ComoleerlaBiblia.org
  • Inicio
  • Resumen de la Biblia
  • Blog
  • Calendario 2024
  • Videos
  • Declaración de la fe
  • Contáctenos

1 Crónicas 27 - 29 y Salmo 132

3/5/2012

0 Comentarios

 
         Entre los planes de David para la construcción del templo, encontramos una alabanza que capta la razón por su construcción.
         Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo (1 Crónica 29:10).  Van a construir el templo porque Jehová es digno de alabanza y adoración.  La frase: “Bendito seas tú, oh Jehová” no significa que podemos añadir algo a Jehová, que podemos cumplirle algún favor o darle algo que le falta.  Es una declaración en voz alta, anunciada claramente a los oyentes que
Jehová es excelso y digno de su atención.  “Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre” es un título que no sólo reconoce el hecho histórico de que Jehová entró en pacto con sus antepasados Abraham y Jacob sino que subraya la fidelidad de Jehová aún hasta la generación de David también.  “Desde el siglo y hasta el siglo” significa que mira hacia el futuro y aún a la eternidad con la seguridad de que la fidelidad de Jehová siempre existía y nunca se va a acabar.
         Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor (1 Crónicas 29:11).  Por varios capítulos el cronista ha descrito la gloria del rey David por contarnos de sus batallas, su organización, sus riquezas y la gente numerosa que está bajo su dominio.  Pero Jehová le supera en todas estas características y logros.  Jehová mismo definela magnificencia porque es más que suficiente por Israel y por toda la creación.  No sólo declara la justicia sino que tiene poder para imponerla y hacer que todos se sometan a ella.  La gloria presenta la belleza de Jehová, la atracción mezclada con el temor que se siente el creyente para acercarse a Él y conocerlo mejor.  La victoria capta la forma decisiva con que hace rendir sus enemigos a sus decretos justos.  El honor describe su majestad que deja a todos con la boca abierta en maravilla, casi sin palabras para describir con ganas sus excepcionales atributos.  El reinado de David descrito en los capítulos anteriores tuvo su magnificencia, poder, gloria, victoria y honor, pero era simplemente un reflejo del reinado de Jehová, el que tiene todos estos atributos por excelencia.
         Porque todas las cosas que están en los cielos y la tierra son tuyas (1 Crónicas 29:11).  El dominio de David se extendió sobre todo Judá y luego todo Israel por un total de 40 años; el dominio de Jehová se extiende sobre toda la creación y por toda la eternidad.  Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos (1 Crónicas 29:11). Aquí David toca el tema principal de toda la Biblia, el dominio justo de Jehová, y nota que Jehová lo cumple con la excelencia incomparable.  Especifica cómo manifiesta su dominio justo cuando dice: Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y dar poder a todos (1 Crónicas 29:12).
         Describe nuestra respuesta apropiada a su gloria cuando dice: Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre (1 Crónicas 29:13). Y
mientras alabamos su gloria incomparable, nos sentimos el peso de que somos
insignificantes frente a Él: Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes?  Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano damos (1 Crónicas 29:14).  Es imposible que añadamos a la gloria de Jehová; simplemente podemos reflejar o devolver lo que en su
benevolencia nos ha compartido. Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura.  Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre, de tu mano es, y todo es tuyo (1 Crónicas 29:15-16).
         Por estas alabanzas David demuestra que aún la preparación por la construcción del templo fue una oportunidad para alabar y adorar al Ser
incomparable cuyo dominio eterno y majestuoso intenta a reflejar.
0 Comentarios

1 Crónicas 23 - 26 y Salmo 150

2/5/2012

0 Comentarios

 
         Hoy continuamos la lectura sobre la preparación que hizo David por el reinado de Salomón y la construcción del templo.  En cuanto a la preparación material leímos: Y David antes de su muerte hizo preparativos en gran abundancia (1 Crónicas 22:5).  Ahora leemos sobre la organización de los levitas para el culto del templo.
         La organización de los levitas de Números 3 – 4 se ha cambiado porque: Jehová Dios de Israel ha dado paz a su pueblo Israel, y él habitará en Jerusalén para siempre.  Y también los levitas no tendrán que llevar más el tabernáculo y todos
los utensilios para su ministerio (1 Crónicas 23:25-26).  Pero continúan la misma organización genealógica por las responsabilidades que tendrán en el nuevo lugar.
         Por ejemplo, el ministerio sacerdotal continúa en la familia de Aarón: Y Aarón fue apartado para ser dedicado a las cosas más santas, él y sus hijos para siempre, para que quemasen incienso delante de Jehová, y le ministrasen y bendijesen en su nombre, para siempre (1 Crónicas 23:13).  Son identificados por las familias de Eleazar e Itamar, hijos de Aarón, y puestos en 24 grupos que sirven en turnos (1 Crónicas 24:3-19).  Van a estar organizados bajo el sumo sacerdote que viene de la familia de Sadoc por las razones que vimos en 1 Samuel 2:27-36; 3:11-14; 1 Reyes 1:25-26, 38-39; 2:26-27.
         Los demás levitas sirven bajo la autoridad de la familia de Aarón, de acuerdo con lo que leímos en el libro de Números: Jehová dijo a Aarón… Tus hermanos también, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, haz que se acerquen a ti y se junten
contigo, y te servirán; y tú y tus hijos contigo serviréis delante del tabernáculo del testimonio.  Y guardarán lo que tú ordenes, y el cargo de todo el tabernáculo; mas no se acercarán a los utensilios santos ni al altar, para que no mueran ellos y
vosotros (Números 18:1, 2-3).  Así será en el templo también: Estaban bajo las órdenes de los hijos de Aarón para ministrar en la casa de Jehová, en los atrios, en las cámaras, y en la purificación de toda cosa santificada, y en la demás obra del ministerio de la casa de Dios. Asimismo para los panes de la proposición, para la flor de harina para el sacrificio, para las hojuelas sin levadura, para lo preparado en sartén, para lo tostado, y para toda medida y cuenta; y para asistir cada mañana todos los días a dar gracias y tributar alabanzas a Jehová, y asimismo por la tarde (1 Crónicas 23:28-30).  Todo lo que estudiamos en el libro de Números sobre los levitas como amortiguador entre la santidad de Jehová y el pecado de su pueblo pertenece al nuevo templo también.
         Pero las responsabilidades levíticas no se limitan a las ofrendas; cumplen otras necesidades también.  Por ejemplo, en otra protección contra su santidad abrasadora, Jehová le dijo a Aarón: Se juntarán [los levitas], pues, contigo, y tendrán el cargo del tabernáculo de reunión en todo el servicio del tabernáculo; ningún extraño se ha de acercar a vosotros (Números 18:4).  Por eso asignan a porteros, para que ninguno entre a cumplir una responsabilidad que no le corresponde y cause que la ira de Jehová brote contra toda la nación.  La asignación de los porteros encontramos en 1 Crónicas 26:1-19.
         Examinamos por primera vez en la historia narrativa la alabanza a Jehová por la música, ambos en el templo y en el ejército, ambos por instrumento y por voz: Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y címbalos (1 Crónicas 25:1).  También sirven 24 grupos por turnos.  Este capítulo hace más
amplia nuestra visión de cómo eran los cultos del tabernáculo y luego, del templo.
         Luego había otro grupo de levitas que se encargaba de los tesoros de la casa de Dios y de las cosas santificadas (1 Crónicas 26:20).  Sus responsabilidades incluyen el manejo de recursos para el mantenimiento del templo (1 Crónicas 26:26-27).  Los
últimos grupos mencionados son de los levitas que gobiernan ambos en Israel
mismo y en el territorio de las dos tribus y media al otro lado del Jordán (1 Crónicas 26:29-32).
         Este breve repaso del ministerio levítico cubre mucho.  Cumplían responsabilidades en los sacrificios y las ofrendas, en la protección del tabernáculo de la inmundicia, en la alabanza por instrumento y por voz, en el manejo de los tesoros y en el gobierno de localidades. En su atención al ministerio explicada en 1 Crónicas 23 – 26, los levitas nos comunican que Jehová es santo y glorioso, digno de la adoración no sólo de toda la nación sino de generación por generación.
0 Comentarios

1 Crónicas 21 - 22

1/5/2012

0 Comentarios

 
         ¿Por qué es malo hacer censo de Israel?
         Acuérdese de lo que leímos en Éxodo 30: Cuando tomes el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará a Jehová el rescate de su persona, cuando los cuentes, para que no haya en ellos mortandad cuando los hayas contado (Éxodo 30:12).  Ni el rico aumentará, ni el pobre disminuirá del medio siclo, cuando dieren la ofrenda a Jehová para hacer expiación por vuestras personas (Éxodo 30:15).
         Observamos en esa lectura: Parece que el empadronar al pueblo israelita dejaba culpables a los contados.  Puede ser que el ser contado, el declarar con gusto su lugar o familia de origen, el hacer lucir su numerosa familia, el calcular el número de todos los soldados posibles para un gran ejército y el enorgullecerse por los resultados finales tentaban a todo el pueblo a la soberbia… y quitaba la gloria de Jehová que les dio vida, sus familias y la victoria militar.  Por soberbia, Faraón fue derrotado; mejor que los israelitas no caigan en el mismo pecado...  Nadie puede
lucir; todos tienen que pagar lo mismo en reconocimiento de que Jehová les dio la vida por la cual pueden ser contados.  Y así salvan su vida del castigo justo que merece la soberbia.
         Ahora en 1 Crónicas 21, David manda a hacer censo del pueblo: Informadme sobre el número de ellos para que yo lo sepa (1 Crónicas 21:2).  Aún Joab puede
identificar que es pecado.
         Note primero que probablemente mueren muchas personas más por ese pecado de David que todos los que murieron como consecuencia de su pecado con Betsabé y Urías y el juicio divino que generó.  ¡Tal vez el cronista tiene razón en señalar a ese como el pecado destacado del reinado de David!
         Segundo, note que este evento indica la era de Ornán jebuseo, el lugar donde la ira justa de Jehová va a ser apaciguada por su misericordia.  Con razón David
declara: Aquí estará la casa de Jehová Dios, y aquí el altar del holocausto para Israel (1 Crónicas 22:1).  El templo será construido aquí mismo, un memorial a la gracia de Jehová en apaciguar su ira justa contra la soberbia de David, y también un lugar donde Israel buscará las futuras manifestaciones de su gracia que necesitará día por día.
         Tercero, el reconocimiento de la gracia de Jehová en parar la destrucción de Jerusalén le anima a David en la preparación de los materiales del templo y en la instrucción a Salomón para construirlo.  Igual como los profetas Hageo y Zacarías harán a la generación que vuelve del exilio, David ahora dice: Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios; y levantaos, y edificad el santuario de Jehová Dios, para traer el arca del pacto de Jehová, y los utensilios consagrados a Dios, a la casa edificada al nombre de Jehová (1 Crónicas
22:19).  Aunque la gracia no es por obras (Romanos 11:6 y Efesios 2:8-9, por ejemplo), motiva grandes esfuerzos para anunciarla a muchos más y hacer que les sea accesible.  Por eso el rey David, y el cronista también, desean que sus generaciones se fijen en el lugar donde la ira de Jehová cruce con su misericordia.
0 Comentarios

1 Crónicas 18 - 20 y Salmo 60

30/4/2012

0 Comentarios

 
         En la lectura para hoy leemos sobre las victorias militares de David contra sus vecinos.  Podemos resumir la lectura por la frase: Jehová daba el triunfo a David dondequiera que iba (1 Crónicas 18:13).
         Y también vemos una diferencia entre la narrativa histórica del cronista en comparación con la del autor de 1 Samuel – 2 Reyes.  Note que aquí el cronista
salta por encima de casi toda la vida de David descrita en 2 Samuel 11 – 21.  Parece que vamos a entrar el tema de su pecado con Betsabé por ejemplo, cuando dice: Aconteció a la vuelta del año, en el tiempo que suelen los reyes salir a la guerra, que Joab sacó las fuerzas del ejército, y destruyó la tierra de los hijos de Amón, y vino y sitió a Rabá.  Mas David estaba en Jerusalén…(1 Crónicas 20:1)  Hace eco de 2 Samuel 11:1 cuando introduce su pecado con Betsabé.
         Pero en vez de recontar su pecado, lo salta por completo y llega a la conclusión: Y tomó David la corona de encima de la cabeza del rey de Rabá, y la halló de peso de un talento de oro, y había en ella piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David (1 Crónicas 20:2), igual como en 2 Samuel 12:30.  Es decir, saltó casi dos capítulos completos de 2 Samuel, sin mencionar a Betsabé, ni a Urías, ni a Natán, ni su pecado ni su arrepentimiento.  Tampoco menciona sobre Amnón y Tamar ni las dificultades con Absalón que le motivaron a la rebelión.  ¿Por qué no menciona el cronista estos conflictos y la disciplina de la casa de David por sus pecados?  ¿Será que nos ha dado una falsa representación de la historia de Israel?
         No.  De nuevo tenemos que acordarnos de que al narrar la historia, la Biblia
no tiene un propósito enciclopédico.  El cronista no intenta a decirnos todo lo que pueda sobre la vida de David sino sólo lo que concuerda con sus fines narrativos. 
De hecho, lo que hace el cronista no es diferente a lo que hacemos hoy en día cuando le contamos a otro algún evento.  Normalmente no queremos darles un relato enciclopédico de algún evento sino sólo la información pertinente a la conclusión que queremos que reciban.
         Por ejemplo, anteayer mis hijos jugaron al fútbol en dos partidos diferentes, y mi esposa no los pudo asistir.  Cuando nos vimos en casa, le conté a mi esposa lo más esencial del partido que le interesaría: un hijo marcó un gol, y el otro dos goles, todos por penales. Al escuchar esta información, hizo una pregunta sobre por qué ocurrieron las penales, y se quedó satisfecha.  No le tuve que relatar las mejores jugadas de los otros, mi evaluación de las decisiones del árbitro ni de la condición de la cancha.  Ella ya tenía la información que quería.  En cambio, durante uno de los partidos hablé con un amigo que es papá de uno de los jugadores del otro equipo.  Notamos las estrategias de los dos entrenadores, los cambios de estrategia desde la última vez que jugaron, el desarrollo y el mejoramiento de algunos de los jugadores de los dos equipos en las últimas semanas.  Casi no mencionamos la participación de nuestros hijos en el partido.  Nuestra conversación tenía otros fines.
         Ahora, si se pusieran las dos narrativas por escrito, se esperara varios años y las diera a otra persona para leer, ese lector podría quedarse insatisfecho.  ¿De veras son dos historias del mismo partido?  Lo más importante de la narrativa A (lo que dije a mi esposa) ni se mencionó en la narrativa B.  Las dos narrativas tienen perspectivas muy diferentes.  ¿No será conversación A una falsa o por lo menos inadecuada representación de lo que verdaderamente pasó?
         No; en realidad, son dos narrativas dichas por la misma persona el mismo día sobre el mismo evento.  Pero había dos fines narrativos diferentes, y por eso son tan diferentes.  Algo parecido pasa aquí entre 2 Samuel y 1 Crónicas y en otras ocasiones cuando la Biblia habla del mismo evento por dos, tres, cuatro o aún más perspectivas.  Sin intentar a narrar de una forma enciclopédica, los autores de la Biblia contaron a veces el mismo evento a lectores diferentes, en épocas diferentes y para fines diferentes, con todo inspirado por el Espíritu Santo para contarnos sobre Jehová.  Estas perspectivas enriquecen nuestra percepción de su gloria.
         Así es en 1 Crónicas 18 –20.  El cronista desea explicar a la generación que vuelve del exilio las características que deben imitar del fundador de la casa real de David.  Reinó David sobre todo Israel, y juzgaba con justicia a todo su pueblo (1 Crónicas 18:14).  Sin negar sus pecados (vamos a ver otro en la lectura de mañana), el cronista hace resaltar su devoción a Jehová y nos cuenta la victoria militar, la
justicia y la paz que disfrutó por su gracia.  Así retrata las futuras bendiciones que
puede disfrutar el pueblo de Dios si anda en los caminos de Jehová con todo su corazón.
0 Comentarios

1 Crónicas 13 - 17

28/4/2012

0 Comentarios

 
         Si podemos evaluar la importancia de un tema bíblico por el espacio que dedica la Biblia a explicarlo, entonces según el cronista, el transporte del arca del pacto a Jerusalén fue uno de los eventos más importantes de todo el reinado de David.
         Este evento que ocupó un capítulo en 2 Samuel (capítulo 6) aquí en 1 Crónicas merece la atención de tres capítulos.  De nuevo vemos el deseo del cronista de
presentar la visión del Israel unido en sumisión a la casa real de David, la casa real que promociona una devoción de todo corazón a Jehová Dios.
         ¿Quién es el objeto de la devoción de usted hoy?
0 Comentarios

1 Crónicas 9 - 12

27/4/2012

0 Comentarios

 
         Acuérdese que en nuestra lectura de 2 Reyes 24 – 25, aprendimos que había cuatro eventos importantes para terminar el reino de Judá.  El último y más devastador ocurrió en el año 586 a.C. cuando Nabucodonosor y los caldeos destruyeron Jerusalén y el templo y mandaron a Babilonia a casi toda la población que sobrevivió el ataque en una deportación masiva.
         Ahora continuamos la historia.  En el año 539 a.C., los persas tomaron control de Babilonia y empezaron a permitir que los pueblos exiliados por los caldeos volvieran a sus lugares de origen. El año siguiente les dan permiso a los judíos a regresar a la tierra prometida, y algunos aceptan la oportunidad, regresan y empiezan a reconstruir a Jerusalén y el templo.  Los libros de Esdras y Nehemías nos contarán más de estos eventos y las dificultades que enfrentan; por ahora,
simplemente los notamos que las genealogías de 1 Crónicas 9 son del primer grupo
de exiliados que regresaron a la tierra prometida.
         Los primeros moradores que entraron en sus posesiones en las ciudades fueron israelitas, sacerdotes, levitas y sirvientes del templo. Habitaron en Jerusalén, de los hijos de Judá, de los hijos de Benjamín, de los hijos de Efraín y Manasés (1 Crónicas 9:2-3).  Todavía falta mucho para que se cumpla la visión de que todas las tribus volvieran a la tierra prometida.
         Más que todo, el cronista se concentra en las genealogías de los sacerdotes y la repartición de las responsabilidades entre los levitas. Desea que sus lectores se acuerden de que su propósito principal en volver a la tierra prometida era adorar a Jehová en santidad por poner en práctica el culto del templo otra vez de acuerdo con sus antecedentes históricos.
         También vuelve a contar la historia de Israel, pero de una forma muy diferente que lo que leímos en 1 y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes.  Por ejemplo, note que toda la historia de Saúl que llenó 1 Samuel 9 – 31 aquí se reúne en sólo 14 versículos en 1 Crónicas 10.  Se fija sólo en la muerte de Saúl: Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, porque consultó a una adivina, y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí (1 Crónicas 10:13-14).  No ve la necesidad de repetir toda la historia de Saúl; sólo subraya una lección principal para que sus lectores entiendan las consecuencias de la infidelidad a Jehová.
         También pasa por encima de toda la historia temprana de David para llegar directamente a la petición de que sea rey sobre todo Israel (lo que leímos en 2 Samuel 5).  No menciona la guerra civil entre la casa de Saúl y la de David, el apoyo de Abner a David y su asesinato injusto después, ni el asesinato de Is-boset ni nada de esos conflictos; sólo desea señalar la unidad que había entre todas las tribus en apoyar a David como rey.  Hace destacar aún más la unidad entre todos los israelitas cuando en 1 Crónicas 11 – 12 indica la impresionante variedad de lugares de origen y de tribus de los guerreros principales de David y de sus seguidores originales, aún antes de la muerte de Saúl.  Toda esta descripción de la historia llega a su punto culminante cuando dice: Todos estos hombres de guerra,
dispuestos para guerrear, vinieron con corazón perfecto a Hebrón, para poner a
David por rey sobre todo Israel; asimismo todos los demás de Israel estaban de
un mismo ánimo para poner a David por rey (1 Crónicas 12:31). Según el cronista, la paz de Israel sólo se va a lograr cuando todas las tribus se someten en unidad para apoyar a la casa de David.
         De forma parecida, los cristianos anhelamos la unidad de todas las naciones bajo la autoridad del descendiente por excelencia de la casa de David, la autoridad de Jesucristo: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado (Mateo 28:19-20).  El reino de Jesucristo disfruta una paz impresionante cuando gente de naciones, tribus y lenguas distintas se someten en unidad bajo su autoridad.
0 Comentarios

1 Crónicas 5 - 8 y Salmo 107

27/4/2012

0 Comentarios

 
         La genealogía israelita de 1 Crónicas continúa con la de Rubén en 1 Crónicas 5. 
Los primeros versículos explican por qué hemos visto la prioridad de Judá y de las tribus de José (Manasés y Efraín) desde el libro de Génesis en adelante: Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito; bien que Judá llegó a ser el mayor sobre sus hermanos, y el príncipe de ellos; mas el derecho de primogenitura fue de José)…(1 Crónicas 5:1-2).
         Leímos del pecado de Rubén en Génesis 35:22 y como Jacob / Israel proclamó que no tenía la primogenitura en Génesis 49:3-4.  Leímos también de cómo Jacob / Israel le dio a José la doble porción de la primogenitura por recibir a sus hijos, a Efraín y a Manasés, como sus propios hijos (Génesis 48:5-20).  Lo que nos confirma la genealogía de 1 Crónicas 5 es que aunque su antepasado pecó de esa forma y fue castigado, los descendientes de Rubén todavía son una parte integral de Israel. 
Además son dignos de honra porque son del primogénito físico de Israel (Richard L. Pratt, 1 and 2 Chronicles: A Mentor Commentary; 2006, Christian Focus Publications, pág. 105).
         En el resto del 1 Crónicas 5 el cronista relata las genealogías de las dos tribus y media que poblaron las tierras al oriente del río Jordán, fuera de la tierra prometida.  Leímos de su población de esta tierra en Números 32; Deuteronomio 3:8-20; Josué 1:12-18; 12:1-6; 13:8-33 y todo Josué 22.  Ahora en 1 Crónicas 5
aprendemos de batallas que tuvieron contra sus vecinos que no fueron mencionados en ninguna otra parte de la Biblia: Estos tuvieron guerra contra los agarenos, y Jetur, Nafis y Nodab.  Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban se rindieron en sus manos; porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él (1 Crónicas 5:19-20).  Y aunque perdieron su tierra por su idolatría y fueron mandados al exilio por Asiria, el cronista desea que sean incluidos también en su visión por la restauración de Israel (Pratt, 111).
         En 1 Crónicas 6 el cronista se concentra en la genealogía de los levitas. En
particular quiere indicar bien el linaje del sumo sacerdote desde Aarón a Zadok
y sus descendientes hasta el exilio.  Demuestra también que levitas de todos los linajes principales de Leví participaron en la música del templo.  También les anima a sus lectores a proveer por los levitas que iban a redificar a Jerusalén y todo Israel por acordarles de las tierras que habían recibido en la primera repartición de la tierra prometida.
         1 Crónicas 7 – 8 relatan las genealogías de las otras tribus (menos Dan y Zabulón).  Hace destacar a Benjamín, probablemente por la fidelidad de una parte de la tribu en los siglos antes del exilio a las tribus de Judá y Leví y al templo en Jerusalén (Pratt, 128-29).  En estas genealogías se nota el interés en los hombres de guerra; probablemente el cronista quería subrayar que el nuevo Israel tendría que pensar en la organización de un ejército para luchar en las batallas de Jehová (Pratt, 118).
         En resumen, por los primeros ocho capítulos de 1 Crónicas, podemos ver algunas de las prioridades del cronista.  Desea presentar una visión por la repoblación de Israel por los descendientes de los exiliados de acuerdo con los mejores momentos de la historia israelita, cuando el pueblo de Jehová demostró más fidelidad a su Dios y disfrutó una relación viva en concierto con Él.  Por eso, en las genealogías y su narrativa de la historia, hace destacar lo siguiente:
         la fidelidad a la casa de David,
         la devoción a Jehová dirigida por el sumo sacerdote y los levitas en el templo,
         el apoyo a los levitas de acuerdo con la ley mosaica,
         el clamor a Jehová en medio de la necesidad.
Como resultado de poner éstos en práctica, el pueblo de Jehová que vuelve del exilio para repoblar a Jerusalén y la tierra prometida puede esperar lo siguiente:
         la respuesta de Jehová a su necesidad,
         la recuperación de la extensión geográfica de la tierra prometida,
         la reintegración de más exiliados a la tierra prometida,
         la multiplicación de los descendientes como una bendición de Jehová,
         el éxito militar contra sus enemigos.
Así que desde las genealogías, el cronista tiene un mensaje que comunicar al pueblo de Jehová, un mensaje basado en su fidelidad eterna.
0 Comentarios

1 Crónicas 1 - 4 y Salmo 105 (segunda entrada de blog para hoy)

26/4/2012

0 Comentarios

 
         Al leer las genealogías en estos capítulos, tenemos que guardar algunas observaciones en mente.  Primero que todo, note que una genealogía en la Biblia tiene un propósito diferente que las genealogías hoy.  Cuando investigo la genealogía de mi familia, quiero identificar a todos los miembros de la familia sin faltar ninguno, y deseo que llegue a lo más amplio posible en cada generación.  Mi interés es enciclopédico.  Pero la Biblia no comparte ese interés: sólo desea identificar a las personas destacadas, y no ve ningún problema con excluir a hermanos o hijos o aún saltar unas generaciones sin mencionar a nadie de ellas.  Si
nos acordamos de que la Biblia no comparte nuestro interés enciclopédico en las
genealogías, se van a apaciguar algunas de nuestras frustraciones en leerlas.
         Segundo, si entendemos que las genealogías bíblicas no son motivadas por el deseo de identificar a todos sin faltar a ninguno, podemos acercarlas con la pregunta correcta para entenderlas: ¿por qué tiene interés el narrador sólo en estos nombres?  ¿Qué le motiva a identificar a éstos?  Nuestra lectura de las
genealogías puede ser más provechosa si estas preguntas guardamos en la mente.
         Tercero, aun así la lectura de estos capítulos en particular es muy difícil.  Les confieso que me ha costado mucho leerlos con atención.  Pero igual como la lectura de la genealogía de alguna familia desconocida el día de hoy, si uno tiene un buen “guía turístico” que se la explique e interprete su importancia, la lectura puede ser mucho más amena.  Por eso estoy agradecido por el libro de Richard Pratt, 1 and 2 Chronicles: A Mentor Commentary, 2006, Christian Focus Publications, porque me sirve de guía muy acertado por estos capítulos difíciles.  Mis observaciones dependen mucho en las suyas.
         Note que 1 Crónicas 1:1 – 2:2 empieza desde Adán e identifica a algunos de los antepasados de los vecinos históricos de Israel: a Mizraim (antepasado de los egipcios) y a Canaán, por ejemplo.  Luego hace destacar a los hijos de Sem (de cuyo nombre tenemos la palabra “semitas”), pasando por Heber hasta llegar a Abraham. 
Así hace para comunicar a sus lectores israelitas que el linaje de ellos es el plan culminante de Dios por esas generaciones (Pratt, 85).
         Luego el narrador da un vistazo de la descendencia de Abraham.  Nombra al más importante primero (Isaac), y luego pasa por los hijos que no tenían parte en el pacto con Abraham: Ismael y su descendencia, los hijos de su concubina Cetura con su descendencia, hasta llegar a su punto culminante en Isaac (1 Crónicas 1:34).  Hace lo mismo en la generación siguiente: pasa por las generaciones de Esaú para luego dedicarse a lo más importante, a las generaciones de Israel (1 Crónicas 2:1-2). 
Toda esta presentación cumple el deseo de indicar a los lectores israelitas la importancia y el privilegio de ser el pueblo escogido por Dios (Pratt, 85).
         Al enfocar en la genealogía israelita, el cronista empieza con Judá.  Aunque no es el primogénito, sale primero por la genealogía real.  Se concentra por eso en su hijo Fares, en su nieto Hezrón y su biznieto Ram (aunque no es el primogénito de la familia de Hezrón, 1 Crónicas 2:25) porque de ellos viene el linaje de la casa de David (Pratt, 95).
         También en 1 Crónicas 2 subraya la descendencia de los otros dos hijos de Hezrón: Caleb y Jerameel.  Caleb (primero llamado “Quelubai” en 1 Crónicas 2:9) no es el famoso Caleb hijo de Jefone que se mantuvo fiel a la promesa de Jehová cuando los espías primero entraron la tierra prometida en Números 13 y 14 sino el
antepasado de Bezaleel, uno de los artesanos llenos del Espíritu de Jehová para
construir el tabernáculo (Éxodo 35:30 y 1 Crónicas 2:20).  Desde esta época temprana en la historia israelita había un enlace estrecho entre el culto del tabernáculo y los que iban a formar el linaje real, uno de los temas predominantes de 1 y 2 Crónicas (Pratt, 95).  No sabemos con seguridad por qué subraya a los descendientes de Jerameel también, pero probablemente su descendiente Elisama (1 Crónicas 2:41) sería reconocido por los lectores de su época (Pratt, 96).
         El cronista vuelve a los descendientes de Caleb para terminar 1 Crónicas 2 y luego a los descendientes de Ram para empezar 1 Crónicas 3, esta vez para continuar el linaje de David.  Note el interés que tiene en identificar a los descendientes de la casa real durante y después del exilio (1 Crónicas 3:17-24).  De ellos saldrían el ungido de Jehová prometido a David.  Por los profetas Hageo y Zacarías, sabemos que este hombre clave es Zorobabel.
         En 1 Crónicas 4 concentra en los descendientes de Judá que fueron artífices y nota en un caso: Estos eran alfareros, y moraban en medio de plantíos y cercados; moraban allá con el rey, ocupados en su servicio (1 Crónicas 4:23). Otra vez, el enlace con la familia real es importante, y estos hombres sirven como ejemplo de cómo los que vuelven del exilio deben apoyar a la casa real (Pratt, 100, 101).
         La lectura de 1 Crónicas 1 - 4 termina con los descendientes de la tribu de Simeón.  Aunque no de tanta influencia como los de Judá, les dan a los exiliados los parámetros geográficos a donde deben extender su territorio (Pratt, 102-103).
         Y junto con estas genealogías es apropiado leer el Salmo 105 para acordarnos de la fidelidad de Jehová por tantas generaciones: Acordaos de las maravillas que él ha hecho, de sus prodigios y de los juicios de su boca, oh vosotros, descendencia de Abraham su siervo, hijos de Jacob, sus escogidos (Salmo 105:5-6).
0 Comentarios

1 Crónicas 1 - 2 Crónicas 36: La novena unidad de la Biblia

26/4/2012

0 Comentarios

 
         Acabamos de leer mucho sobre la historia de Israel.  ¿Por qué volvemos a leer
la misma información ahora en la novena unidad de la Biblia, la de los libros de
1 y 2 Crónicas?
         Probablemente por la misma razón por la cual Dios nos dio los cuatro evangelios sobre la vida de Jesús: cada narrativa describe la misma vida, pero la organiza y la describe por una perspectiva única, y juntas nos dan una comprensión más amplia de nuestro Señor.  Igual como con los cuatro evangelios del Nuevo Testamento, vamos a leer la historia de Israel cuatro veces en el Antiguo Testamento: la primera vez en toda nuestra lectura hasta 2 Reyes (lo que acabamos de terminar), la segunda vez en 1 y 2 Crónicas, la tercera vez en los profetas mayores de Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel y la cuarta vez en los profetas menores de Oseas hasta Malaquías.  Por estos cuatro repasos de la historia de Israel, al terminar el Antiguo Testamento el 9 de septiembre, debemos tener un conocimiento muy amplio de la gracia de Jehová manifestada a su pueblo.
         Cubrimos esta nueva sección en aproximadamente dos semanas y media, en las lecturas del 26 de abril al 14 de mayo este año.  Mientras lee, guarde en mente
las siguientes observaciones:
         1)  Los eventos principales de la unidad: La historia de Israel según la perspectiva de los levitas.
         2)  Los atributos de Jehová que resaltan: Su gloria y su dominio eterno
         3)  La obra principal de Jehová: Bendice al pueblo que responde a su gloria.
         4)  Los participantes principales: Los reyes del reino unido (David y Salomón) y del reino dividido
         5)  La referencia principal a Jesucristo y el evangelio: Cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino…  Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti; sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre (1 Crónicas 17:11, 13-14; véase también Hebreos 1:5).
         6)  Observaciones clave: 1 y 2 Reyes es la historia de Israel de la perspectiva de los profetas; 1 y 2 Crónicas cubre el mismo tiempo pero desde la perspectiva de los levitas.  Los profetas van a tener un papel muy reducido en importancia; por ejemplo Elías, el profeta tan importante en 1 y 2 Reyes, recibe una sola mención y sólo por medio de una carta (2 Crónicas 21:12-15), y el nombre de Eliseo ni aparece.  En cambio, van a abundar referencias a la devoción de los reyes y el culto del
templo.
         En las lecturas vamos a notar una preferencia por los reyes de Judá; algunos de los reyes de Israel ni reciben mención.  Así el narrador desea subrayar la importancia de la descendencia de David y su pacto con Jehová en el pasado y el futuro de Israel.
         El énfasis en el linaje real de David, en los levitas y en el templo refleja una de las metas del narrador de 1 y 2 Crónicas: el dirigir la repoblación de Jerusalén y Judá por los descendientes de los exiliados, específicamente el dirigirlos a continuar su sumisión a la casa real de David y a la adoración organizada por el templo (Richard Pratt, 1 and 2 Chronicles: A Mentor Commentary, 2006, Christian Focus Publications, pág. 14-15, 25-26).  Como Moisés en Deuteronomio, el narrador de 1 y 2 Crónicas desea retratar el pasado de Israel para darles a sus lectores una visión de las futuras bendiciones de Jehová, todo para solidificar su compromiso de obedecer a Jehová en el presente.
         Nuestro guía sobre los reyes va a ser útil otra vez cuando entramos en 2 Crónicas.  Mientras tanto, disfrute y siga creciendo por el repaso de la historia de Israel, esta vez por 1 y 2 Crónicas.
0 Comentarios

Guía para 1 y 2 Reyes

19/4/2012

0 Comentarios

 
Haga clic aquí para ver un estudio cronológico de todos los reyes en 1 y 2 Reyes.  El primer documento es de una página y cubre todo 1 Reyes; el segundo de tres páginas y cubre todo 2 Reyes.  Incluyen:
         el nombre del rey y el año en que empezó a reinar,
         el número de años que reinó,
         un detalle destacado de su reino,
         las citas de 1 y 2 Reyes y 2 Crónicas en que describen su reinado
         los nombres de los escritores profetas que ministraron durante su reinado
Espero que les sirvan para seguir el laberinto de nombres reales que es 1 y 2 Reyes.
0 Comentarios

    Autor

    Rev. Ken Kytle, pastor de la Iglesia bautista La fe en Cristo cerca de Atlanta, Georgia, EEUU.

    Archivos

    Abril 2014
    Enero 2014
    Noviembre 2013
    Abril 2013
    Marzo 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    Noviembre 2011
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011

    Categorías

    Todo
    1 Corintios
    1 Crónicas
    1 Juan
    1 Reyes
    1 Samuel
    1 Tesalonicenses
    1 Timoteo
    20 Unidades
    2 Corintios
    2 Crónicas
    2 Pedro
    2 Reyes
    2 Samuel
    2 Tesalonicenses
    2 Timoteo
    Abdías
    Amós
    Apocalipsis
    Colosenses
    Daniel
    Deuteronomio
    Efesios
    Esdras
    Ester
    Éxodo
    Ezequiel
    Filemón
    Filipenses
    Gálatas
    General
    Génesis
    Habacuc
    Hageo
    Hebreos
    Hechos
    Isaías
    Jeremías
    Job
    Joel
    Jonás
    Josué
    Juan
    Jueces
    Lamentaciones
    Levítico
    Lucas
    Malaquías
    Marcos
    Mateo
    Miqueas
    Nahum
    Nehemias
    Números
    Oseas
    Proverbios
    Romanos
    Rut
    Salmos
    Santiago
    Sofonías
    Tito
    Zacarías

    Canal RSS

Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.