En 1 Corintios 15 Pablo corrige a algunos que no creen que hay resurrección de muertos (1 Corintios 15:12). Se supone que creen en la resurrección de Jesucristo porque son miembros de la iglesia, y su resurrección es uno de los puntos esenciales de la fe cristiana (Romanos 10:9). Pero no creen en la resurrección futura de los creyentes. Pablo los corrige por subrayar el enlace indivisible entre la resurrección de Jesucristo y la de todos sus creyentes. Es una relación tan estrecha que el no creer en la resurrección futura del creyente es igual que negar la resurrección de Jesucristo mismo (1 Corintios 15:13). En realidad, la resurrección de Jesucristo es las primicias (la primera evidencia, o los primeros granos maduros que dan evidencia de la cosecha grande que está por madurarse dentro de poco). Da evidencia de la resurrección pendiente de todos sus creyentes. Y es tan segura la realidad de la resurrección de todos los suyos que dice: Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados (1 Corintios 15:22). ¿Es segura la muerte de todos los seres humanos? Claro que sí. Ninguno entre nosotros se puede levantar la mano y decir: ¡He vivido unos 200 años, y Dios mediante voy a vivir unos siglos más! Nuestra muerte es segura. Según 1 Corintios 15:22, ¡nuestra resurrección de los muertos es igual que segura! Sólo es cuestión de tiempo: Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida (1 Corintios 15:23).
En 1 Corintios 16 Pablo habla de sus planes para ver a los corintios y mantenerse en contacto con ellos y vuelve a tocar uno de los temas principales de la carta: Todas vuestras cosas sean hechas con amor (1 Corintios 16:14). Y de nuevo, Pablo les da el ejemplo de lo mismo: Mi amor en Cristo Jesús esté con todos vosotros (1 Corintios 16:24). Si vivimos hoy en reconocimiento de la resurrección de Jesucristo y la seguridad de nuestra futura resurrección por fe en él, y si por eso amamos a los demás fervientemente por las oportunidades y los dones espirituales que el Señor nos da mientras tenemos vida en esta tierra, ¡hemos entendido unas lecciones muy importantes sobre la lectura de 1 Corintios 14 – 16!