Pero el testimonio de tantos aún no se compara con los que cita Jesús al final de Juan 5: Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad (Juan 5:33). Acuérdese que Jesús había dicho de él: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista (Mateo 11:11). Pero aquí continúa: Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado (Juan 5:36). Los testimonios del mayor profeta mandado por Dios y de las obras milagrosas de Jesucristo deben ser decisivos para cualquier persona que con sinceridad desea identificarlo y conocerlo.
Pero testimonios de más peso y autoridad nos esperan todavía: También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí (Juan 5:37). Y confirma: Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí (Juan 5:39). No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él (Juan 5:45-46).
Primero, pause un momento y deje que estas declaraciones le impacten. ¿Quién de nosotros podemos decir lo que Jesús acaba de declarar?
1) Que Dios ha levantado el mayor profeta en toda la historia humana para testificar precisamente de uno mismo;
2) Que nuestras obras milagrosas demuestran que no somos de este mundo sino de los cielos;
3) Que el Padre celestial da testimonio de que entre todos los seres humanos, uno mismo es el único escogido por él para ser su Mediador entre el cielo y la tierra;
4) Que las Sagradas Escrituras fueron escritas para identificar y testificar de uno mismo.
¿Se da cuenta de qué atrevidas son estas declaraciones?
Estos primeros cinco capítulos enfatizan los testimonios que apoyan los primeros versículos del evangelio: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho (Juan 1:1-3). Y todas las demás declaraciones únicas y atrevidas que estamos por leer en el evangelio de Juan sobre Jesucristo son apoyadas por los mismos testimonios.
¿Cómo responde usted a estos testimonios sobre Cristo Jesús?