Entonces, mientras Jeremías profetiza a los moradores de Jerusalén, Jehová levanta a Ezequiel para los exiliados cerca a Babilonia. En su gracia, Jehová advierte a los dos grupos de su juicio que está por venir para que no haya ninguna confusión sobre la seguridad de su venida ni sobre las razones por su venida.
Las profecías de capítulos 4 – 7 son un drama de varias escenas acompañada por explicaciones. Mientras nosotros nos informamos de eventos lejanos por la televisión y el internet, Jehová aquí informa a su pueblo exiliado por el drama y la predicación de uno que vive muy lejos de los eventos pero que los conoce por la revelación del Espíritu Santo. Y como toda profecía, su propósito no sólo es para informarle a su pueblo sino para llamarle al arrepentimiento, para llamarle a desechar los sueños vanos del pecado para someterse en obediencia al único Dios misericordioso. Que estos capítulos también nos sacudan del sueño para temer con todo corazón al Dios que no apremia el pecado.