Note que la sabiduría es más que la acumulación de experiencias. Es el conocimiento del dominio justo de Jehová a tal profundidad que uno sabe aplicarla a la vida diaria. Específicamente, uno la utiliza para gobernar a la gente, los lugares, los recursos y el tiempo que están bajo su autoridad. La importancia de la sabiduría viene del hecho de que le dirige a ejercer la autoridad de acuerdo con el dominio justo de Jehová sobre toda la creación; cuando uno demuestra la sabiduría, actúa de acuerdo con la justicia del Creador. Por eso hay que conocer a Jehová, temerlo y someterse a Él antes de recibir la sabiduría.
Aprendemos la sabiduría cuando prestamos atención a la revelación de Jehová de su dominio justo y reconocemos su aplicación personal con un corazón sumiso. Como es una instrucción recibida en vez de descubierta personalmente, hay mucho énfasis en la atención prestada a la revelación de Jehová y la sumisión completa a sus preceptos. Cuando uno la aplica a largo plazo en su vida, se espera bendición y prosperidad porque actúa de acuerdo con la justicia de Jehová y su plan para bendecir a su pueblo.
En la lectura para hoy, Salomón reconoce su necesidad por la sabiduría para gobernar a Israel, y Jehová se la da en abundancia. Es impresionante que en estos primeros capítulos de 2 Crónicas, Salomón aplique la sabiduría primero que todo a la construcción del templo. Es decir, uno de los propósitos de la sabiduría es más que gobernar bien – es gobernar para dirigir a otros a la adoración al Dios excelso y glorioso, Jehová.