesis
    Habacuc
    Hageo
    Hebreos
    Hechos
    Isaías
    Jeremías
    Job
    Joel
    Jonás
    Josué
    Juan
    Jueces
    Lamentaciones
    Levítico
    Lucas
    Malaquías
    Marcos
    Mateo
    Miqueas
    Nahum
    Nehemias
    Números
    Oseas
    Proverbios
    Romanos
    Rut
    Salmos
    Santiago
    Sofonías
    Tito
    Zacarías

    Canal RSS

Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.