Un excelente resumen conciso y útil del libro de Levítico se encuentra en Holiness to the Lord: A Guide to the Exposition of the Book of Leviticus por Allen P. Ross (Baker Academic, 2002). Dice el profesor Ross: Levítico es más que un manual por los sacerdotes. Incluye instrucciones para toda la nación…:
1. Los ritos de los sacrificios explican cómo la gente, a pesar del pecado y la inmundicia, podría mantener su relación con el santo Jehová (Levítico 1 – 7).
2. Las leyes del sacerdocio consagrado clarificaron la manera por la cual se podría mediar todo acercamiento a Dios (Levítico 8 – 10).
3. Las instrucciones sobre la pureza enseñaron como la santidad de Dios exigió lavamiento y purificación de la contaminación de esta vida (Levítico 11 – 16).
4. Las exhortaciones a la santidad demostraron como cada faceta de la vida del pueblo del pacto tuvo que ser consagrada a Dios (Levítico 17 – 27). (Ross, Holiness, 20-21, énfasis del autor)
También podemos hacer más divisiones dentro de estas cuatro secciones básicas para facilitar la comprensión aún más. Por ejemplo, Levítico 1 – 7 se trata de los sacrificios, y podemos ver que Levítico 1:1 – 6:7 los describe desde la perspectiva de la persona que presenta la ofrenda mientras 6:8 – 7:38 repite los mismos sacrificios, pero desde la perspectiva del sacerdote.
Con esta organización en mente leemos Levítico 1 que se trata del holocausto, el sacrificio de un animal entero para expiación del pecado (Levítico 1:4). Va a ser el sacrificio más básico en el culto israelita. Note algunos de sus puntos principales:
1. la selección de un animal sin defecto (Levítico 1:2-3);
2. la imposición de la mano sobre el animal para reconocerlo como sustituto, posiblemente visto como una “transferencia” del pecado al animal (Levítico 1:4);
3. el que ofrenda el animal lo degüella en la presencia de Jehová, y los sacerdotes recolectan la sangre y la rocían alrededor sobre el altar como evidencia de que el sustituto dio su vida por el que lo ofrendó (Levítico 1:5);
4. el que presenta el sacrificio desuella y divide la víctima, y los sacerdotes queman todo (menos el cuero) sobre el altar (Levítico 1:6-9).
La posibilidad de que el animal sea un cordero o una tórtola significa que aún los más pobres pueden presentar una ofrenda para el holocausto. Es decir, el perdón de pecados y la entrega total a Dios no es solamente para los ricos.
La ofrenda de la oblación / de granos en Levítico 2 es una ofrenda sin sangre. Se supone que la persona que la ofrenda anda en comunión con Jehová porque ya presentó un sacrificio para la expiación del pecado. Ahora el creyente presenta una parte de la provisión que le ha dado Jehová, reconociendo que todo viene de Él.
El sacerdote toma un puño lleno de la flor de harina y del aceite y lo hace arder sobre el altar con todo el incienso (que representa el gozo con que se presenta esta ofrenda). Lo que resta es una provisión santísima para los sacerdotes (Levítico 2:2-3). Hay otras ofrendas de granos que no necesitan el incienso; estas permiten la participación de los pobres que no tienen fondos para comprar un producto tan costoso.
La ofrenda de granos no puede tener levadura ni miel (Levítico 2:11); como actúan en ellas la corrupción y la fermentación, por lo general no tienen lugar en el altar del Dios de la vida, la pureza y la santidad. En cambio, hay que ofrendar todo con sal (Levítico 2:13), la mineral que preserva de la corrupción, igual como el creyente debe perseverar en el pacto sin permitir la entrada de la corrupción en su vida. Luego, los últimos tres versículos del capítulo tratan de la ofrenda de primicias que veremos en más detalle cuando leemos Deuteronomio 26.
Levítico 3 pone en detalle el sacrificio de paz. Note que es muy parecido al holocausto pero sólo una parte del animal se quema en el altar: la gordura de varias partes interiores del animal y los riñones. Veremos más sobre este sacrificio en Levítico 7 donde explica que el pecho y la espaldilla del sacrificio son dados a los sacerdotes como provisión y el resto de la carne es devuelto al creyente para celebrar con gozo una comida en comunión con Jehová, los sacerdotes, toda su familia y sus invitados.
Note que en sólo tres sacrificios (sin incluir los demás que vamos a estudiar), ya tenemos una vista bastante amplia de una relación viva entre un creyente y Jehová. En el tabernáculo, frente a la Presencia de Jehová, el creyente encuentra expiación de los pecados por la sangre del sustituto rociada y derramada alrededor del altar; la ira justa de Jehová contra él es propiciada, y puede expresar su entrega total a Dios (por el holocausto). Declara que Jehová es el Proveedor de todo lo que tiene, y reconfirma su compromiso de andar según su pacto (la ofrenda de granos). Aún puede celebrar la paz con Jehová por comer junto con él, con los sacerdotes, con toda su familia y sus invitados en agradecimiento y gozo por sus beneficios (el sacrificio de paz). Si tiene suficiente de recursos, puede expresar su gozo por sacrificar animales más costosos o incluir el incienso en la ofrenda de granos. Si es pobre o de fondos limitados, puede disfrutar el mismo perdón, entrega y acción de gracias que los ricos. Sin duda, el tabernáculo daba mucha oportunidad al pueblo de andar en una relación viva con Jehová.