La bendición futura será la derrota militar de los cananeos: Oye, Israel: tú vas hoy a pasar el Jordán, para entrar a desposeer a naciones más numerosas y más poderosos que tú, ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo (Deuteronomio 9:1). Pero el peligro es que se enorgullezcan de sus victorias militares: No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti (Deuteronomio 9:4). La memoria de sus rebeliones va a servir una doble función entonces: 1) les va a recordar que no merecen las victorias sino que son por la gracia de Jehová, y 2) les mostrará que si siguen en rebelión, van a terminar como los cananeos a quienes echan de la tierra.
Note también que Moisés no sólo habla de sus rebeliones sino que describe en mucho detalle su intercesión por el pueblo de Israel. Este énfasis no viene por ningún deseo de lucir delante de los israelitas; acuérdese de que Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra (Números 12:3). En parte es para enseñar a los israelitas como distinguir entre el profeta verdadero de Jehová y uno falso: Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis (Deuteronomio 18:15). Además de buscar las características que va a señalar en los capítulos siguientes, los israelitas deben identificarlo por su intolerancia por la idolatría, su intercesión constante por Israel, su admiración del pacto y su exhortación al pueblo como él mismo pone por ejemplo en Deuteronomio 9 y 10.
Y además de sus rebeliones, los israelitas necesitan recordar que de un grupo pequeño en número, Jehová los multiplicó y los redimió con mano poderosa y brazo extendido (Deuteronomio 10:22 – 11:4); también castigó su desobediencia (Deuteronomio 11:5-6). Han visto los ejemplos históricos de bendición y de maldición, y por eso: He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido (Deuteronomio 11:26-28). Los israelitas sólo van a disfrutar las bendiciones futuras si guardan las lecciones de su historia; si las descuidan, si buscan senderos espirituales nuevos, sufrirán la condenación que Jehová puso en evidencia contra sus enemigos.