Lo encontramos en Levítico 23:
La celebración más básica de todas es el día de reposo: Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis (Levítico 23:3). Note que los israelitas dejan de trabajar ese día, se reúnen con otros creyentes y dedican el día a Jehová. Note también que concuerda con el séptimo día de la creación en Génesis 2:1-3 (como vimos en Éxodo 20:11). No hay ningún fenómeno planetario ni observación terrenal que forma la base de una semana de siete días, sólo el hecho de la creación. Así que en lo más básico, los israelitas le dan gracias a Jehová por la creación y por sus vidas, por este regalo de su misericordia de que dependen todas las demás bendiciones.
En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová (Levítico 23:5). Tal vez nos sorprende que, en un libro tan detallado como Levítico, una fiesta tan importante sea mencionada en un solo versículo, pero tiene sentido si recordamos “el álgebra” de la ley: ya nos la explicó en mucho detalle en Éxodo 12; no hay necesidad de repetirla.
A los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura (Levítico 23:6). Otra vez encontramos poca descripción de esta fiesta porque nos la explicó Éxodo 13.
Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega (Levítico 23:10). Esta fiesta se celebra el día después del día de reposo, después de la Pascua, y dan de ofrenda los primeros granos maduros de la cebada en agradecimiento por toda la cosecha que está por madurar.
Contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová (Levítico 23:15-16). Esta fiesta de las semanas celebran los israelitas el cierre de la cosecha del trigo y presentan dos panes cocidos con levadura como primicias para Jehová entre otras ofrendas. Por la traducción griega de los cincuenta días que cuentan, también es conocida por el nombre Pentecostés.
En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación (Levítico 23:24). Las trompetas llaman al pueblo al agradecimiento y el regocijo por la cosecha de la fruta de los árboles que está por terminar y al examen de sus caminos y al arrepentimiento para pedir la lluvia necesaria por la siembra del año que viene.
A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová (Levítico 23:27). Esta fiesta llamada Yom Kippur por los israelitas vimos en detalle en Levítico 16.
A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días… Tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por siete días… En tabernáculos habitaréis siete días… para que sepan vuestros descendientes que en tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto (Levítico 23:34, 40, 42, 43).
Entonces, además de los días de reposo cada siete días (lo que llamamos el sábado), Levítico 23 indica siete fiestas anuales que celebran a Jehová. Pero hay más, porque Jehová les manda celebrar también fiestas por ciclos de años. Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová. Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña (Levítico 25:2-4).
Y en siete ciclos de siete años, la celebración llega a ser aún más especial: Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia (Levítico 25:9-10). Se borran las deudas de todos los moradores; las familias que han vendido su heredad por presiones económicas ahora pueden volver a tomarlas. Todos tienen la oportunidad de empezar de nuevo, espiritualmente por el día de la expiación y económicamente por el año del jubileo.
Y vemos en común en todas estas fiestas el reposo – el descanso completo para reunirse como comunidad, enfocarse en Jehová y agradecerle por sus bendiciones pasadas, presentes y futuras. Mientras seguimos leyendo la Biblia, veremos el desarrollo de este tema especial, el descanso futuro prometido por Jehová.