Note en 8:1-15 cómo Jesús demuestra su autoridad sobre las enfermedades físicas en tres milagros: al sanar al leproso, al criado del centurión y a la suegra de Pedro. En respuesta, traen muchos enfermos y endemoniados a Jesús en 8:16-17 y los sana a todos. Después hay dos escenas cortas en 8:18-22 que nos dejan con la pregunta: ¿De veras queremos seguir a Jesús?
En 8:23 – 9:8 su autoridad luce aún más cuando la manifiesta en tres milagros sobre los poderes naturales y espirituales, aún al punto de perdonar los pecados. En respuesta, los pecadores se le acercan en 9:9-10 como hicieron los enfermos y los endemoniados en el capítulo anterior. Después hay dos escenas más en 9:11-17 en que dos grupos, los fariseos y los discípulos de Juan el Bautista, tienen que preguntarse: ¿De veras aceptamos a este Jesús?
En 9:18-33 vemos cuatro milagros sobre toda clase de enfermedad física y poder espiritual, aún sobre la muerte. De nuevo vemos una respuesta: en 9:33 la gente maravillaba, pero en 9:34 la oposición no vista desde capítulo 4 ahora se manifiesta otra vez. Nos deja con la pregunta: ¿Aceptamos a Jesús? Y si no, ¿a quién atribuimos sus poderes?
Entonces, note la estructura repetida tres veces en 8:1 – 9:34: Milagros (tres o cuatro) + respuesta general + preguntas sobre el compromiso con Jesús. Al verla, podemos 1) entender mejor lo que Mateo nos comunica sobre la autoridad de Jesús, 2) apreciar la extensión de su autoridad, de que se revela más en cada sección, y 3) hacernos la misma pregunta: ¿Qué creemos sobre Jesús? ¿Qué clase de compromiso tenemos con él?
Note también cuántas veces se menciona o examina la fe por toda esta narrativa (en 8:10-13, 26; 9:4-6, 22, 28-29). Mateo no simplemente hace la pregunta sobre nuestra reacción a Jesús sino que presenta en detalle la reacción correcta.
¿Cómo reacciona usted a los milagros presentados aquí?