Amós continúa por denunciar a sus enemigos al suroeste: Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Gaza, y por el cuarto, no revocaré su castigo (Amós 1:6). Otra vez lo denuncia por su ofensa contra Jehová y declara la condenación que alcanzará todas las ciudades principales de los filisteos (Amós 1:7-8). ¡Jehová va a destruir a otro enemigo de Israel! ¡La gloria sea a su nombre!
La palabra de Jehová ahora pone el blanco de su condenación a los enemigos al noroeste de Israel: Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Tiro, y por el cuarto, no revocaré su castigo (Amós 1:9). Declara Jehová que esta ciudad orgullosa y protegida por el mar será consumida por fuego (Amós 1:10). ¡No hay ningún dios como nuestro Dios, Jehová!
Ahora pone su atención al este de la tierra prometida: Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no revocaré su castigo (Amós 1:11). Y así continúa la denuncia de todos los vecinos enemigos de Israel, poniendo en su blanco a los amonitas y los moabitas también (Amós 1:13 – 2:3). ¡Qué maravilloso es el juicio de Jehová, que por fin va a darles el castigo merecido a todos nuestros enemigos!
Amós también denuncia a sus hermanos del sur, al pueblo de Judá: Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Judá, y por el cuarto, no revocaré su castigo (Amós 2:4). ¡Jehová prenderá fuego a Judá que consumirá los palacios de Jerusalén! (Amós 2:5) ¡Impresionante! Son hermanos de carne y sangre, pero muchas veces hay tanta competencia y menosprecio con ellos que los israelitas prefieren estar en liga con los enemigos sirios contra sus hermanos de Judá. Seguramente merecen su castigo. ¡Aleluya! ¡Gloria sea a Jehová!
Pero la denuncia de Jehová no ha terminado todavía; pone su blanco… ¡en todos los que escuchan a Amós! Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no revocaré su castigo (Amós 2:6). La denuncia más larga y detallada ha reservado Jehová por el pueblo que le está escuchando (Amós 2:6-16). Demudan los rostros; se callan las aleluyas. La justicia de Jehová revela que su pueblo peca tanto o más que sus vecinos paganos, y no van a escapar su juicio.
Que al pueblo de Dios nunca se le olvida que Él no hace acepción de personas. Tiene que castigar el pecado adonde sea que se encuentre, y ninguno puede pensar que simplemente por identificarse con su nombre tenga un escudo eficaz contra el juicio. Como veremos en el resto del libro de Amós, la verdadera religión es mucho más que la participación en los ritos y la identificación con un nombre. Y en esto el profeta Amós se encuentra completamente de acuerdo con el Señor Jesucristo que dijo: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos (Mateo 7:21).