Note que Nehemías 9 da un resumen de todo lo que hemos leído en la Biblia desde Génesis 1 hasta ahora. En la historia de Israel se destacan las misericordias múltiples de Jehová… y el pecado obstinado del pueblo. Al considerar los eventos históricos más recientes como el exilio, llegan a la conclusión: Tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo (Nehemías 9:33). Reconocen que su estado de sumisión a
los persas es debido al castigo justo de Jehová por sus pecados: He aquí que hoy
somos siervos; henos aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para
que comiesen su fruto y su bien. Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestros ganados, conforme a su voluntad, y estamos en grande angustia (Nehemías 9:36-37).
Y el propósito de resumir la historia de Israel es para cerrarla, para poner fin a la época de la desobediencia. Con la vista en las misericordias pasadas de Jehová, desean abrir una nueva época de obediencia y devoción: A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes (Nehemías 9:38). El remanente purificado de Nehemías 10:1-28 entra en pacto con Jehová: Para protestar y jurar que andarían en la ley de Dios, que fue dada por Moisés siervo de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor (Nehemías 10:29).
Y en la lista de acciones a que se comprometen en Nehemías 10:30-39, vemos algunos de los retos más grandes que tenía la comunidad que volvió del exilio:
1) El mantener la pureza de la religión por no casarse con los pueblos vecinos que adoraban a otros dioses (Nehemías 10:30).
2) El guardar el día de reposo y el ciclo de años de reposo (Nehemías 10:31; vuelva a ver Levítico 25:1-13).
3) El abastecimiento del templo (Nehemías 10:31-37).
4) La administración ordenada de los recursos del templo (Nehemías 10:38-39).
Pero note una gran diferencia entre esta declaración de compromiso y
obediencia a Jehová y otras que hemos leído antes de los reinados de Ezequías (2
Crónicas 29 – 31) y Josías (2 Reyes 22 – 23; 2 Crónicas 34 – 35): No hay necesidad de destruir los ídolos del pueblo primero. El exilio, aunque largo y doloroso, ha disciplinado al remanente para que esté apartado de los ídolos. Todavía hay cosas que cambiar, pero en un aspecto fundamental el pueblo de Jehová reconoce su santidad: es incomparable a toda la creación, y no existe ningún dios que se pueda comparar con Él. La disciplina de Jehová a su pueblo sirvió para su desarrollo
espiritual.