Sabá a Jehová. No menciona a las muchas esposas y concubinas de Salomón que desviaron su corazón a la idolatría, ni el castigo de sus enemigos que le mandó Jehová en 1 Reyes 11. Otra vez, la razón por no incluir este material no es por elogiar falsamente a Salomón sino por retratar una visión de lo que Jehová puede lograr por la comunidad después del exilio si se entregan en devoción completa a
él. El pueblo de Jehová puede disfrutar otra vez la bendición de riquezas en abundancia a tal punto que aún los líderes paganos se sentirán otra vez la atracción a la santidad y la justicia de Jehová (2 Crónicas 9:7-8).
Y este renacimiento concebido por el cronista estará radicado en la unidad israelita bajo la casa de David y centrada en la devoción a la ley de Jehová en el templo (2 Crónicas 8:12-16). Mientras tanto, la división en el pueblo de Jehová, la aspereza entre sus súbditos, el rechazo al gobierno de la casa de David y la falta de atención a la adoración por el templo caracterizaron la época de Roboam y Jeroboam y causaron la pérdida de toda esa gloria. Pero el pueblo no debe desesperarse: No escuchó el rey al pueblo; porque la causa era de Dios, para que Jehová cumpliera la palabra que había hablado por Ahías silonita a Jeroboam hijo de Nabat (2 Crónicas 10:15). Si el pueblo vuelve a someterse completamente a Jehová y le clama, puede ser que le responde con hacer renacer la gloria pasada.